Carlos Alcaraz no disputará la fase final de la Copa Davis a consecuencia de una lesión en los músculos isquiotibiales. El tenista murciano, de 22 años, y la Real Federación Española de Tenis (RFET) confirmaron a primera hora de este martes que los médicos le han recomendado que no compita ante el riesgo de sufrir una daño mayor y, por tanto, el capitán David Ferrer no podrá contar con él esta semana, en el epílogo de la competición por equipos. España debutará el jueves (10.00, Movistar+) contra la República Checa en la Fiera di Bologna, pero al final lo hará sin el número uno del mundo. Chasco mayor. El de El Palmar sufrió el percance físico la semana pasada, en el contexto de la Copa de Maestros de Turín.
APUESTA FIRME: RIESGOS MÍNIMOS
La privilegiada carrocería de Alcaraz le permite explorar límites insospechados sobre las pistas, con estiradas que desafían a la elasticidad, arrancadas y carreras muy explosivas, y una serie de contorsiones muy exigentes que aderezan un repertorio plástico seguramente sin igual hoy día en el circuito. Sin embargo, pese a su cortad edad, la dinámica competitiva le invita a multiplicar la precaución y en su círculo lo tienen claro: riesgos, los mínimos.
Rara vez un tenista compite sin dolor o alguna molestia, en realidad como todo deportista de élite, pero el murciano sigue un patrón claro desde el inicio de su carrera. Ante la duda, parar. En la medida en que lo permitan su físico y las desagradables sorpresas derivadas de la dureza del calendario, su proyecto es a largo plazo y la idea es que llegue a la madurez profesional (la treintena) con el menor castigo posible. Del mismo modo que sus facultades son importantes, su consistencia fisonómica también tiende a la fragilidad.
Por ello, Alcaraz lleva a cabo un exhaustivo trabajo de prevención y de fortalecimiento, encabezado por su preparador físico y fisioterapeuta, Juanjo Moreno, y el preparador Alberto Lledó. Ambos trabajan en consonancia con la supervisión del médico Juanjo López. Todos ellos cuidan con celo ese chasis joven que ha sufrido algunos contratiempos en el abdominal, los tobillos, la espalda o distintas áreas musculares; los isquios, la más reincidente. También sufrió hace un año del antebrazo derecho hasta el aterrizaje en Roland Garros.
En cualquier caso, Alcaraz intenta minimizar los daños y no es la primera vez que se detiene ante la posibilidad de que el aviso o las molestias puedan degenerar en una lesión importante. En ese sentido, su planteamiento contrasta con el de Rafael Nadal, por ejemplo. El mallorquín acostumbraba a forzar, mientras que él, descubriendo todavía los entresijos y las reacciones de su cuerpo, prefiere seguir una línea más conservadora.
El número uno, con un edema en el isquio derecho y expuesto a una rotura, no jugará el jueves contra la República Checa tras lesionarse en la Copa de Maestros
Carlos Alcaraz no disputará la fase final de la Copa Davis a consecuencia de una lesión en los músculos isquiotibiales. El tenista murciano, de 22 años, y la Real Federación Española de Tenis (RFET) confirmaron a primera hora de este martes que los médicos le han recomendado que no compita ante el riesgo de sufrir una daño mayor y, por tanto, el capitán David Ferrer no podrá contar con él esta semana, en el epílogo de la competición por equipos. España debutará el jueves (10.00, Movistar+) contra la República Checa en la Fiera di Bologna, pero al final lo hará sin el número uno del mundo. Chasco mayor. El de El Palmar sufrió el percance físico la semana pasada, en el contexto de la Copa de Maestros de Turín.
Después de perder allí la final contra el italiano Jannik Sinner, en dos sets, el líder del circuito se unió ayer por la tarde al resto de los componentes del equipo en el hotel de Bolonia. Antes, sin embargo, había acudido a un centro médico para someterse a una resonancia magnética en la que se detectó un edema, según adelantó la Cadena Cope. La idea inicial del tenista era descansar y probarse el miércoles, pero su entorno y los médicos —tanto el federativo, Ángel Ruiz Cotorro, como el personal, Juanjo López; uno in situ y el otro desde la distancia— le advirtieron de que se exponía a una rotura muscular. Alzaraz reculó y, de este modo, el conjunto nacional pierde a su activo más importante y confiará en la segunda línea para abordar el cruce del jueves.
“Siempre he dicho que jugar por España es lo más grande que hay y me hacía mucha ilusión poder ayudar a pelear por la Ensaladera. Me voy dolido a casa…”, anunció Alcaraz por medio de sus redes sociales. Su ausencia pone fin a una temporada espectacular, en la que ha ganado dos grandes, un total de ocho títulos y 71 victorias, además de haber regresado a la cima tras un magnífico pulso con Sinner. Hoy mismo retornará a Murcia y reposará durante las vacaciones, antes de reincorporarse a los entrenamientos en diciembre y acudir a dos exhibiciones; una en Nueva Jersey (día 7) y otra en Miami (8). Este curso ha jugado más partidos que nunca (80), distribuidos, paradójicamente, en su cifra más baja de torneos (17, como en 2023) desde que ingresase en la élite (2021).

A comienzos de año, Alcaraz decidió no participar en la cita clasificatoria de febrero, contra Suiza en Biel, y tampoco pudo hacerlo en la de septiembre, contra Dinamarca en Marbella, debido a la “fatiga muscular” que arrastraba tras una gira de tierra y un verano exigente en Cincinnati (campeón) y el US Open (también). En las últimas fechas trató de dosificarse —renunció a Shanghái, después de haber sufrido un esguince de grado 2 en Tokio—, pero su musculatura le lanzó una advertencia durante la Copa de Maestros. Allí, en Turín, comenzó a sufrir molestias en la región de los isquiotibiales desde el principio, aunque pudo competir y finalizar cuatro partidos sin aparentes problemas. En el desenlace contra Sinner, en cambio, fue atendido tras perder el primer parcial. “No me ha limitado”, tranquilizó él.
Munar, primer hombre
Fuentes de la RFET comunicaron el lunes por la noche que la prueba médica de la tarde no había revelado ninguna afectación relevante (“no hay rotura”) y que esas molestias respondían a una simple “sobrecarga” en la zona posterior del muslo. Sin embargo, tras charlar con sus allegados el tenista le confirmó a Ferrer que no podría jugar. La Cadena Cope adelantó la noticia, en contra de la versión oficial. El técnico, pues, tendrá que modificar ahora sus planes y deberá escoger a los dos hombres que competirán en los turnos individuales —del ramillete entre Jaume Munar (36º del mundo), Pablo Carreño (89º), Pedro Martínez (95º)—, así como quién acompaña a Marcel Granollers en el dobles, dado que la intención inicial era que lo hiciera el mismo Alcaraz.
Presumiblemente, el preparador alicantino recurrirá a Munar y Carreño, por un lado, mientras que Martínez, providencial ante Dinamarca, respaldaría al catalán. Sin la presencia del murciano en la alineación, las circunstancias lógicamente cambian por completo. Alcaraz había expresado su deseo de ganar la Davis, competición que se le resiste y en la que, por una razón u otra, no ha podido brillar. Debutó en 2022, en una serie contra Rumania en Puente Romano, pero antes ya hizo un intento frustrado. El curso previo fue citado para la cita en el Rocódromo de la Casa de Campo de Madrid, pero en vísperas del estreno dio positivo en covid. Hasta ahora ha disputado seis series, con cinco triunfos y una derrota en los individuales, y 1-1 en dobles.

Ahora, el equipo español tendrá que tirar de la misma nómina que, precisamente, logró una remontada inédita hace dos meses contra los daneses, al levantar una eliminatoria en la que perdía por 0-2. Nunca lo había logrado. Señalado a priori como uno de los favoritos, tendrá que recomponerse a la carrera para batir este jueves a Chequia, otro candidato de peso. Pese a que en las últimas fechas no hayan rendido a buen nivel, en sus filas lucen Jiri Lehecka (17º), Jakub Mensik (19º) y Tomas Machac (32º). Cabe recordar que David Ferrer optó por no citar en la primera lista al malagueño Alejandro Davidovich, el representante con mejor ranking (14º), y que el propio jugador rechazó después la posibilidad de ser convocado como quinto hombre.
Entretanto, Alcaraz zanja el año —con solo nueve derrotas y un promedio competitivo extraordinario (88,7%)— y la competición pierde al gran atractivo. De hecho, en esta fase final solo figura un top-10, el alemán Alexander Zverev. Si progresase, España se mediría en las semifinales del sábado con Argentina o Alemania, mientras la otra llave del cuadro final ofrece los emparejamientos entre Italia (sin Sinner) y Austria, y el Francia-Bélgica.
APUESTA FIRME: RIESGOS MÍNIMOS
A. C. | Bolonia
La privilegiada carrocería de Alcaraz le permite explorar límites insospechados sobre las pistas, con estiradas que desafían a la elasticidad, arrancadas y carreras muy explosivas, y una serie de contorsiones muy exigentes que aderezan un repertorio plástico seguramente sin igual hoy día en el circuito. Sin embargo, pese a su cortad edad, la dinámica competitiva le invita a multiplicar la precaución y en su círculo lo tienen claro: riesgos, los mínimos.
Rara vez un tenista compite sin dolor o alguna molestia, en realidad como todo deportista de élite, pero el murciano sigue un patrón claro desde el inicio de su carrera. Ante la duda, parar. En la medida en que lo permitan su físico y las desagradables sorpresas derivadas de la dureza del calendario, su proyecto es a largo plazo y la idea es que llegue a la madurez profesional (la treintena) con el menor castigo posible. Del mismo modo que sus facultades son importantes, su consistencia fisonómica también tiende a la fragilidad.
Por ello, Alcaraz lleva a cabo un exhaustivo trabajo de prevención y de fortalecimiento, encabezado por su preparador físico y fisioterapeuta, Juanjo Moreno, y el preparador Alberto Lledó. Ambos trabajan en consonancia con la supervisión del médico Juanjo López. Todos ellos cuidan con celo ese chasis joven que ha sufrido algunos contratiempos en el abdominal, los tobillos, la espalda o distintas áreas musculares; los isquios, la más reincidente. También sufrió hace un año del antebrazo derecho hasta el aterrizaje en Roland Garros.
En cualquier caso, Alcaraz intenta minimizar los daños y no es la primera vez que se detiene ante la posibilidad de que el aviso o las molestias puedan degenerar en una lesión importante. En ese sentido, su planteamiento contrasta con el de Rafael Nadal, por ejemplo. El mallorquín acostumbraba a forzar, mientras que él, descubriendo todavía los entresijos y las reacciones de su cuerpo, prefiere seguir una línea más conservadora.
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