Junts cambia de táctica con Sánchez: dirá «no a todo», incluido el embargo a Israel, si Moncloa no lo negocia antes de aprobar en Consejo de Ministros

« Vamos a cambiar de estrategia «, dice un dirigente al más alto nivel de Junts, respecto a la relación con el Partido Socialista. Los de Carles Puigdemont llevaban muchos meses avisando al PSOE de que las cosas no iban bien. Que la falta de avances en todo lo acordado y las largas que, primero Santos Cerdán y luego José Luis Rodríguez Zapatero, les han ido dando en las sucesivas reuniones en Suiza , estaban tensando mucho las cosas a nivel interno. Y que en otoño iban y «van a pasar cosas». Por lo pronto, como estrategia negociadora de presión, la misma que desde Junts denuncian sufrir a menudo por parte de los socialistas, los de Puigdemont pasarán de la predisposición a hablar al «no a todo , hasta nuevo aviso«. Como ya ocurrió, la semana pasada, con la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz. En algunos casos, indican fuentes del partido separatista, se pueden mover a la abstención o a no votar, como ocurrió en enero del año pasado con dos decretos leyes, a cambio del traspaso de las competencias en inmigración, que dieciocho meses después sigue sin ejecutarse. En todo caso, indican: «Del no a la abstención pasaremos cuando sea bueno para Cataluña o consigamos algo a cambio «. Por lo que, ‘a priori’, leyes como la reforma del acceso a la judicatura, pendiente de votación, o los propios Presupuestos Generales del Estado (PGE), a menos que María Jesús Montero desbloquee las partidas millonarias de la supuesta deuda que Junts exige que se paguen ya, no tienen visos de salir adelante. Noticia Relacionada estandar Si Junts desgastará al PSC en el Parlament aprovechando la debilidad de Pedro Sánchez Àlex Gubern Los independentistas pretenden trasladar a la Cámara catalana su capacidad de presión en el CongresoLa dirección del partido, que como ya avanzó la semana pasada ABC considera que no les supone desgaste alguno votar «en contra del PSOE» , rechaza hablar de «boicotear» las cosas. Pero sí admiten que esta nueva estrategia de la que hablan, y de la que se habló mucho ayer en la reunión de la interparlamentaria en Waterloo (Bélgica), tiene mucho que ver con la necesidad de «meter miedo» a Sánchez. De hacerle ver que «ya no pueden contar» con ellos a menos que, en un tiempo récord, «se pongan las pilas y cumplan todo lo que han incumplido hasta ahora».El regreso definitivo de Puigdemont sin ser detenido , en manos del Tribunal Constitucional, que tiene por resolver los recursos de amparo y la inclusión de la malversación entre los delitos exonerados, la oficialidad del catalán en la UE y la transferencia de las competencias de inmigración al Govern son líneas rojas para Junts.«Todo esto lo sabe el PSOE, porque le trasladamos ya a Zapatero que podía pasar , que estábamos cansados de esperar«, dicen fuentes de la formación. Los independentistas, ahora, esperan algún tipo de respuesta por parte socialista en una nueva reunión en Suiza, que se producirá a finales de la semana que viene. En función del contenido de esa propuesta que les trasmitan, que quieren sea «con un calendario real y primeros cumplimientos», abrirán la puerta o la cerrarán definitivamente a negociar los PGE.Además, a nivel autonómico, los de Puigdemont quieren desgastar al PSC de Illa por la vía de aprovechar que en el Congreso Sánchez cuelga de los siete diputados de Junts, retratando la gestión del Govern y los incumplimientos respecto a todo lo acordado con el PSOE para investir al socialista.El decreto de IsraelUna de las primeras afectaciones para el Gobierno con el cambio de estrategia de Junts será con la convalidación del decreto del embargo de armas a Israel , que todavía no se ha aprobado en Consejo de Ministros, un asunto incómodo para Junts, ya que dentro del partido la postura principal es de apoyo a Benjamín Netanyahu. Por eso, avisan: «No vamos a facilitar su convalidación si se aprueba en Consejo de Ministros sin negociar». « Vamos a cambiar de estrategia «, dice un dirigente al más alto nivel de Junts, respecto a la relación con el Partido Socialista. Los de Carles Puigdemont llevaban muchos meses avisando al PSOE de que las cosas no iban bien. Que la falta de avances en todo lo acordado y las largas que, primero Santos Cerdán y luego José Luis Rodríguez Zapatero, les han ido dando en las sucesivas reuniones en Suiza , estaban tensando mucho las cosas a nivel interno. Y que en otoño iban y «van a pasar cosas». Por lo pronto, como estrategia negociadora de presión, la misma que desde Junts denuncian sufrir a menudo por parte de los socialistas, los de Puigdemont pasarán de la predisposición a hablar al «no a todo , hasta nuevo aviso«. Como ya ocurrió, la semana pasada, con la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz. En algunos casos, indican fuentes del partido separatista, se pueden mover a la abstención o a no votar, como ocurrió en enero del año pasado con dos decretos leyes, a cambio del traspaso de las competencias en inmigración, que dieciocho meses después sigue sin ejecutarse. En todo caso, indican: «Del no a la abstención pasaremos cuando sea bueno para Cataluña o consigamos algo a cambio «. Por lo que, ‘a priori’, leyes como la reforma del acceso a la judicatura, pendiente de votación, o los propios Presupuestos Generales del Estado (PGE), a menos que María Jesús Montero desbloquee las partidas millonarias de la supuesta deuda que Junts exige que se paguen ya, no tienen visos de salir adelante. Noticia Relacionada estandar Si Junts desgastará al PSC en el Parlament aprovechando la debilidad de Pedro Sánchez Àlex Gubern Los independentistas pretenden trasladar a la Cámara catalana su capacidad de presión en el CongresoLa dirección del partido, que como ya avanzó la semana pasada ABC considera que no les supone desgaste alguno votar «en contra del PSOE» , rechaza hablar de «boicotear» las cosas. Pero sí admiten que esta nueva estrategia de la que hablan, y de la que se habló mucho ayer en la reunión de la interparlamentaria en Waterloo (Bélgica), tiene mucho que ver con la necesidad de «meter miedo» a Sánchez. De hacerle ver que «ya no pueden contar» con ellos a menos que, en un tiempo récord, «se pongan las pilas y cumplan todo lo que han incumplido hasta ahora».El regreso definitivo de Puigdemont sin ser detenido , en manos del Tribunal Constitucional, que tiene por resolver los recursos de amparo y la inclusión de la malversación entre los delitos exonerados, la oficialidad del catalán en la UE y la transferencia de las competencias de inmigración al Govern son líneas rojas para Junts.«Todo esto lo sabe el PSOE, porque le trasladamos ya a Zapatero que podía pasar , que estábamos cansados de esperar«, dicen fuentes de la formación. Los independentistas, ahora, esperan algún tipo de respuesta por parte socialista en una nueva reunión en Suiza, que se producirá a finales de la semana que viene. En función del contenido de esa propuesta que les trasmitan, que quieren sea «con un calendario real y primeros cumplimientos», abrirán la puerta o la cerrarán definitivamente a negociar los PGE.Además, a nivel autonómico, los de Puigdemont quieren desgastar al PSC de Illa por la vía de aprovechar que en el Congreso Sánchez cuelga de los siete diputados de Junts, retratando la gestión del Govern y los incumplimientos respecto a todo lo acordado con el PSOE para investir al socialista.El decreto de IsraelUna de las primeras afectaciones para el Gobierno con el cambio de estrategia de Junts será con la convalidación del decreto del embargo de armas a Israel , que todavía no se ha aprobado en Consejo de Ministros, un asunto incómodo para Junts, ya que dentro del partido la postura principal es de apoyo a Benjamín Netanyahu. Por eso, avisan: «No vamos a facilitar su convalidación si se aprueba en Consejo de Ministros sin negociar».  

«Vamos a cambiar de estrategia«, dice un dirigente al más alto nivel de Junts, respecto a la relación con el Partido Socialista. Los de Carles Puigdemont llevaban muchos meses avisando al PSOE de que las cosas no iban bien. Que la falta de … avances en todo lo acordado y las largas que, primero Santos Cerdán y luego José Luis Rodríguez Zapatero, les han ido dando en las sucesivas reuniones en Suiza, estaban tensando mucho las cosas a nivel interno. Y que en otoño iban y «van a pasar cosas».

Por lo pronto, como estrategia negociadora de presión, la misma que desde Junts denuncian sufrir a menudo por parte de los socialistas, los de Puigdemont pasarán de la predisposición a hablar al «no a todo, hasta nuevo aviso«. Como ya ocurrió, la semana pasada, con la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz.

En algunos casos, indican fuentes del partido separatista, se pueden mover a la abstención o a no votar, como ocurrió en enero del año pasado con dos decretos leyes, a cambio del traspaso de las competencias en inmigración, que dieciocho meses después sigue sin ejecutarse. En todo caso, indican: «Del no a la abstención pasaremos cuando sea bueno para Cataluña o consigamos algo a cambio«. Por lo que, ‘a priori’, leyes como la reforma del acceso a la judicatura, pendiente de votación, o los propios Presupuestos Generales del Estado (PGE), a menos que María Jesús Montero desbloquee las partidas millonarias de la supuesta deuda que Junts exige que se paguen ya, no tienen visos de salir adelante.

La dirección del partido, que como ya avanzó la semana pasada ABC considera que no les supone desgaste alguno votar «en contra del PSOE», rechaza hablar de «boicotear» las cosas. Pero sí admiten que esta nueva estrategia de la que hablan, y de la que se habló mucho ayer en la reunión de la interparlamentaria en Waterloo (Bélgica), tiene mucho que ver con la necesidad de «meter miedo» a Sánchez. De hacerle ver que «ya no pueden contar» con ellos a menos que, en un tiempo récord, «se pongan las pilas y cumplan todo lo que han incumplido hasta ahora».

El regreso definitivo de Puigdemont sin ser detenido, en manos del Tribunal Constitucional, que tiene por resolver los recursos de amparo y la inclusión de la malversación entre los delitos exonerados, la oficialidad del catalán en la UE y la transferencia de las competencias de inmigración al Govern son líneas rojas para Junts.

«Todo esto lo sabe el PSOE, porque le trasladamos ya a Zapatero que podía pasar, que estábamos cansados de esperar«, dicen fuentes de la formación.

Los independentistas, ahora, esperan algún tipo de respuesta por parte socialista en una nueva reunión en Suiza, que se producirá a finales de la semana que viene. En función del contenido de esa propuesta que les trasmitan, que quieren sea «con un calendario real y primeros cumplimientos», abrirán la puerta o la cerrarán definitivamente a negociar los PGE.

Además, a nivel autonómico, los de Puigdemont quieren desgastar al PSC de Illa por la vía de aprovechar que en el Congreso Sánchez cuelga de los siete diputados de Junts, retratando la gestión del Govern y los incumplimientos respecto a todo lo acordado con el PSOE para investir al socialista.

El decreto de Israel

Una de las primeras afectaciones para el Gobierno con el cambio de estrategia de Junts será con la convalidación del decreto del embargo de armas a Israel, que todavía no se ha aprobado en Consejo de Ministros, un asunto incómodo para Junts, ya que dentro del partido la postura principal es de apoyo a Benjamín Netanyahu. Por eso, avisan: «No vamos a facilitar su convalidación si se aprueba en Consejo de Ministros sin negociar».

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