Defensa heroica del Alavés, con nueve, frente al Villarreal

Una victoria épica para elevar la moral. Eso es lo que consiguió el Deportivo Alavés en la desapacible tarde de Mendizorroza, frente a un Villarreal al que se le secó el pozo goleador. Remató de todas las formas posibles, pero los dos porteros que tuvo que emplear Coudet apenas tuvieron que blindar su meta, porque, sobre todo en los minutos finales, a los amarillos les faltó tino.

Seguir leyendo

El guardameta Sivera, que vio la tarjeta roja, sufrió un traumatismo craneoencefálico en la misma acción

ALAAlavés

Antonio Sivera, Abdel Abqar, Manu Sánchez (Moussa Diarra, min. 87), Santiago Mouriño, Nahuel Tenaglia, Antonio Blanco, Pau Cabanes (Adrián Rodríguez, min. 58), Carles Aleñá, Joan Jordán (Carlos Vicente, min. 66), Kike García (Asier Villalibre, min. 87) y Carlos Martín (Facundo Garcés, min. 66)

VLLVillarreal

Diego Conde, Willy Kambwala (Tajon Buchanan, min. 95), Juan Foyth, Logan Costa, Sergi Cardona (Alfonso Pedraza, min. 70), Dani Parejo, Álex Baena (Denis Suárez, min. 95), Pape Gueye (Thierno Barry, min. 70), Yeremy Pino (Santi Comesaña, min. 84), Ayoze Pérez y Nicolas Pépé

Goles
1-0 min. 10: Manu Sánchez

Arbitro Miguel Ángel Ortiz Arias

Tarjetas amarillas
Yeremy Pino (min. 69), Antonio Blanco (min. 76), Adrián Rodríguez (min. 90), Moussa Diarra (min. 91)

Tarjetas rojas
Sivera (min. 57), Antonio Blanco (min. 93)

El equipo visitante, que empezó mal su viaje, con aterrizajes frustrados por el viento en Vitoria y Bilbao, y viaje en taxis desde su destino final Santander, lo acabó peor.

El equipo vitoriano no ganaba desde noviembre en Mendizorroza y lo volvió a hacer en un partido muy trabajado, con un gol de Manu Sánchez en el minuto 11, y en el que acabó con nueve jugadores sobre el campo, tras las expulsiones de Sivera y Antonio Blanco, y con 16 minutos de prolongación, tras la lesión del guardameta, que tocó la pelota con la mano fuera del área, pero recibió en esa jugada un golpe en la cabeza que le mandó al hospital con traumatismo craneoencefálico.

Salió el Alavés con más ganas que su rival, peleando todos los balones y ganando los duelos individuales. El partido se inclinaba hacia su lado, y el marcador lo reflejó enseguida, cuando un centro de Tenaglia lo remató de cabeza Manu Sánchez. Diego Conde, al que el testarazo le cogió a media salida, pudo meter las manos, pero la pelota se fue hacia atrás y se coló en la portería antes de que Manu, por si las moscas, remachara.

Pese a la ventaja, el Alavés siguió jugando con más intensidad, y aunque el Villarreal apretó, seguía venciendo en las disputas. La indudable calidad de los castellonenses empezó a reflejarse en el campo, pero nadie acertó ante la portería de Sivera, defendida por un trabajo coral de todos los futbolistas locales, del guardameta a Kike García, su hombre boya en la delantera.

Pero en la segunda mitad, un despiste del Alavés, dejó que Ayoze pudiera correr para plantarse ante Sivera, que salió fuera del área a despejar la pelota y quedó tendido en el césped con un fuerte golpe en la cabeza. Después de ser asistido durante varios minutos, el árbitro se acercó a la pantalla, avisado desde el VAR, y observó que el portero había despejado la pelota con el brazo. Se fue al hospital con tarjeta roja. En el minuto 58, el equipo de casa se quedaba con un jugador menos y Coudet tenía que hacer debutar en la portería al mallorquín Adrián Rodríguez. El equipo vitoriano, en una apurada situación clasificatoria, se defendió con uñas y dientes para intentar llegar al final sin encajar, y lo hizo con orden. Marcelino no supo encontrar los caminos para llevar a su equipo a inquietar la portería del debutante, que no tuvo que hacer ninguna parada.

Cuando el partido llegó al minuto 90, Mendizorroza se indignó por la prolongación de 15 minutos, que sin embargo, se atenía al tiempo perdido por la lesión de Sivera. Para el equipo de casa era otro cuarto de hora de sufrimiento que trató de mitigar parando el partido cuanto pudo, y para el Villarreal se presentaba como otra oportunidad más de buscar, al menos, el empate. Las cosas se pusieron mucho más feas para el Alavés, cuando el árbitro, a instancias del VAR, expulsó a Antonio Blanco, dejando a su equipo con nueve futbolistas sobre el césped, y entonces, el acoso del equipo amarillo fue brutal en los minutos finales, con los dos equipos dentro del área. El Villarreal disparó 23 veces, pero ninguna a puerta. La alegría del Alavés, al final, fue inmensa.

Clasificación