El presidente reivindica la «vía andaluza» en el libro de memorias políticas Manual de Convivencia, que sale hoy a la venta Leer El presidente reivindica la «vía andaluza» en el libro de memorias políticas Manual de Convivencia, que sale hoy a la venta Leer
«¿Alguien se imagina lo que sería ir a un funeral y que el muerto se levante de repente, resucitando delante de todo el mundo? Pues eso más o menos es lo que me ocurrió a mí la noche electoral del 2 de diciembre de 2018. Resucité… políticamente. Resucité, claro está, para quienes me daban por muerto». Juanma Moreno cuenta en su libro Manual de Convivencia. La vía andaluza (Espasa) lo que supusieron para él los resultados de las elecciones autonómicas de 2018: el giro radical de los acontecimientos que le dio la opción de convertirse en el primer presidente no socialista de la Junta de Andalucía.
Quienes le daban por muerto estaban básicamente en su propio partido. Pues hubo muchos que pensaron que Juanma Moreno podría llegar a ser un «buen presidente» pero era un «mal candidato», incapaz de rentabilizar para el PP el desgaste de casi 40 años de gestión socialista en la Junta. De hecho, los populares sacaron unos malos resultados en las elecciones de diciembre de 2018 pero la coyuntura resultó propicia porque el deterioro del PSOE y el deseo de cambio entre los andaluces eran reales. La división del centro-derecha logró la suma de votos necesaria para que se obrara el vuelco y el PP, que obtuvo 90.000 votos más que Ciudadanos, consiguió la presidencia tras pactar el gobierno con la formación del Albert Rivera y recibir el apoyo de Vox en el pleno de investidura.
En las memorias que desde hoy están a la venta, Juanma Moreno reivindica que su llegada a la Junta no fue, sin embargo, fruto de una «carambola», como insistía la oposición para menospreciar el mérito del candidato y presidente. «¿Fue una carambola. Desde luego, no en el sentido peyorativo en el que los portavoces de la oposición utilizaron el término, porque aquel resultado ni mucho menos fue fruto del azar, sino de un trabajo muy bien planificado que llegó a buen puerto gracias a un cúmulo de aciertos por una parte y muchos errores por la otra».
No busquen ni ajustes de cuentas con sus adversarios ni confesiones morbosas en esta semblanza de Juanma Moreno. El Manual de Convivencia que el presidente de la Junta ha publicado en la editorial Espasa no es tampoco un libro de memorias al uso ni un tratado de política. Es un conjunto de reflexiones sobre el día a día de un político que alcanzó su sueño de ser presidente de la Junta contra todo pronóstico y que parece empeñado en ejercer el máximo cargo institucional en Andalucía sin dejar enemigos a su paso.
La lectura de Manual de Convivencia permite comprobar que ese empeño en intentar convencer a todos, de hacer política sin pisar callos no forma parte de una estrategia deliberada sino de una manera de ser que no siempre beneficia al interés del político. Por eso pocos tomaron en serio sus opciones como candidato del PP a la Junta de Andalucía y por eso, en este libro, Juanma Moreno vuelve a reivindicarse frente a otros modelos políticos más expeditivos en las formas y agresivos en la confrontación.
«El pescado en blanco es una receta muy andaluza de cocinar la merluza, la pescada o la rosada. Es una sopa de pescado asociada a dietas ligeras o blandas, una receta adecuada para quienes tienen el estómago delicado o se están recuperando de una enfermedad. Pues bien, a menudo he oído decir que Juanma Moreno «hace menos daño que el pescado en blanco» o que «le falta colmillo». Esa ha sido la principal crítica que he recibido: mi talante tranquilo, afable y hasta dulce. Precisamente por eso, cuando asumí mi responsabilidad como presidente del Partido Popular de Andalucía, opté por presentarme como Juanma en lugar de como Juan Manuel Moreno. No era solo una cuestión de familiaridad, pues todo el mundo en el partido —y mi entorno cercano— me llama así, sino una decisión meditada para que, desde el primer momento, la gente percibiera que mi intención era practicar un liderazgo cercano, accesible, moderado y sereno. «Moreno Nocilla», escribió con guasa mi admirado periodista Antonio Burgos».
Moreno llegó a confesarle a Mariano Rajoy su malestar por la caricatura que de él hacían los adversarios y también los medios de comunicación. «‘Haz lo que hago yo’, me dijo. Mi cerebro trataba de interpretar esas cinco palabras de una manera rápida. ¿Qué me estaba queriendo decir? ¿Que hiciera deporte todas las mañanas para ver la vida de otra manera? ¿Que intentara cultivar una mejor relación con los periodistas para evitar las críticas? Incapaz de adivinar por dónde iba, no me quedó más remedio que preguntarle: «¿Y qué es lo que haces tú, presidente?». Debo confesar que su respuesta fue la que menos me esperaba: «No leas la prensa», me espetó».
Esa supuesta falta de carácter no fue siquiera el principal obstáculo, recuerda el presidente andaluz. El PP tenía que vencer previamente el convencimiento de muchos electores de que la alternancia en Andalucía era necesaria pero era «imposible». «En la conciencia colectiva se había instalado la idea de que Andalucía era un territorio exclusivo del PSOE, como si este fuera una especie de partido institucional, al modo del PRI (Partido Revolucionario Institucional) que gobernó México durante más de setenta años. En esa misma conciencia colectiva también se había arraigado el convencimiento de que cualquier esfuerzo por lograr el cambio era inútil, y así se repetía en conversaciones cotidianas de barra de bar, mesa camilla o redacción de periódico. Incluso entre los afiliados y simpatizantes del partido había calado esa idea, que hacía cundir el desánimo». «A mí, cuando me veían subiendo y bajando de la furgoneta para recorrer la inmensidad de Andalucía, o durmiendo a varios cientos de kilómetros de distancia de la ciudad en la que había amanecido, me decían: «To pa na, Juanma, to pa na». O sea, «todo para nada».
La obra es un alegato en favor de un estilo propio de hacer política alejado de la confrontación por la confrontación. A menudo, a Juanma Moreno se le retrata en comparación con Isabel Díaz Ayuso, en lo que se conoce como las dos almas del PP. Pero, lejos de subrayar las diferencias, Moreno destaca en su libro los «méritos» de la presidenta de la Comunidad de Madrid: «Si ya resulta complicado gobernar Andalucía con los tentáculos del sanchismo a dos horas y media de AVE (cuando los trenes eran puntuales, claro), imagino lo complicado que debe de ser gobernar la comunidad en la que se concentran todos los resortes del poder central (…). Y, pese a ello, Isabel ha mantenido con determinación y carácter una hoja de ruta que ha llevado a su territorio a una senda de prosperidad y buena gestión que nos llena de orgullo a todos sus compañeros de partido(…) El amplio respaldo electoral conseguido es su gran aval, y constituye una de las principales fortalezas de mi partido a nivel nacional. Estoy seguro de que será una de las catapultas que llevará a Alberto a ser presidente del Gobierno».
Sobre Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Junta resalta la cercanía y complicidad que les une en lo político y en lo personal. «Nuestra relación se basa en la sinceridad, en el respeto y en una comunicación directa y fluida. Siempre le reconoceré el enorme servicio que prestó al asumir el liderazgo del partido en un momento especialmente delicado». «Alberto se encontrará con un Estado atrofiado, porque todas las bazas se han jugado a la supervivencia política y no a la gestión. Nuestro país necesita un tratamiento de rehabilitación a base de reformas profundas. Pero hay una que es urgente: reconciliar a los españoles, curar la herida abierta por quienes dividen, polarizan y reparten carnés de ciudadanos buenos y malos, y devolverle a España la autoestima y el prestigio. Alberto lo hará y cuenta con mi apoyo más leal y sincero para conseguirlo».
Juanma Moreno, que reconoce que practica la meditación y aconseja el mindfullness a sus adversarios, defiende, en resumen, que hay que rebajar la tensión y la polarización y reivindica «la vía andaluza» de estar en política marcada por «la serenidad, el diálogo y la calma».
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