El grave incidente que minutos antes de las 20:30 del lunes dejó sin tensión al eje ferroviario de alta velocidad Madrid-Sur, afectando a una veintena de trenes durante horas y paralizando a uno de ellos hasta la mañana del martes con 318 viajeros a bordo, ha motivado un fuerte choque entre el administrador de la infraestructura Adif y la operadora de bajo coste Ouigo. Ambas entrecruzan acusaciones sobre la responsabilidad del suceso.
La pública sitúa a un tren de la ‘low cost’ en el origen de la incidencia que paralizó la circulación durante 15 horas entre el lunes y el martes, mientras la operadora esgrime un informe de Alstom que acredita que no hubo avería
Un tren de Ouigo que se quedó parado en las vías de tren fue el origen de una serie de incidencias que explican la interrupción en la circulación que se produjo el pasado lunes en la línea de alta velocidad entre Madrid y Andalucía, según el análisis realizado por Adif, el gestor público de la infraestructura ferroviaria. Por su parte, la especialista en fabricación y mantenimiento ferroviario Alstom ha defendido esta mañana la fiabilidad de los 16 trenes del operador francés. El presidente de la firma industrial para el mercado español, Leopoldo Maestu, ha asegurado que no se ha registrado incidencia técnica alguna, incluso después de que Ouigo haya pedido información a su empresa al respecto: “No hemos detectado ninguna anomalía, ni ese lunes ni posteriormente”.
En concreto, un tren de Ouigo perdió la comprobación con los sistemas de señales y quedó parado en la vía, lo que provocó que hasta cuatro convoyes en un tramo de siete kilómetros tuvieran que detenerse en cadena. Durante la detención, todos los trenes afectados continuaron demandando tensión a la catenaria en puntos muy concretos para mantener el confort de los viajeros, como el funcionamiento del aire acondicionado. Fruto de esa alta demanda, la catenaria se saturó y se rompió sobre el tren que se paró detrás del Ouigo, que era un Avant de Renfe, en un tramo de vía entre Los Yeles y La Sagra, en la provincia de Toledo.
Por tanto, el tren de Ouigo es el origen de la incidencia, ya que su parada obligó a detener los trenes que venían por detrás, pero no es el culpable en sí, porque la razón que ocasionó todos los problemas fue la acumulación de tantos trenes parados en un mismo tramo, demandando electricidad.
Por ello, Adif ya ha anunciado que acometerá una actuación de urgencia en el plazo de una semana para cambiar la ubicación de varios elementos de la catenaria considerados “altamente sensibles” en esa zona de La Sagra y minimizar, así, el riesgo de incidencias por falta de tensión derivadas de problemas en la catenaria, especialmente en el corredor Sur de alta velocidad.
En concreto, los equipos de mantenimiento y electrificación de Adif procederán en los próximos días a mover entre 600 y 900 metros el seccionador de la catenaria, con el objetivo de evitar que en el futuro un tren que deba detenerse “por cualquier motivo” lo haga bajo esta pieza, “altamente sensible”, ha informado Adif.
El gestor de la infraestructura defiende que esta incidencia no guarda relación con el estado de la catenaria, que fue revisada “satisfactoriamente” el pasado mes de mayo. El día 4 de ese mes se produjo un hecho similar, cuando la catenaria cayó sobre un tren de Iryo en esa misma zona. Ese operador apuntó a un ‘enganchón’ con la catenaria, una información que no permitió a Adif realizar el análisis que ahora sí se ha completado, concluyendo que en ambos casos la caída de la catenaria se produjo por una sobretensión.
Explicaciones de Montero y respuesta de Alstom
Este análisis de Adif corrobora en parte la versión que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dio este miércoles en una charla informal que las cámaras captaron con motivo de una reunión entre PSOE y Sumar.
“Las máquinas de Ouigo tienen dificultades, se paran fácilmente y te provoca un retraso en toda la cadena. Tiene unos servicios de mantenimiento que nosotros desde Renfe se los aportamos. No retiran los trenes de las vías o tardan en retirar un tren de las vías y afecta a toda la cadena”, dijo Montero.
A este respecto, Leopoldo Maestu se ha mostrado convencido del buen estado de servicio de la flota. “Los trenes de Ouigo tenían siete años cuando llegaron a España, lo que es una edad muy joven para un tren, y presentan una alta fiabilidad”, ha afirmado Maestu en un encuentro con medios previsto para la presentación de los resultados de la empresa en el ejercicio fiscal 2024-2025.
Anteriormente, Ouigo ya le había respondido a la vicepresidenta que sus trenes no provocaron la incidencia, ya que realmente su tren no es responsable directo de la caída de la catenaria, pero sí de que se parasen otros trenes detrás. El operador francés también desmintió a la ministra en lo que concierne al mantenimiento de los trenes, ya que en ese caso ese servicio lo presta la propia empresa y no Renfe, como decía Montero.
Economía en EL PAÍS