Junts maniobra para responsabilizar a Illa del fracaso de la negociación con el PSOE

«Llevamos mucho tiempo ausentes. Hay que volver al campo ya». Un alto cargo de Junts definía de esta manera, en conversación con ABC, la inquietud con que en el partido se ha analizado su estrategia desde el inicio de la legislatura catalana, donde el protagonismo en el Congreso de los Diputados ha sido inversamente proporcional a su irrelevancia en el Parlamento de Cataluña. El foco puesto sobre el propio Carles Puigdemont y su lugarteniente en Madrid, Míriam Nogueras, ha opacado una labor de oposición en Cataluña en todo caso difuminada, con un Salvador Illa que, aunque no con pocas dificultades, ha conseguido meter a la región en una suerte de baño maría político en el que la única noticia relevante está siendo la irrupción de Aliança Catalana, precisamente en detrimento de Junts.Noticia Relacionada estandar Si Los independentistas ven «agotada» la vía de la negociación con el mediador en el extranjero Joan Guirado En enero le dieron un voto de confianza al PSOE por petición del intermediario retirando la cuestión de confianzaEl partido está tratando de dar la vuelta a esta sensación de estar «desdibujados, como si fuésemos actores secundarios en Cataluña», un cambio de actitud más agresiva, punzante, que comenzó a visibilizarse en el último debate de Política General en el Parlament de hace dos semanas, un viraje estratégico ordenado tras la anterior reunión de la dirección de Junts en Waterloo, tal y como avanzó este diario. Desde entonces, con más o menos acierto, Junts ha puesto a Illa en la diana, una labor de desgaste que no tiene otro objetivo que mantener a Junts como principal alternativa a la presidencia de la Generalitat, en realidad su único y último propósito como partido. Se trata, en definitiva, de ganar foco en Cataluña. «Nuestra posición en el Congreso es solamente instrumental. La estabilidad del Gobierno o nuestra mayor o menor dureza en el Congreso deben leerse solo en clave de política catalana», sostienen las mismas fuentes. Una estrategia sostenida en el tiempo, ya desde los tiempos de Jordi Pujol, pero que, tras perder la Generalitat y convertirse en árbitro en la Cámara Baja, a partir de 2023, la dirección de Junts no supo encontrar su nueva razón de ser en el panorama político.Noticia Relacionada estandar Si Junts y ERC advierten a Sánchez a través de Illa: o cumple con el concierto económico para Cataluña o no habrá presupuestos Daniel Tercero Los de Puigdemont y Junqueras recuerdan a los líderes del PSOE y PSC que no están satisfechos con el desarrollo de los acuerdos firmados en 2023 y 2024Es en este contexto en el que se trata de sostener una doble estratagema. Una, más doméstica, de oposición clásica, en la que Junts dispara contra todo –desde la supuesta tardanza de Illa en acudir a Tarragona por la Dana de hace unos días a un imaginado proceso de «españolización» de TV3 con la excusa de una nueva imagen y logos–, junto con otra, más sofisticada y de fondo, aprovechando en este caso también la fuerza de los neoconvergentes en Madrid. Este último flanco pasa, de manera principal, por intentar trasladar la idea de que los incumplimientos o tardanzas del Gobierno en la aplicación del contenido del llamado ‘acuerdo de Bruselas’, por el que Junts votó la investidura de Pedro Sánchez, son en buena parte responsabilidad de un Illa que, según el relato de Junts, no presiona lo suficiente al PSOE, cuando no directamente boicotea, por hacer efectivo el traspaso de las competencias de inmigración, la nueva financiación o el catalán en la Unión Europea.Según la tesis de los de Puigdemont, lo que trata de hacer Illa en realidad es anestesiar Cataluña y desnacionalizarla, lo que pasaría por impedir precisamente que la comunidad asuma más competencias. El relato se completa recordando que Illa, que gobierna con el apoyo de ERC y Comuns, es en realidad el «presidente del 155». «Nos acusan de boicotear el ‘acuerdo de Bruselas’ cuando no tenemos ningún problema, lo suscribimos al 100%», precisan a este diario desde el grupo socialista en el Parlament, «otra cosa es que de rondón, nos quieran colar una propuesta de resolución en la que se incluye un referéndum, y eso ya no».Noticia Relacionada estandar Si Illa reconoce que el cambio sobre la amnistía fue por el resultado de las elecciones de 2023 Daniel Tercero El presidente de la Generalitat, que carga la mutación socialista a Sánchez, admite que fue el pago por mantener la MoncloaEsto es lo que ocurrió en el debate de Política General. Junts presentó un texto con dos puntos, el primero, un extracto del ‘acuerdo de Bruselas’, en el segundo, la petición al Ejecutivo de llevar a cabo un referéndum de independencia. El PSC votó a favor del primer punto y en contra del segundo.«Aprieta pero no ahoga»La estrategia de Junts de atacar a Illa y responsabilizarle de las dificultades en las concesiones arrancadas por Junts tienen, además, una doble virtud para los de Puigdemont, según apuntan otras fuentes políticas. A la vez que se desgasta al ‘president’ se quita el foco de lo que en realidad podría leerse como el propio fracaso e incapacidad de Junts, que, pese al ruido, el lenguaje faltón y las amenazas de dejar caer a Sánchez por sus incumplimientos no dan el paso y propician, por ejemplo, una moción de censura, aunque fuese instrumental para dejar caer al presidente del Gobierno.«La idea de que Junts aprieta pero no ahoga empieza a calar, y cargarle el muerto a Illa es una forma de desviar el foco y sacudirse la imagen de sumisos que Aliança Catalana puede aprovechar», reconocen las mismas fuentes. Algo así como tratar de sugerir a la opinión pública, o al menos a su electorado en pugna con los de Sílvia Orriols, por un lado, y los de Oriol Junqueras, por el otro, que si Junts estuviera al frente de la Generalitat la coordinación con la influencia en el Congreso sería total.A partir de ahora, este será el mensaje. Ayer, en la clausura del Campus Junts 2025 en Cardona (Barcelona), organizado por la fundación Fundem la República, el retiro en el que está Laura Borràs, directora académica de la fundación, ya se evidenció. El expresidente autonómico, que sigue fugado de la Justicia desde 2017, evitó las críticas a Sánchez, que ya se dan por supuestas y que no tienen más recorrido, y centró su intervención en clave interna catalana: la Generalitat.Noticia Relacionada estandar Si La foto de Illa y Puigdemont desata las alarmas en el PSOE Ainhoa Martínez Los socialistas se ponen en guardia ante próximos gestos que pueden hundirles en las eleccionesTras defender que «la construcción de la nación no se acaba nunca» y que el objetivo es la república catalana, Puigdemont pidió a los cuadros de su partido que hagan independentismo dando soluciones a los problemas de la vivienda, la inmigración, los servicios sociales y, por ejemplo, la energía «con rigor, sin escondernos de los debates complejos». El presidente de Junts, que tiene previsto reunirse hoy con alcaldes de su partido en Bélgica, reivindicó «ser reconocibles» para ser alternativa a Illa. «Llevamos mucho tiempo ausentes. Hay que volver al campo ya». Un alto cargo de Junts definía de esta manera, en conversación con ABC, la inquietud con que en el partido se ha analizado su estrategia desde el inicio de la legislatura catalana, donde el protagonismo en el Congreso de los Diputados ha sido inversamente proporcional a su irrelevancia en el Parlamento de Cataluña. El foco puesto sobre el propio Carles Puigdemont y su lugarteniente en Madrid, Míriam Nogueras, ha opacado una labor de oposición en Cataluña en todo caso difuminada, con un Salvador Illa que, aunque no con pocas dificultades, ha conseguido meter a la región en una suerte de baño maría político en el que la única noticia relevante está siendo la irrupción de Aliança Catalana, precisamente en detrimento de Junts.Noticia Relacionada estandar Si Los independentistas ven «agotada» la vía de la negociación con el mediador en el extranjero Joan Guirado En enero le dieron un voto de confianza al PSOE por petición del intermediario retirando la cuestión de confianzaEl partido está tratando de dar la vuelta a esta sensación de estar «desdibujados, como si fuésemos actores secundarios en Cataluña», un cambio de actitud más agresiva, punzante, que comenzó a visibilizarse en el último debate de Política General en el Parlament de hace dos semanas, un viraje estratégico ordenado tras la anterior reunión de la dirección de Junts en Waterloo, tal y como avanzó este diario. Desde entonces, con más o menos acierto, Junts ha puesto a Illa en la diana, una labor de desgaste que no tiene otro objetivo que mantener a Junts como principal alternativa a la presidencia de la Generalitat, en realidad su único y último propósito como partido. Se trata, en definitiva, de ganar foco en Cataluña. «Nuestra posición en el Congreso es solamente instrumental. La estabilidad del Gobierno o nuestra mayor o menor dureza en el Congreso deben leerse solo en clave de política catalana», sostienen las mismas fuentes. Una estrategia sostenida en el tiempo, ya desde los tiempos de Jordi Pujol, pero que, tras perder la Generalitat y convertirse en árbitro en la Cámara Baja, a partir de 2023, la dirección de Junts no supo encontrar su nueva razón de ser en el panorama político.Noticia Relacionada estandar Si Junts y ERC advierten a Sánchez a través de Illa: o cumple con el concierto económico para Cataluña o no habrá presupuestos Daniel Tercero Los de Puigdemont y Junqueras recuerdan a los líderes del PSOE y PSC que no están satisfechos con el desarrollo de los acuerdos firmados en 2023 y 2024Es en este contexto en el que se trata de sostener una doble estratagema. Una, más doméstica, de oposición clásica, en la que Junts dispara contra todo –desde la supuesta tardanza de Illa en acudir a Tarragona por la Dana de hace unos días a un imaginado proceso de «españolización» de TV3 con la excusa de una nueva imagen y logos–, junto con otra, más sofisticada y de fondo, aprovechando en este caso también la fuerza de los neoconvergentes en Madrid. Este último flanco pasa, de manera principal, por intentar trasladar la idea de que los incumplimientos o tardanzas del Gobierno en la aplicación del contenido del llamado ‘acuerdo de Bruselas’, por el que Junts votó la investidura de Pedro Sánchez, son en buena parte responsabilidad de un Illa que, según el relato de Junts, no presiona lo suficiente al PSOE, cuando no directamente boicotea, por hacer efectivo el traspaso de las competencias de inmigración, la nueva financiación o el catalán en la Unión Europea.Según la tesis de los de Puigdemont, lo que trata de hacer Illa en realidad es anestesiar Cataluña y desnacionalizarla, lo que pasaría por impedir precisamente que la comunidad asuma más competencias. El relato se completa recordando que Illa, que gobierna con el apoyo de ERC y Comuns, es en realidad el «presidente del 155». «Nos acusan de boicotear el ‘acuerdo de Bruselas’ cuando no tenemos ningún problema, lo suscribimos al 100%», precisan a este diario desde el grupo socialista en el Parlament, «otra cosa es que de rondón, nos quieran colar una propuesta de resolución en la que se incluye un referéndum, y eso ya no».Noticia Relacionada estandar Si Illa reconoce que el cambio sobre la amnistía fue por el resultado de las elecciones de 2023 Daniel Tercero El presidente de la Generalitat, que carga la mutación socialista a Sánchez, admite que fue el pago por mantener la MoncloaEsto es lo que ocurrió en el debate de Política General. Junts presentó un texto con dos puntos, el primero, un extracto del ‘acuerdo de Bruselas’, en el segundo, la petición al Ejecutivo de llevar a cabo un referéndum de independencia. El PSC votó a favor del primer punto y en contra del segundo.«Aprieta pero no ahoga»La estrategia de Junts de atacar a Illa y responsabilizarle de las dificultades en las concesiones arrancadas por Junts tienen, además, una doble virtud para los de Puigdemont, según apuntan otras fuentes políticas. A la vez que se desgasta al ‘president’ se quita el foco de lo que en realidad podría leerse como el propio fracaso e incapacidad de Junts, que, pese al ruido, el lenguaje faltón y las amenazas de dejar caer a Sánchez por sus incumplimientos no dan el paso y propician, por ejemplo, una moción de censura, aunque fuese instrumental para dejar caer al presidente del Gobierno.«La idea de que Junts aprieta pero no ahoga empieza a calar, y cargarle el muerto a Illa es una forma de desviar el foco y sacudirse la imagen de sumisos que Aliança Catalana puede aprovechar», reconocen las mismas fuentes. Algo así como tratar de sugerir a la opinión pública, o al menos a su electorado en pugna con los de Sílvia Orriols, por un lado, y los de Oriol Junqueras, por el otro, que si Junts estuviera al frente de la Generalitat la coordinación con la influencia en el Congreso sería total.A partir de ahora, este será el mensaje. Ayer, en la clausura del Campus Junts 2025 en Cardona (Barcelona), organizado por la fundación Fundem la República, el retiro en el que está Laura Borràs, directora académica de la fundación, ya se evidenció. El expresidente autonómico, que sigue fugado de la Justicia desde 2017, evitó las críticas a Sánchez, que ya se dan por supuestas y que no tienen más recorrido, y centró su intervención en clave interna catalana: la Generalitat.Noticia Relacionada estandar Si La foto de Illa y Puigdemont desata las alarmas en el PSOE Ainhoa Martínez Los socialistas se ponen en guardia ante próximos gestos que pueden hundirles en las eleccionesTras defender que «la construcción de la nación no se acaba nunca» y que el objetivo es la república catalana, Puigdemont pidió a los cuadros de su partido que hagan independentismo dando soluciones a los problemas de la vivienda, la inmigración, los servicios sociales y, por ejemplo, la energía «con rigor, sin escondernos de los debates complejos». El presidente de Junts, que tiene previsto reunirse hoy con alcaldes de su partido en Bélgica, reivindicó «ser reconocibles» para ser alternativa a Illa.  

«Llevamos mucho tiempo ausentes. Hay que volver al campo ya». Un alto cargo de Junts definía de esta manera, en conversación con ABC, la inquietud con que en el partido se ha analizado su estrategia desde el inicio de la legislatura catalana, donde … el protagonismo en el Congreso de los Diputados ha sido inversamente proporcional a su irrelevancia en el Parlamento de Cataluña. El foco puesto sobre el propio Carles Puigdemont y su lugarteniente en Madrid, Míriam Nogueras, ha opacado una labor de oposición en Cataluña en todo caso difuminada, con un Salvador Illa que, aunque no con pocas dificultades, ha conseguido meter a la región en una suerte de baño maría político en el que la única noticia relevante está siendo la irrupción de Aliança Catalana, precisamente en detrimento de Junts.

El partido está tratando de dar la vuelta a esta sensación de estar «desdibujados, como si fuésemos actores secundarios en Cataluña», un cambio de actitud más agresiva, punzante, que comenzó a visibilizarse en el último debate de Política General en el Parlament de hace dos semanas, un viraje estratégico ordenado tras la anterior reunión de la dirección de Junts en Waterloo, tal y como avanzó este diario. Desde entonces, con más o menos acierto, Junts ha puesto a Illa en la diana, una labor de desgaste que no tiene otro objetivo que mantener a Junts como principal alternativa a la presidencia de la Generalitat, en realidad su único y último propósito como partido. Se trata, en definitiva, de ganar foco en Cataluña.

«Nuestra posición en el Congreso es solamente instrumental. La estabilidad del Gobierno o nuestra mayor o menor dureza en el Congreso deben leerse solo en clave de política catalana», sostienen las mismas fuentes. Una estrategia sostenida en el tiempo, ya desde los tiempos de Jordi Pujol, pero que, tras perder la Generalitat y convertirse en árbitro en la Cámara Baja, a partir de 2023, la dirección de Junts no supo encontrar su nueva razón de ser en el panorama político.

Es en este contexto en el que se trata de sostener una doble estratagema. Una, más doméstica, de oposición clásica, en la que Junts dispara contra todo –desde la supuesta tardanza de Illa en acudir a Tarragona por la Dana de hace unos días a un imaginado proceso de «españolización» de TV3 con la excusa de una nueva imagen y logos–, junto con otra, más sofisticada y de fondo, aprovechando en este caso también la fuerza de los neoconvergentes en Madrid.

Este último flanco pasa, de manera principal, por intentar trasladar la idea de que los incumplimientos o tardanzas del Gobierno en la aplicación del contenido del llamado ‘acuerdo de Bruselas’, por el que Junts votó la investidura de Pedro Sánchez, son en buena parte responsabilidad de un Illa que, según el relato de Junts, no presiona lo suficiente al PSOE, cuando no directamente boicotea, por hacer efectivo el traspaso de las competencias de inmigración, la nueva financiación o el catalán en la Unión Europea.

Según la tesis de los de Puigdemont, lo que trata de hacer Illa en realidad es anestesiar Cataluña y desnacionalizarla, lo que pasaría por impedir precisamente que la comunidad asuma más competencias. El relato se completa recordando que Illa, que gobierna con el apoyo de ERC y Comuns, es en realidad el «presidente del 155». «Nos acusan de boicotear el ‘acuerdo de Bruselas’ cuando no tenemos ningún problema, lo suscribimos al 100%», precisan a este diario desde el grupo socialista en el Parlament, «otra cosa es que de rondón, nos quieran colar una propuesta de resolución en la que se incluye un referéndum, y eso ya no».

Esto es lo que ocurrió en el debate de Política General. Junts presentó un texto con dos puntos, el primero, un extracto del ‘acuerdo de Bruselas’, en el segundo, la petición al Ejecutivo de llevar a cabo un referéndum de independencia. El PSC votó a favor del primer punto y en contra del segundo.

«Aprieta pero no ahoga»

La estrategia de Junts de atacar a Illa y responsabilizarle de las dificultades en las concesiones arrancadas por Junts tienen, además, una doble virtud para los de Puigdemont, según apuntan otras fuentes políticas. A la vez que se desgasta al ‘president’ se quita el foco de lo que en realidad podría leerse como el propio fracaso e incapacidad de Junts, que, pese al ruido, el lenguaje faltón y las amenazas de dejar caer a Sánchez por sus incumplimientos no dan el paso y propician, por ejemplo, una moción de censura, aunque fuese instrumental para dejar caer al presidente del Gobierno.

«La idea de que Junts aprieta pero no ahoga empieza a calar, y cargarle el muerto a Illa es una forma de desviar el foco y sacudirse la imagen de sumisos que Aliança Catalana puede aprovechar», reconocen las mismas fuentes. Algo así como tratar de sugerir a la opinión pública, o al menos a su electorado en pugna con los de Sílvia Orriols, por un lado, y los de Oriol Junqueras, por el otro, que si Junts estuviera al frente de la Generalitat la coordinación con la influencia en el Congreso sería total.

A partir de ahora, este será el mensaje. Ayer, en la clausura del Campus Junts 2025 en Cardona (Barcelona), organizado por la fundación Fundem la República, el retiro en el que está Laura Borràs, directora académica de la fundación, ya se evidenció. El expresidente autonómico, que sigue fugado de la Justicia desde 2017, evitó las críticas a Sánchez, que ya se dan por supuestas y que no tienen más recorrido, y centró su intervención en clave interna catalana: la Generalitat.

Tras defender que «la construcción de la nación no se acaba nunca» y que el objetivo es la república catalana, Puigdemont pidió a los cuadros de su partido que hagan independentismo dando soluciones a los problemas de la vivienda, la inmigración, los servicios sociales y, por ejemplo, la energía «con rigor, sin escondernos de los debates complejos». El presidente de Junts, que tiene previsto reunirse hoy con alcaldes de su partido en Bélgica, reivindicó «ser reconocibles» para ser alternativa a Illa.

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