Las Bolsas suelen moverse sobre todo al son de los resultados empresariales, los tipos de interés y las previsiones macroeconómicas. Sin embargo, desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca en enero pasado, los mercados financieros se ven condicionados por la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense.
Más optimismo sobre Europa
Lucía Gutiérrez-Mellado, responsable de estrategia de JP Morgan AM, reconoce que aún hay demasiada incertidumbre sobre los aranceles finales que impondrá EE UU como para afinar con los pronósticos. Sin embargo, admite que a medida que avance el año el crecimiento en EE UU se irá raletizando “aunque las probablidades de recesión que se barajaban a principios de año se han ido rebajando”. En cuanto a Europa, esta experta señala que a corto plazo la actividad económica seguirá bastante plana “a la espera que los planes fiscales, sobre todo en Alemania, surtan efecto”. En cambio, en China sí ve que los nubarrones se van despejando a medida que mejora la confianza de los consumidores y el sector inmobiliario da señales de mayor estabilidad. En este contexto macroeconómico donde la inflación ha dejado de ser por el momento un problema y los bancos centrales se han guardado alguna rebaja de tipos adicional en el caso de que sea necesaria, Gutiérrez-Mellado explica que la asignación de activos de la gestora estadounidense prioriza el crédito empresarial, sobre todo las emisiones de más riesgo, high yield, en deuda pública gana exposición a la duración en las emisiones por si la desaceleración económica prosigue y mejoran su visión sobre la renta variable europea mientras que en EE UU son “más selectivos”.
La guerra comercial desatada por Trump marca el ánimo de la Encuesta de Confianza de JPMorgan AM
La guerra comercial desatada por Trump marca el ánimo de la Encuesta de Confianza de JPMorgan AM


Las Bolsas suelen moverse sobre todo al son de los resultados empresariales, los tipos de interés y las previsiones macroeconómicas. Sin embargo, desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca en enero pasado, los mercados financieros se ven condicionados por la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense.
Cuando en abril, coincidiendo con el autoproclamado “día de la liberación”, Trump presentó su famosa tabla con los aranceles que pensaba imponer a sus socios comerciales, las órdenes de venta de acciones se agolparon entre los operadores y los índices bursátiles se desplomaron. Semanas después, cuando el político republicano anunció una moratoria de 90 días en la aplicación de esas tasas para abrir un periodo de negociación, las cotizaciones se fueron recuperando. Ahora, los inversores esperan a la decisión final que adopte Trump, en forma de carta que enviará al resto de países, con el arancel definitivo que impondrá.
Semejante vaivén en las decisiones comerciales ha tenido un efecto similar en el ánimo de los ahorradores. En abril pasado, en medio del shock por el anuncio de Trump, el Índice de Confianza del Inversor que elabora JP Morgan Asset Management, se hundió hasta marcar -3,5 puntos. En mayo y junio, coincidiendo con la tregua impuesta por EE UU, este termómetro del sentimiento del mercado se recuperó. Sin embargo, el balance del trimestre arroja un saldo negativo (-0,26 puntos), el peor dato desde finales de 2022 cuando la espiral inflacionista amenazaba con llevar a la economía mundial a la recesión.
Este indicador, que publica en exclusiva EL PAÍS, se elabora con las respuestas que dan los encuestados (1.356 en esta oleada) a la pregunta de qué creen que harán las Bolsas en los próximos seis meses. El grupo de los pesimistas (ven probable o muy probable que los índices bajen) es superior (35,2% del total) al bloque de los optimistas (33,1%), mientra que aquellos que piensan que los índices a medio plazo se mantendrán en niveles similares a los actuales representan el 31,7% de las respuestas.
A principios de año, la Bolsa estadounidense era, con bastante diferencia, la preferida por los inversores españoles. Sin embargo, su atractivo ha ido desapareciendo a medida que Trump iniciaba su cruzada arancelaria. Según la encuesta, los mercados donde los ahorradores ven mayor potencial de revalorización son los europeos, con la Bolsa española destacando entre todos ellos.
A pesar del ruido geopolítico, lo cierto es que los índices bursátiles cotizan próximos a sus máximos históricos. Este hecho, unido al incremento de la incertidumbre por las políticas de EE UU, hace que los inversores mantengan unas estrategias muy conservadoras a la hora de gestionar su patrimonio. Para el 37,1% de los participantes en la encuesta su principal objetivo a la hora de invertir es “no perder el capital”, el 34,4% reconoce que está dispuesto a lograr menos rentabilidad “a cambio de cierta seguridad”, y solo el 28,5% asegura que su meta es conseguir “la máxima rentabilidad posible”.
Este esquema conservador hace que la libreta o la cuenta de ahorro siga siendo el producto de ahorro preferido para los próximos meses, seguida por los fondos de inversión y la inversión directa en Bolsa.
Más optimismo sobre Europa
Lucía Gutiérrez-Mellado, responsable de estrategia de JP Morgan AM, reconoce que aún hay demasiada incertidumbre sobre los aranceles finales que impondrá EE UU como para afinar con los pronósticos. Sin embargo, admite que a medida que avance el año el crecimiento en EE UU se irá raletizando “aunque las probablidades de recesión que se barajaban a principios de año se han ido rebajando”. En cuanto a Europa, esta experta señala que a corto plazo la actividad económica seguirá bastante plana “a la espera que los planes fiscales, sobre todo en Alemania, surtan efecto”. En cambio, en China sí ve que los nubarrones se van despejando a medida que mejora la confianza de los consumidores y el sector inmobiliario da señales de mayor estabilidad. En este contexto macroeconómico donde la inflación ha dejado de ser por el momento un problema y los bancos centrales se han guardado alguna rebaja de tipos adicional en el caso de que sea necesaria, Gutiérrez-Mellado explica que la asignación de activos de la gestora estadounidense prioriza el crédito empresarial, sobre todo las emisiones de más riesgo, high yield, en deuda pública gana exposición a la duración en las emisiones por si la desaceleración económica prosigue y mejoran su visión sobre la renta variable europea mientras que en EE UU son “más selectivos”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Añadir usuarioContinuar leyendo aquí
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Flecha
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos
Más información
Archivado En
Economía en EL PAÍS