Los aranceles de Trump han terminado de impulsar una ‘diplomacia’ económica andaluza en Asia sin precedentes. La comunidad aprovecha su buen momento para atraer inversiones y aumentar las exportaciones Leer Los aranceles de Trump han terminado de impulsar una ‘diplomacia’ económica andaluza en Asia sin precedentes. La comunidad aprovecha su buen momento para atraer inversiones y aumentar las exportaciones Leer
A Juanma Moreno y a tres de sus consejeros -los de Hacienda, Carolina España; Industria, Jorge Paradela, y Turismo y Acción Exterior, Arturo Bernal- les pilló en Japón el último gran susto en forma de terremoto y alerta de tsunami que sacudió el país a finales del mes de julio. Fue la anécdota de un viaje diseñado desde meses atrás, con una intensa agenda y con un objetivo muy definido: vender Andalucía en la cuarta economía del mundo y volver con la maleta llena de souvenirs en forma de acuerdos comerciales e inversiones.
Entre esos recuerdos, el presidente andaluz volvió con un acuerdo estratégico entre el Kyoto Research Park y el Málaga Tech Park, la ampliación de la fábrica de Hitachi en Córdoba (una inversión de 80 millones y casi 400 empleos) o el compromiso de la multinacional de plásticos Takahata de asentarse en La Carolina (Jaén).
El desembarco en Japón se produjo apenas tres semanas después de que una delegación china de primer nivel, encabezada por el vicepresidente de la potencia asiática, Han Zheng, visitase oficialmente Sevilla. Vino de Jerez, jamón ibérico de Huelva y los jardines de los duques de Montpensier recibieron a la delegación china, que devolvió así la visita que el presidente andaluz hizo a China en mayo del año pasado.
Japón y China están en el objetivo comercial del gobierno andaluz y son dos de los pilares sobre los que se asienta la estrategia de captación de inversiones y promoción de las exportaciones que está desplegando la Junta como respuesta a la subida arancelaria de Estados Unidos, sí, pero, sobre todo, con la vista puesta en el largo plazo.
Fue hace tres años, en 2022, cuando la empresa Chainis Khan se asentó en Málaga, con una inversión de apenas medio millón de euros, para impulsar el desarrollo de ‘software’. Creó una docena de empleos. No fue un proyecto importante y llegó con discreción, pocos se enteraron.
Sin embargo, fue el prólogo del desembarco chino que, ahora sí, se está produciendo en Andalucía, con inversiones millonarias acompañadas de la creación de cientos de puestos de trabajo. Tras Chainis Khan llegó, en 2023, la apertura de una fábrica de fibra de vidrio por parte de Zhenshi Spain en Cádiz, con un presupuesto de 45 millones de euros y 400 empleos. Ese mismo año, Huizhou desat SV Automotive Ltd. comprometía una inversión de 30 millones de euros para abrir una factoría de componentes de automoción en Linares, en Jaén, en las instalaciones de Santana Motor, abandonadas desde hace décadas y símbolo del declive industrial de la comarca y de la región. Allí mismo, en 2024, Anhui Coronet Tech Co. Ltd. anunció su proyecto para abrir una fábrica de todoterrenos que proporcionaría trabajo a 200 personas con una inversión de cinco millones de euros. Y Trina Solar, también en 2024, adelantó la construcción de una planta de producción de hidrógeno verde en Huelva, con 200 millones de inversión y medio centenar de empleos.
De acuerdo con la información que maneja la Agencia Trade -dependiente de la Junta de Andalucía-, China es el primer país no europeo y el segundo en el mundo en el que más crecieron las exportaciones andaluzas en 2024, un 16,2%, hasta alcanzar los 1.317 millones de euros. Ese mismo año, las exportaciones globales de España a China bajaron un 1,6%.
Si se confirman las expectativas y solo con que los proyectos comprometidos o en marcha echen a andar, Andalucía verá cómo se dispara la inversión china, que en 2024 se concretó en algo más de medio millón de euros. Para hacerse una idea del interés que está despertando la comunidad andaluza en esta megaeconomía internacional basta decir que, entre 2019 y 2025, Andalucía Trade, la agencia autonómica que se encarga de promover el comercio internacional, ha gestionado 51 proyectos de capital chino (seis de ellos en 2025) y cinco ya han comprometido inversión, con una previsión de creación de casi un millar de empleos.
Ahora mismo, en Andalucía Trade hay registradas 14 empresas chinas instaladas en Andalucía, entre ellas Huawei, Jinkosolar, la China National Nuclear Corporation, Trina Solar o Desay, estas dos últimas protagonistas de dos de los mayores proyectos en ciernes.
Además, la gran industria andaluza, el turismo -que supone hasta un 12% del PIB de la comunidad-, aspira a pescar en las redes de este acercamiento comercial, que antes de la pandemia del covid llegó a convertirse en una fuente notable de visitantes, alcanzando en 2019 el millón de turistas chinos. En 2024 visitaron Andalucía 265.000 y, pese a la evidente merma, suponen el 16% de todo el turismo chino en España.
Actualmente, la balanza comercial es negativa para Andalucía en 752 millones de euros, ya que las importaciones (2.069 millones de euros) son muy superiores a los 1.317 millones de exportaciones. Es decir, por cada euro que Andalucía exporta, importa por valor de 1,57 euros. Con todo, es una relación comercial «mucho más saneada» que la media de España, subraya la consejera de Economía y Hacienda, Carolina España.
Con Japón, las magnitudes son menores, pero la balanza es tradicionalmente positiva, se exporta mucho más de lo que se compra y aquel país era en 2022 el 13er destino mundial de las ventas andaluzas en el extranjero.
Además de las inversiones japonesas anunciadas tras este viaje oficial de Moreno -la más importante, los 80 millones de euros de Hitachi o un laboratorio de IA de Fujitsu-, la Junta mira a aquel país como un mercado incipiente y con gran capacidad de crecimiento. Solo en el sector agroalimentario, las exportaciones desde Andalucía a Japón ascendieron en 2024 a 147 millones de euros, con un incremento del 8,6% respecto al año anterior. El aceite de oliva, fuertemente castigado por los aranceles de Trump, es uno de los productos más demandados por los japoneses.
Ahí es consciente el Gobierno andaluz del PP de que queda mucho camino por recorrer. «El potecial es enorme», subraya Carolina España, que no ve grandes riesgos geopolíticos en estrechar los lazos con China. Porque, hace hincapié, al mismo tiempo se trabaja por abrir nuevos mercados en Asia -como Japón- «sin dejar de lado EEUU», pero especialmente impulsados por la guerra arancelaria.
Que esta diplomacia comercial de Andalucía está surtiendo efecto lo prueban no solo los proyectos concretos que se han anunciado desde China o Japón en el último año. Los datos estadísticos globales que maneja la Junta certifican que la comunidad vive el «mejor momento» en confianza de inversores extranjeros. El de 2019 a 2024 ha sido el mejor sexenio de su historia y el periodo entre 2022 y 2024, el mejor trienio.
En 2024, el último ejercicio cerrado, a Andalucía llegaron inversiones extranjeras por un importe de 837,06 millones de euros, el segundo mejor registro de la década tras un excepcional 2022.
Eso supone que Andalucía, en este ámbito, crece un 41%, más del doble que España (que lo hace al 18,90%) y la comunidad se coloca en el sexto lugar entre las mayores receptoras de inversión extranjera directa, por detrás de Madrid (24.705 millones), Cataluña (4.923 millones), Comunidad Valenciana (1.105 millones), País Vasco (1.069 millones) y Aragón (912 millones).
Estados Unidos es, con diferencia, el principal inversor en Andalucía, con el 23% del total del año pasado y la provincia de Málaga como imán de la comunidad fuera del país. Cuarenta y cuatro euros de cada cien que se invirtieron en la región desde el extranjero el año pasado tuvieron como destino Málaga.
Además de la potencia americana, destacan como inversores otros cuatro países, desde los que se invirtieron en 2024 más de 80 millones de euros como mínimo. Se trata de Reino Unido, Francia, Dinamarca y Alemania.
Las inversiones estadounidenses se centran en el sector de la construcción de edificios y en actividades auxiliares a los servicios financieros y el dato de 2024 es el mejor registro en Andalucía desde 2019.
Reino Unido prefiere invertir en gestión de actividades deportivas o comercio al por menor de productos alimenticios, mientras que la inversión francesa tiene un gran peso en la fabricación de productos metálicos y la danesa, en el suministro de energía. Alemania, que alcanzó los 82 millones de inversiones, apostó sobre todo por los servicios de alojamiento, por la hotelería.
A finales del año pasado, más de 3.100 empresas de capital extranjero tenían sede en Andalucía. Son empresas que facturan 36.259 millones de euros y que dan empleo a 88.472 personas.
Si hay un indicador que sirve para medir el atractivo comercial y empresarial de una región es el nivel de confianza y las perspectivas de las empresas extranjeras y el Barómetro del Clima de Negocios en Andalucía de 2024 refleja que el 87% de estas compañías prevé aumentar o mantener sus inversiones en la comunidad y que el 56% prevé aumentar su facturación y el 28% mantenerla.
«Ha sido un viaje muy productivo», dijo, a modo de resumen el presidente andaluz tras su periplo por Japón y la idea, precisamente, es que las estadísticas de 2025 ya reflejen los resultados del ambicioso plan andaluz para ‘conquistar’ Asia.
La apuesta de Andalucía por reforzar los lazos comerciales y económicos con China y con Asia, en general, no es un caso aislado ni es una excepción ni en España ni en el resto de la Unión Europea. El proteccionismo salvaje y la beligerancia de la segunda Administración Trump en los Estados Unidos, según Jorge Díaz, profesor de Economía en ICADE Universidad Comillas, ha movido los resortes del comercio mundial y ha traído como consecuencia que las miradas se vuelvan, como nunca antes, hacia el gigante asiático y sus vecinos.
Andalucía, insiste, no es una excepción y la mayoría de las comunidades autónomas españolas van en la misma dirección. «Sería un error estratégico no apostar por el comercio internacional», subraya este especialista en economía.
De hecho, a su juicio, fue esta apuesta, intensificada a raíz de la crisis de 2008, la que ha permitido a España sortear las últimas crisis, como la del Covid.
Sería una equivocación porque, incide, el eje económico mundial se está trasladando desde el Atlántico hasta el sudeste asiático y China, que tiene muchas papeletas de ser la primera economía mundial en un futuro y, si EEUU no corrige el rumbo, el «garante del comercio internacional».
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