Como era previsible, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha anulado un grupo de artículos del decreto 91/2024, de 14 de mayo, del régimen lingüístico del sistema educativo no universitario. El quid de la cuestión, que no ha gustado ni al nacionalismo catalán ni al converso Salvador Illa y sus acólitos , es el siguiente: el TSJC señala que el español ha de ser también «lengua vehicular», que la lengua autonómica puede ser «el centro de gravedad» de la enseñanza siempre y cuando «no excluya o relegue» el español, y que la cooficialidad «se rija por un patrón de equilibrio e igualdad entre lenguas» de acuerdo con el «equilibrio constitucional y estatuario». Ahí no acaba todo si tenemos en cuenta que el TSJC también anula que el catalán sea la lengua auxiliar prioritaria, o lengua única de acogida, con el alumnado recién llegado a Cataluña. El nacionalismo catalán padece una variante del egotismo –el egotismo lingüístico o sentimiento enfermizo por la denominada lengua propia- que le lleva a menospreciar cualquier otra lengua. Especialmente, la lengua española. De ahí, que afirme que el TSJC –lean España- ha sentenciado « contra el catalán », que dicha sentencia es «un nuevo golpe a la lengua catalana» que pone «en evidencia hasta donde llega el callejón sin salida del catalán» por culpa de la Justicia. Por si fuera poco, la sentencia -¡escándalo!- llega justo antes de la Diada. El escándalo existe y no es otro que la deriva antipática, supremacista, avariciosa, antidemocrática, anticonstitucional y autocrática del nacionalismo –socialismo incluido- lingüístico catalán.Noticia Relacionada estandar No Illa dice que defenderá el catalán en las aulas y «si es necesario hacer ajustes menores», los hará Cree que es «una mala estrategia» del PP oponerse a la oficialidad de catalán, gallero y euskera en la UEAfortunadamente, Salvador Illa –convertido ya en líder nacionalista- recurrirá la sentencia del TSJC. Toma la palabra Salvador Illa: «No permitiremos que nadie haga uso político de la lengua, porque es lo peor que se puede hacer por la convivencia». Francamente, no entiendo como el President se inculpa a sí mismo. Como era previsible, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha anulado un grupo de artículos del decreto 91/2024, de 14 de mayo, del régimen lingüístico del sistema educativo no universitario. El quid de la cuestión, que no ha gustado ni al nacionalismo catalán ni al converso Salvador Illa y sus acólitos , es el siguiente: el TSJC señala que el español ha de ser también «lengua vehicular», que la lengua autonómica puede ser «el centro de gravedad» de la enseñanza siempre y cuando «no excluya o relegue» el español, y que la cooficialidad «se rija por un patrón de equilibrio e igualdad entre lenguas» de acuerdo con el «equilibrio constitucional y estatuario». Ahí no acaba todo si tenemos en cuenta que el TSJC también anula que el catalán sea la lengua auxiliar prioritaria, o lengua única de acogida, con el alumnado recién llegado a Cataluña. El nacionalismo catalán padece una variante del egotismo –el egotismo lingüístico o sentimiento enfermizo por la denominada lengua propia- que le lleva a menospreciar cualquier otra lengua. Especialmente, la lengua española. De ahí, que afirme que el TSJC –lean España- ha sentenciado « contra el catalán », que dicha sentencia es «un nuevo golpe a la lengua catalana» que pone «en evidencia hasta donde llega el callejón sin salida del catalán» por culpa de la Justicia. Por si fuera poco, la sentencia -¡escándalo!- llega justo antes de la Diada. El escándalo existe y no es otro que la deriva antipática, supremacista, avariciosa, antidemocrática, anticonstitucional y autocrática del nacionalismo –socialismo incluido- lingüístico catalán.Noticia Relacionada estandar No Illa dice que defenderá el catalán en las aulas y «si es necesario hacer ajustes menores», los hará Cree que es «una mala estrategia» del PP oponerse a la oficialidad de catalán, gallero y euskera en la UEAfortunadamente, Salvador Illa –convertido ya en líder nacionalista- recurrirá la sentencia del TSJC. Toma la palabra Salvador Illa: «No permitiremos que nadie haga uso político de la lengua, porque es lo peor que se puede hacer por la convivencia». Francamente, no entiendo como el President se inculpa a sí mismo.
tribuna abierta
El nacionalismo catalán padece una variante del egotismo –el egotismo lingüístico o sentimiento enfermizo por la denominada lengua propia- que le lleva a menospreciar cualquier otra lengua
Como era previsible, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha anulado un grupo de artículos del decreto 91/2024, de 14 de mayo, del régimen lingüístico del sistema educativo no universitario.
El quid de la cuestión, que no ha gustado ni al … nacionalismo catalán ni al converso Salvador Illa y sus acólitos, es el siguiente: el TSJC señala que el español ha de ser también «lengua vehicular», que la lengua autonómica puede ser «el centro de gravedad» de la enseñanza siempre y cuando «no excluya o relegue» el español, y que la cooficialidad «se rija por un patrón de equilibrio e igualdad entre lenguas» de acuerdo con el «equilibrio constitucional y estatuario». Ahí no acaba todo si tenemos en cuenta que el TSJC también anula que el catalán sea la lengua auxiliar prioritaria, o lengua única de acogida, con el alumnado recién llegado a Cataluña.
El nacionalismo catalán padece una variante del egotismo –el egotismo lingüístico o sentimiento enfermizo por la denominada lengua propia- que le lleva a menospreciar cualquier otra lengua. Especialmente, la lengua española. De ahí, que afirme que el TSJC –lean España- ha sentenciado «contra el catalán», que dicha sentencia es «un nuevo golpe a la lengua catalana» que pone «en evidencia hasta donde llega el callejón sin salida del catalán» por culpa de la Justicia. Por si fuera poco, la sentencia -¡escándalo!- llega justo antes de la Diada. El escándalo existe y no es otro que la deriva antipática, supremacista, avariciosa, antidemocrática, anticonstitucional y autocrática del nacionalismo –socialismo incluido- lingüístico catalán.
Afortunadamente, Salvador Illa –convertido ya en líder nacionalista- recurrirá la sentencia del TSJC. Toma la palabra Salvador Illa: «No permitiremos que nadie haga uso político de la lengua, porque es lo peor que se puede hacer por la convivencia». Francamente, no entiendo como el President se inculpa a sí mismo.
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