La polémica sobre la próxima subida de cuotas sociales a los trabajadores autónomos vivió este lunes un nuevo capítulo que ha clarificado algo más el horizonte de pagos del colectivo para el año próximo. La nueva propuesta del Gobierno para subir estas cuotas en 2026, que rebaja notablemente el primer planteamiento que hizo Seguridad Social, incluirá una congelación de las cuotas para alrededor de 1,4 millones de autónomos, según los datos que maneja el ministerio. En concreto, la medida se dirige a aquellos encuadrados en los tres tramos de la denominada tabla reducida de cotización, porque declaran ganar menos de 1.166,70 euros al mes (14.000 euros al año), tal y como avanzó este lunes la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, en una entrevista con EL PAÍS.
La Seguridad Social propone un alza simbólica de entre 2,9 y 14,75 euros al mes para los que ganen más de 1.167 euros mensuales
La polémica sobre la próxima subida de cuotas sociales a los trabajadores autónomos vivió este lunes un nuevo capítulo que ha clarificado algo más el horizonte de pagos del colectivo para el año próximo. La nueva propuesta del Gobierno para subir estas cuotas en 2026, que rebaja notablemente el primer planteamiento que hizo Seguridad Social, incluirá una congelación de las cuotas para alrededor de 1,4 millones de autónomos, según los datos que maneja el ministerio. En concreto, la medida se dirige a aquellos encuadrados en los tres tramos de la denominada tabla reducida de cotización, porque declaran ganar menos de 1.166,70 euros al mes (14.000 euros al año), tal y como avanzó este lunes la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, en una entrevista con EL PAÍS.
No obstante, este grupo, según explican desde la Seguridad Social, incluiría un número indeterminado de autónomos —que según fuentes de las asociaciones del colectivo oscilarían entre 200.000 y 300.000— que cotizaron puntualmente en algún momento del año, pero no de forma habitual. Eso significa que, de salir adelante esta propuesta gubernamental, el próximo año uno de cada tres autónomos, como mínimo, mantendrá intacta su cuota mensual.
El cálculo preciso no es sencillo porque a estos autónomos habituales también habría que sumar otro grupo, cuyo número y habitualidad en la cotización no detalla la Seguridad Social. Estos entrarían dentro del colectivo de casi medio millón de personas que declaran no haber tenido rendimientos netos en 2023.
Además, el Ejecutivo planteó este lunes para el resto de autónomos una subida de las bases de cotización y, por lo tanto, de las cuotas mensuales que paga el colectivo, poco menos que simbólica. Así, las bases de aquellos que declaren rendimientos netos por encima de los 1.166,70 euros mensuales verán subir sus bases mínimas, según esta segunda propuesta del Gobierno, entre un 1% y un 2,5% como máximo. Esto se traducirá en unos incrementos de las cuotas mensuales de entre 2,9 euros al mes y 14,75 euros.
Así se lo confirmó este lunes el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, a los agentes sociales y a las principales asociaciones de representantes del colectivo, que recibieron de forma dispar la nueva propuesta. Esta supone una clara rectificación respecto al planteamiento inicial que el ministerio hizo la pasada semana. Entonces, el Ejecutivo preveía incrementos de las bases mínimas de cotización y de las cuotas mensuales mucho más fuertes, que iban entre los 11 y los 206 euros más al mes. El aumento era particularmente significativo para los que menos ganan (los incluidos en la citada tabla reducida), para los que se proponía inicialmente un incremento de la cuota de 17 euros mensuales, aunque el incremento más abultado iba destinado al tramo con más ingresos: unos 261.000 autónomos con un rendimiento superior a los 6.000 euros al mes.

Esa primera propuesta, con la que la Seguridad Social quería arrancar la negociación en el diálogo social, cayó como una bomba de relojería y fue duramente criticada por colectivos a la derecha e izquierda de la parte socialista del Gobierno. El mayor rechazo llegó de la asociación de autónomos ATA, incluida en la patronal CEOE; y desde las filas del PP, que durante todo el fin de semana han puesto esta subida de cuotas en el centro de la diana de sus ataques. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, también se colocó al frente de quienes rechazaron lo sugerido por la Seguridad Social, al considerarlo poco progresivo.
Estas críticas no han caído en saco roto, porque, inesperadamente para los negociadores del diálogo social, ha hecho que el Ministerio de Seguridad Social haya reescrito todo su plan. Si bien, con la nueva propuesta tampoco ha llovido a gusto de todos. En esta ocasión, los negociadores de los sindicatos CC OO y UGT han resultado ser los más molestos con lo que les ha planteado el Ejecutivo.
Aunque los responsables de estos dos sindicatos que acudieron a la reunión de este lunes, Carlos Bravo (CC OO) y Cristina Estévez (UGT) dijeron haber “entendido” la congelación de los tramos de los que menos ganan, no comparten en absoluto los menores incrementos para el resto de los tramos.
Bravo calificó de “pendulazo” la propuesta de Saiz; y Estévez aseguró que la iniciativa del Ministerio “malversa” el acuerdo al que llegó el Gobierno con todos los agentes implicados, incluido el Parlamento, en 2022. Ambos atribuyen el nuevo plan a intereses políticos, ante el “ruido” causado por el anterior, que fue rechazado de plano no solo por el Partido Popular, sino también por los ministros de Sumar en el propio Gobierno. Estévez lamentó que el Ejecutivo haya hecho esta rectificación por motivos políticos y en respuesta a “un lobby”, en clara referencia a la asociación ATA, “que defiende a un número muy minoritario de trabajadores autónomos”.
Pero lo paradójico es que el “volantazo” dado por el Gobierno, como lo calificó otro de los negociadores del diálogo social que acudió al encuentro del lunes, tampoco ha servido para cosechar el respaldo de ATA o de partidos como el PP o Junts. El presidente ATA, Lorenzo Amor, celebró que el Ejecutivo haya renunciado al “sablazo” que pretendía dar a los autónomos, pero considera esta segunda propuesta “insuficiente” porque no recoge las mejoras de la protección social que reclama esta asociación en materia de acceso a la prestación por cese de actividad; la creación del subsidio para mayores de 52 años para el colectivo; o el permiso de lactancia, entre otras cuestiones.
En idéntica línea, la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, calificó el cambio de planes como “insuficiente” e insistió en que no se aprobará con los votos de la formación independentista catalana. Y es que, más allá de si el Gobierno logra o no un acuerdo en el seno del diálogo social sobre el esquema de bases de cotización, los cambios de cuotas —ya sean solo para el próximo año o hasta 2031, como planteaba la primera propuesta del Ejecutivo— deberán aprobarse en el Parlamento, con la dificultad que eso supone con la actual aritmética de fuerzas que tiene el Congreso de los Diputados.
Para la asociación de autónomos UPTA,en cambio, la rectificación del Gobierno supone “haber perdido una oportunidad para mejorar las pensiones de los autónomos”. Mientras que a Uatae, también presente en la negociación, le siguen pareciendo muy altas las cuotas reducidas y defienden un mayor recorte de estas tarifas y un mayor aumento de los tramos más altos.
En medio de todo este trajín de propuestas y declaraciones, el secretario de Estado de Seguridad Social, admitió que la rectificación de la propuesta de la pasada semana obedeció al aluvión de críticas que generó. Si bien, volvió a defender el diseño inicial de su plan (en el que las cuotas crecían con mucha más fuerza, tanto las bajas como las altas), explicando que fue ideada como “la forma más adecuada de culminar el proceso de convergencia (entre la cotización de los autónomos y los asalariados) hacia el año 2032 que acordamos en 2022”.
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