Amama denuncia la «ruina» de la sanidad pública y reclama más recursos y una comisión de investigación sobre los fallos en el cáncer de mama Leer Amama denuncia la «ruina» de la sanidad pública y reclama más recursos y una comisión de investigación sobre los fallos en el cáncer de mama Leer
Rosario, 68 años, cobra 600 euros de pensión y, dice, no puede pagarse un seguro sanitario privado. En 2022 le hicieron una primera mamografía y le anunciaron una segunda que tardó tres años. «Aún no sé los resultados». Este domingo, recorrió los algo más de 72 kilómetros que separan su casa, en el municipio de Guillena, del centro de Sevilla para participar en la manifestación convocada por la asociación Amama Sevilla en respuesta a los fallos en los cribados del cáncer de mama. «No es un error», asegura.
Algo más de 41 kilómetros se ha hecho Ana María, de 55 años, desde Brenes, para denunciar que «nos sentimos abandonadas» tras contar que tuvo que reclamar la primera mamografía a los 52 años y, un año después, fue operada.
Rosario y Ana María fueron dos de las miles de mujeres (y hombres) que este domingo han respondido a la llamada de Amama, la asociación que destapó los retrasos en las mamografías del sistema sanitario público andaluz -que ya afectan, según la Junta, a 2.317 mujeres) y que ya se ha convertido en la mayor crisis que ha tenido que afrontar el gobierno andaluz del PP, tras la del Covid, desde que llegó al poder en enero de 2019.
La gran explanada que hay justo delante de la fachada principal del Palacio de San Telmo -la sede de la Presidencia de la Junta- se ha llenado durante varias horas de camisetas rosas, globos, pancartas y gritos que exigían la dimisión del presidente de la Junta, Juanma Moreno, al tiempo que defendían la sanidad pública. Los organizadores aseguran que allí había 30.000 personas, aunque la Policía Nacional las redujo a 8.500 y la Policía Local a 4.500.
Al margen de la diferencia (abismal) de cifras, Amama ha logrado este domingo llevar la crisis de los cribados ante las mismísimas puertas de San Telmo, de manera que los gritos y las consignas contra el ejecutivo del PP han resonado en los despachos y en los grandes salones del antiguo palacio de los Montpensier.
Justo bajo los balcones, la presidenta de Amama, Ángela Claverol, ha vuelto a señalar a Moreno como el principal responsable no solo de los errores en los cribados, sino de la situación de deterioro generalizado del Servicio Andaluz de Salud (SAS): «Los cribados son solo la punta del iceberg, la sanidad pública la han destruido y por eso estamos aquí», ha dicho mientras los manifestantes aplaudían y coreaban «¡Bonilla, dimisión!».
Claverol -cuya convocatoria han apoyado los sindicatos CCOO y UGT, partidos de izquierda como el PSOE o Sumar y las mareas blancas- ha hecho una encendida defensa del sistema público, «que es nuestro», y ha arremetido con dureza contra el ejecutivo autonómico, al que ha acusado, primero, de ignorar los avisos de mal funcionamiento de Amama, al menos, desde 2021. Ha recordado cómo en estos años han advertido de lo que pasaba a todos los consejeros de Salud, desde Jesús Aguirre a Rocío Hernández, pasando por Catalina García. Ninguno, ha criticado, les hizo caso.
«El primero nos llamó miedicas y la tercera no tiene ni nombre, vergüenza de clase política», ha señalado indignada para continuar que «lo peor» ha sucedido en los últimos días, cuando «nos han amenazado, han roto las cerraduras de nuestra sede, nos han insultado, nos han vapuleado, nos han llamado alarmistas».
«Les importamos una mierda», ha sentenciado, ha clamado la presidenta de Amama Sevilla, que ha exigido al Gobierno andaluz que se atienda «ya» a las mujeres que están aún pendientes de un diagnóstico definitivo, que se recupere la participación de las asociaciones en los programa de salud, que se depuren responsabilidades y que se aumenten los recursos del sistema sanitario.
«Hay muchas mujeres que han confiado en un sistema que las ha defraudado y que ha puesto sus vidas en peligro», se ha lamentado Claverol, que ha augurado que la concentración de este domingo supondrá un antes y un después, un punto de inflexión. «Esto es solo el principio», ha afirmado.
La presidenta de Amama ha confirmado que será esta semana cuando, al fin, se sentarán con el nuevo consejero de Presidencia y Sanidad, Antonio Sanz, después de que el viernes pasado la asociación rechazase participar en la comisión de seguimiento de la crisis de los cribados, una decisión que Claverol justificó porque «no tenía ni orden del día».
Ha hecho hincapié en que ahora las quieren recibir porque «tienen miedo, porque se juegan su supervivencia política«, aunque las enfermas de cáncer de mama, ha replicado, «nos jugamos la vida».
Las mujeres de Amama, ha resaltado, «somos voluntarias, no cobramos, somos pacientes oncológicas que nos dejamos la piel» con un objetivo: «Queremos morir de viejas, no de cáncer».
Claverol, convertida en una especie de reencarnación de Spiriman (el médico que fue el azote de los últimos gobiernos del PSOE), ha enfatizado que no pertenecen, ni ella ni sus compañeras, a ningún partido político, aunque en la concentración ha habido representantes de formaciones como la socialista, con su vicesecretaria general regional, María Márquez, o Sumar, con su diputado nacional Francisco Sierra, entre otros.
Entre los participantes había grupos como el de Encarna, Rosa, Dulce y Juana, que se habían desplazado desde la barriada de Sevilla Este para apoyar las reivindicaciones de Amama y también porque «somos del PSOE».
A la cita en la explanada frente a San Telmo han acudido manifestantes de diferentes puntos de la provincia, desde El Viso a Brenes, y de prácticamente todas las provincias andaluzas.
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