La Comisión Europea cree que el arancel del 30% anunciado por Trump “prácticamente prohíbe” el comercio transatlántico

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, se llevó un buen disgusto el sábado cuando leyó la carta enviada a Bruselas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que anunciaba aranceles del 30% a los productos europeos a partir del 1 de agosto. Primero, porque lleva negociando meses con Washington y creía que el principio de acuerdo era posible la semana pasada, hasta que el tarifazo le despertó de ese sueño. Y segundo porque, “siendo sinceros, una idea de arancel del 30% es efectivamente prohibitiva para el comercio mutuo”, ha advertido este lunes.

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 El comisario Maros Sefcovic se muestra “muy decepcionado” con el ‘tarifazo’ de Trump  

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, se llevó un buen disgusto el sábado cuando leyó la carta enviada a Bruselas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que anunciaba aranceles del 30% a los productos europeos a partir del 1 de agosto. Primero, porque lleva negociando meses con Washington y creía que el principio de acuerdo era posible la semana pasada, hasta que el tarifazo le despertó de ese sueño. Y segundo porque, “siendo sinceros, una idea de arancel del 30% es efectivamente prohibitiva para el comercio mutuo”, ha advertido este lunes.

Esta idea, la de que unos aranceles del 30% “prácticamente prohíbe el comercio”, la ha repetido el negociador europeo varias veces a su llegada al Consejo de la UE en Bruselas, donde se ve con los ministros de Comercio y Exteriores de los Estados miembros. Ahí les explicará el estado actual de las conversaciones y recabará el apoyo de todos o casi todos —la Hungría del ultra Viktor Orbán ya se ha desmarcado, como es su costumbre— para tratar de lograr la anhelada salida pactada antes del 1 de agosto.

El respaldo generalizado lo ha dejado claro a su llegada Lars Lokke Rasmussen, ministro de Exteriores de Dinamarca, país que preside el Consejo en la segunda mitad de este año: “[Sefcovic] Ha hecho un trabajo excepcional en circunstancias muy difíciles (…) necesita todo el apoyo que podamos darle”. También el responsable español de Economía (y de Comercio), Carlos Cuerpo, ha cerrado filas con el Ejecutivo comunitario.

Budapest vuelve a ser el verso suelto en el mensaje de unidad europea: “Lamentamos que la Comisión no haya sido capaz de lograr un acuerdo con los estadounidenses, creemos que están dispuestos e interesados en concluir un acuerdo con la UE y el hecho de que no esté aún listo muestra el fracaso de la Comisión a la hora de responder a las agresivas tácticas negociadoras de Estados Unidos”, ha criticado el viceministro de Exteriores y Comercio húngaro, Levente Magyar, que ha llamado al Ejecutivo de Ursula von der Leyen a “endurecerse” y adaptar sus tácticas a las de Washington: “La Comisión debería ser más firme, eficiente y asertiva para asegurarse de que los intereses europeos prevalezcan al final de este proceso”, ha subrayado el húngaro, quien, no obstante, ha rechazado cualquier imposición inmediata de contramedidas y ha instado a reconocer la “nueva realidad impuesta” por Washington, que incluye la alta posibilidad, ha dicho, de tener que aceptar un acuerdo “asimétrico”.

Más allá de Hungría, a la reunión de este lunes los protagonistas llegan dispuestos a parafrasear a los clásicos. “Si quieres paz, prepárate para la guerra”, ha enfatizado el danés Rasmussen. “Y ahí estamos”. Esto quiere decir que, además de recabar el apoyo de las capitales, la Comisión tiene que dar cuenta del grado de preparación de las respuestas y réplicas arancelarias si llega el fracaso.

Ahí, Sefcovic desgranará con los ministros la segunda lista de productos que la Comisión presentó hace un par de meses y que ascendía inicialmente a unos 95.000 millones de euros. Ese listado, tras la consulta pública a Estados miembros y partes interesadas, se habría reducido hasta los 72.000 millones, según fuentes conocedoras del proceso.

Si esa segunda réplica finalmente se aprobara, se sumaría a la que está suspendida, que equivale a unos 20.000 millones. Es decir, la respuesta de la UE, por el momento, sería algo superior a los 90.000 millones. Eso afectaría a algo menos de un tercio de las importaciones europeas desde Estados Unidos, lo que implica que la réplica de los Veintisiete quedaría muy lejos del golpe de Washington, que alcanza al 70% de las exportaciones de la UE hacia el otro lado del Atlántico.

No obstante, en la estrategia de defensa europea para esta guerra comercial no está solo la devolución de golpes. También se busca la ampliación de destinos para exportaciones y, por tanto, de más alianzas comerciales. “EE UU supone alrededor del 13% del comercio global. Así que queda otro 87% y creo que todos vemos oportunidades en otras partes del mundo para tenderle la mano a Europa”, ha analizado el ministro danés Rasmussen un día después de que la Comisión Europea anunciara un acuerdo político con Indonesia para cerrar un tratado de comercio en los próximos meses. En la mira de la presidencia danesa de turno, ha subrayado Rasmussen, está también “lograr que el Mercosur cruce la línea de meta” antes de finales de año.

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