El urbano que disparó a un indigente en Barcelona se enfrenta a diez años de prisión

Un agente de la Guardia Urbana se sienta este miércoles en el banquillo por haber disparado con su arma reglamentaria a una persona sin hogar en Barcelona , en noviembre de 2020 . La Fundación Arrels, que ejerce la acusación popular, en defensa del herido, Marjan, un hombre de origen húngaro que entonces tenía 43 años, pide para el policía diez años de cárcel por tentativa de homicidio y lesiones con arma de fuego, con la agravante de aporofobia. Por su parte, la Fiscalía no aprecia delito en la actuación del urbano , que hirió gravemente de un disparo al indigente, al que sí pidió juzgar por atentando contra la autoridad, por haber blandido un cuchillo ante el agente. Entendió así el Ministerio público que el funcionario habría actuado porque temió por su vida. Para Marjan, que sufre un trastorno delirante crónico con esquizofrenia paranoide, pide que la eventual pena de prisión se conmute por internamiento en un centro médico, ya que entiende que cuando se produjeron los hechos sufría un brote psicótico . El suceso se produjo después de que un vecino alertase a la Urbana porque había un « indigente, con diez bolsas de plástico » en una portería. Ese aviso fue el que hizo que los agentes se desplazasen hasta el edificio del paseo Sant Joan de la capital catalana. Cuando llegaron al lugar, el hombre comenzó a caminar de forma acelerada, y los policías le pidieron que se detuviese y recogiese sus pertenencias. La Fiscalía sostiene que el hombre hizo caso omiso, y siguió deambulando cuando, más adelante, un vehículo policial trató de frenarle el paso, y entonces se habría «lanzado» hacia uno de los funcionarios «con el cuchillo en la mano derecha». Así, para tratar de repeler el ataque, indica el Ministerio público, uno de los urbanos disparó su arma reglamentaria. Uno de esos dos tiros hirió gravemente en el abdomen a Marjan , que tuvo que ser trasladado hasta el Hospital de Sant Pau, donde se recuperó. Por su parte, Arrels, entidad que atiende a más de 2.000 personas sin hogar en Barcelona, rebate la tesis del ataque, e indica que, de entrada, la llamada ciudadana active a la Policía y no a servicios sociales «evidencia que los recursos que se ponen en marcha cuando una persona duerme en el calle, no son los adecuados para mejorar su situación». Entienden que, en este caso, como policías deben velar por la seguridad de toda la población y que tienen una responsabilidad concreta en relación a la fuerza que pueden ejercer, por lo que consideran que la actuación del urbano fue «del todo desproporcionada ». Defienden así que Marjan, al que conocían antes del suceso, es la víctima y no el agresor, y que fue tratado como tal por ser un indigente, al que se le vulneraron los derechos a la dignidad e integridad, así como a la vida. Un agente de la Guardia Urbana se sienta este miércoles en el banquillo por haber disparado con su arma reglamentaria a una persona sin hogar en Barcelona , en noviembre de 2020 . La Fundación Arrels, que ejerce la acusación popular, en defensa del herido, Marjan, un hombre de origen húngaro que entonces tenía 43 años, pide para el policía diez años de cárcel por tentativa de homicidio y lesiones con arma de fuego, con la agravante de aporofobia. Por su parte, la Fiscalía no aprecia delito en la actuación del urbano , que hirió gravemente de un disparo al indigente, al que sí pidió juzgar por atentando contra la autoridad, por haber blandido un cuchillo ante el agente. Entendió así el Ministerio público que el funcionario habría actuado porque temió por su vida. Para Marjan, que sufre un trastorno delirante crónico con esquizofrenia paranoide, pide que la eventual pena de prisión se conmute por internamiento en un centro médico, ya que entiende que cuando se produjeron los hechos sufría un brote psicótico . El suceso se produjo después de que un vecino alertase a la Urbana porque había un « indigente, con diez bolsas de plástico » en una portería. Ese aviso fue el que hizo que los agentes se desplazasen hasta el edificio del paseo Sant Joan de la capital catalana. Cuando llegaron al lugar, el hombre comenzó a caminar de forma acelerada, y los policías le pidieron que se detuviese y recogiese sus pertenencias. La Fiscalía sostiene que el hombre hizo caso omiso, y siguió deambulando cuando, más adelante, un vehículo policial trató de frenarle el paso, y entonces se habría «lanzado» hacia uno de los funcionarios «con el cuchillo en la mano derecha». Así, para tratar de repeler el ataque, indica el Ministerio público, uno de los urbanos disparó su arma reglamentaria. Uno de esos dos tiros hirió gravemente en el abdomen a Marjan , que tuvo que ser trasladado hasta el Hospital de Sant Pau, donde se recuperó. Por su parte, Arrels, entidad que atiende a más de 2.000 personas sin hogar en Barcelona, rebate la tesis del ataque, e indica que, de entrada, la llamada ciudadana active a la Policía y no a servicios sociales «evidencia que los recursos que se ponen en marcha cuando una persona duerme en el calle, no son los adecuados para mejorar su situación». Entienden que, en este caso, como policías deben velar por la seguridad de toda la población y que tienen una responsabilidad concreta en relación a la fuerza que pueden ejercer, por lo que consideran que la actuación del urbano fue «del todo desproporcionada ». Defienden así que Marjan, al que conocían antes del suceso, es la víctima y no el agresor, y que fue tratado como tal por ser un indigente, al que se le vulneraron los derechos a la dignidad e integridad, así como a la vida.  image

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