La UE estrecha el cerco a Rusia con nuevas sanciones tras las impuestas por EE UU

La UE se mueve para estrangular económicamente a uno de los sectores clave con los que Rusia financia y nutre su guerra en Ucrania: los hidrocarburos. Este jueves, los Veintisiete han aprobado formalmente su nueva tanda de sanciones contra Moscú. Lo han hecho minutos antes de que comenzara una reunión de los líderes comunitarios —con el respaldo a Ucrania en lo más alto de la agenda— y horas después de la decisión de Estados Unidos de imponer sanciones contra el sector petrolero ruso.

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 En su 19 paquete, los Veintisiete ponen en la diana al gas natural licuado ruso, la flota fantasma y limitan los movimientos de diplomáticos rusos en territorio europeo. Zelenski califica de “cruciales” las sanciones de Washington y Bruselas  

Unos minutos antes del comienzo de una nueva reunión de sus líderes con el respaldo a Ucrania en lo más alto de la agenda, y horas después de la decisión de Estados Unidos de imponer sanciones contra el sector petrolero ruso, los Veintisiete han aprobado formalmente este jueves su nueva tanda de sanciones contra Moscú. Un paquete que busca endurecer el cerco al sector energético que nutre la maquinaria de guerra de Vladímir Putin con una prohibición gradual de las importaciones de gas natural licuado (GNL), y amplía la presión sobre la flota fantasma rusa, además de restringir los movimientos de diplomáticos rusos en territorio europeo y el acceso a criptoactivos a ciudadanos rusos, entre otros. A su llegada al Consejo Europeo, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha saludado el “crucial” paso contra una Rusia que “está demostrando que no quiere parar la guerra”.

El nuevo paquete tiene en su mira, igual que el estadounidense, el sector energético ruso. Los europeos se centran ahora especialmente en el GNL ruso, que buscan vetar paulatinamente. Para ello, han adoptado una prohibición gradual de sus importaciones: de seis meses para los contratos a corto plazo y, a partir del 1 de enero de 2027, para los de largo plazo, acorde con los planes de la UE de prescindir totalmente del gas ruso para esa fecha.

Las nuevas sanciones no han sido aún publicadas. Según fuentes diplomáticas, en el nuevo paquete europeo se endurece también la prohibición de transacciones a dos importantes petroleras rusas y se amplía las sanciones a 117 nuevos buques de la flota fantasma, con lo que la lista aumenta a más de medio millar de barcos con los que Rusia trata de eludir las sanciones europeas y que ahora tienen bloqueado el acceso a puertos, entre otras restricciones. También se castiga a 45 nuevas empresas que ayudan a Rusia a eludir las sanciones, entre ellas, 12 chinas, tres de la India y dos de Tailandia.

Espías rusos

Una novedad en esta nueva tanda de sanciones es la inclusión de un nuevo mecanismo que permitirá limitar los movimientos de diplomáticos rusos dentro de la UE, con lo que se busca obstaculizar la reconstrucción de la potente red de espionaje rusa. De acuerdo con las fuentes, el nuevo mecanismo, aprobado en el marco de una nueva oleada de ataques híbridos en Europa atribuidos a Rusia, requerirá un proceso de notificación y de autorización de los viajes de los diplomáticos rusos por parte de los Estados miembros.

Según la propuesta el Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE), que pudo consultar EL PAÍS, los diplomáticos rusos tendrán que notificar su salida a las autoridades del país al que viajan al menos 24 horas antes, especificando el punto de entrada y posterior salida y el medio de transporte. Y el país receptor podrá denegar la entrada.

“La UE está restringiendo los movimientos de los diplomáticos rusos para contrarrestar los intentos de desestabilización”, ha subrayado la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, en un mensaje en X en el que ha celebrado la adopción del nuevo paquete.

En sus intentos de cortar el grifo financiero ruso, el nuevo paquete también impone una prohibición total de realizar transacciones a cinco bancos rusos y a cuatro bancos en terceros países (Bielorrusia y Kazajistán), además de prohibir a operadores comunitarios cerrar nueve contratos en nueve zonas económicas especiales rusas. A ello se añade una prohibición total de los servicios de criptoactivos para ciudadanos, residentes y entidades rusos.

“Estábamos esperando” las sanciones, ha admitido un aliviado Zelenski respecto del paquete europeo y las sanciones al sector petrolero impuestas por Washington — las primeras bajo el gobierno de Donald Trump— como castigo a la “falta de compromiso serio a un proceso de paz para poner fin a la guerra en Ucrania” de Putin.

Las medidas punitivas desde ambos lados del Atlántico constituyen “una buena señal para que otros países del mundo se unan a las sanciones hasta que podamos parar esta guerra”, ha agregado el líder ucranio, quien el viernes pasado fue recibido una vez más por Trump en la Casa Blanca.

Misiles de EE UU

Aunque esa cita concluyó sin un compromiso norteamericano de que entregará a Ucrania los ansiados misiles de largo alcance Tomahawk, Zelenski no quiere darse por vencido. Según ha indicado a periodistas en Bruselas, se trata de una decisión “sensible” y que depende exclusivamente de Estados Unidos. Pero también las sanciones parecían algo “increíble y ahora están aquí”, ha agregado, dejando en el aire la posibilidad de un cambio de postura de un mandatario tan impredecible como es Trump, que canceló este martes un encuentro con Putin en Budapest que él mismo había anunciado, frustrado por la falta de avances en un alto el fuego por parte del Kremlin.

“El alto el fuego es todavía posible, pero necesitamos más presión sobre Rusia para que lo acepte”, ha agregado Zelenski, subrayando además que Ucrania no aceptará “ninguna concesión territorial” a cambio de una perspectiva de paz.

Fondos para Ucrania

El anfitrión de la cita, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha descrito la aprobación del nuevo paquete de sanciones como una muestra de que la UE está dispuesta a apoyar a Ucrania “el tiempo que sea necesario”. Durante el encuentro de líderes europeos de esta jornada, ha adelantado Costa, se tomará la “decisión política de garantizar las necesidades financieras de Ucrania en 2026 y 2027”.

Buena parte de las conversaciones de los Veintisiete girarán en torno a la posibilidad de usar los activos rusos congelados en la UE por las sanciones comunitarias. La Comisión Europea ha propuesto usar 140.000 millones de esos fondos como un “préstamo de reparación” a interés cero y entregárselo a Ucrania, que solo deberá devolverlo si Moscú paga la reconstrucción de la guerra. La iniciativa depende en buena parte de Bélgica, sede de Euroclear, la entidad que guarda la mayor parte de los activos congelados, si bien el Gobierno de Bart de Wever ha dado a entender que podría dar su visto bueno si obtiene garantías blindadas de cara a eventuales pleitos en el futuro.

“Si quieren hacer esto, tendremos que hacerlo todos juntos. Queremos garantías de que, si el dinero tiene que ser devuelto, cada Estado miembro contribuirá”, ha declarado el primer ministro belga a su llegada a la cumbre.

“Rusia no puede pensar que estamos cansados. No estamos cansados y estamos aquí para apoyar a Ucrania diplomática, política, militar y financieramente”, ha subrayado Costa. “Rusia debe comprender que tiene que dejar de matar civiles en Ucrania. Que tiene que parar la guerra. Tiene que aceptar todos los esfuerzos diplomáticos, los esfuerzos del presidente Trump, para emprender negociaciones de paz. El presidente Zelenski acepta las negociaciones de paz. Y lo que necesitamos es que Rusia las acepte ahora. Todo el mundo quiere esto”, ha insistido.

Las nuevas sanciones son en este sentido una señal contundente más. “Hoy es un buen día para Europa y Ucrania”, ha celebrado el ministro de Exteriores danés, Lars Lokke Rasumssen, cuyo país ejerce este semestre la presidencia de turno de la UE. La decisión ha sido tomada después de que Eslovaquia levantase su oposición a un paquete que llevaba semanas listo, pero que requiere la unanimidad para poder salir adelante. Las sanciones “tienen un impacto real y están dañando la economía rusa. A Rusia le cuesta cada vez más financiar su guerra ilegal de agresión contra Ucrania”, ha subrayado Rasmussen.

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