La Hermandad de la Macarena aprueba la restauración de la Virgen de la Esperanza entre abucheos y gritos de dimisión

La Basílica, el Museo, la Casa de Hermandad y la cercana Iglesia de San Gil albergaron a dos mil hermanos que acudieron en masa a exigir «explicaciones y responsabilidades» Leer La Basílica, el Museo, la Casa de Hermandad y la cercana Iglesia de San Gil albergaron a dos mil hermanos que acudieron en masa a exigir «explicaciones y responsabilidades» Leer  

Sevilla, a 29 de julio de 2025. Dos horas antes del cabildo de hermanos. Cientos de sevillanos a las puertas de la Basílica de la Esperanza Macarena. Y no solo frente al templo, sino en todas las inmediaciones. La Resolana, la calle Bécquer y la calle Feria. De principio a fin, a rebosar de gente. Entre el murmullo, una espontánea devota pregunta al aire: ¿Pero hasta dónde llega la cola? Esto parece diciembre». Y razón no le falta.

En vísperas de la Navidad, miles de cofrades de todo el país acuden a la capital andaluza a besar la mano de la Virgen de la Esperanza. Un acto que motiva la cercanía del devoto con la Imagen que venera todo el año. Pero esta vez era diferente. La Virgen estaba lejos, en el camarín. Pero no importaba. Los hermanos de la cofradía lo tenían claro: «No hemos venido a verla, sino a recuperar la Macarena que nos han robado».

«Llevo desde las 17.30 aquí, y hasta las 19.30 no nos han dejado pasar», señalaba Rafael, uno de los primeros cofrades que consiguió entrar en el atrio de la Basílica. Y como él, 14.000 hermanos más que conforman la nómina de la Hermandad de la Macarena. Eran convocados en el templo sevillano para responder una simple pregunta: La restauración de la Macarena, ¿sí o no?. Esa era la cuestión.

La Hermandad de la Macarena dispuso más de cinco espacios para albergar a la gran cantidad de público que se dio cita en el cabildo. Habiendo convocado a la totalidad de la nómina, correspondiente a 14.000 hermanos, asistieron alrededor de 2.000 a ejercer su derecho a voto, según datos oficiales de la corporación. Los feligreses quedaron ubicados en diferentes espacios relacionados con la cofradía: el Tesoro-Museo de la Macarena, la Casa de Hermandad, la cercana Iglesia de San Gil y la Basílica de la Macarena, entre otros.

Los dos templos se quedaron pequeños ante la gran participación de fieles y devotos, por lo que la corporación tuvo que ubicar a algunos votantes en el propio Altar Mayor, a espaldas de la Virgen de la Esperanza. «Es una vergüenza que estemos en esta situación, sabían que íbamos a acudir en masa después de lo ocurrido», señaló uno de los macarenos mientras se reubicaban algunas puntos.

Gente de pie ante el retablo en la Basílica, y ante pantallas en las demás dependencias de la cofradía. En el caso de la Iglesia de San Gil, la gran afluencia de público obligó a la Hermandad de la Macarena a mantener abiertas las puertas, facilitando la ventilación del espacio. Una medida cargada de polémica, ya que sevillanos ajenos a la corporación pudieron escuchar algunas de las intervenciones a pie de calle. Una situación anómala, que desafió la ‘estricta confidencialidad’ en la que se desarrollan estos actos de participación cofrade en el seno de las hermandades.

Estos curiosos estuvieron más presentes que algunos propios votantes de la corporación ya que, ante un retraso superior a 40 minutos, decidieron comenzar el cabildo general de hermanos sin todos los participantes en el interior de las dependencias. Decisión criticada, especialmente por redes sociales, que sembró la polémica desde el inicio de la jornada: «Esto es inadmisible, debemos impugnar la votación«, argumentaba Rosario, una de las hermanas que aún permanecía a la espera de entrar en la Basílica.

Mientras tanto, tomó la palabra el hermano mayor de la Hermandad de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero. «La dignidad empieza donde termina nuestra responsabilidad, por lo que nos declaramos culpables de lo ocurrido«, sentenció en sus primeras palabras. En su parlamento, primero en inaugurar las históricas votaciones, el representante corporativo anunció las nuevas medidas que se van a acometer sobre los Titulares de la cofradía: al igual que la Virgen de la Esperanza Macarena, las Imágenes de Jesús de la Sentencia y la Virgen del Rosario también serán sometidas a un proceso de análisis por parte del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).

Media hora después del inicio, mientras el hermano mayor ‘describía’ algunos de los hechos públicos que se sucedieron el fin de semana de las ‘tres restauraciones’ de la Virgen de la Esperanza, ingresaba en el atrio basilical el último hermano participante en la votación. Y seguramente, su asombro sería mayúsculo al acceder al templo, ya que se sucedían los abucheos.

Entre los argumentos enunciados por Cabrero, algunos hermanos macarenos generaron atronadores réplicas al grito de «¡Dimisión!», mientras la Junta de Gobierno pedía «cautela y respeto». Ante tal situación, el hermano mayor se sinceró ante los cofrades participantes en el cabildo pronunciando una frase que forma ya parte de la historia reciente de la corporación: «Las 14 familias de la Junta de Gobierno lo han pasado muy mal durante todo este tiempo», a lo que un encendido clamor popular respondió: «¿y cómo lo hemos pasado el resto de 14.000 hermanos de la cofradía? ¿y la ciudad de Sevilla?».

El momento más revelador fue la lectura del informe emitido por el IAPH, en el que se arrojaba luz sobre el actual estado de la dolorosa. Esta entidad, independiente plenamente a la propia corporación, despertó el aplauso incesante de los miles de hermanos que se congregaban en la Basílica y que, por fin, escuchaban «la verdad de la Imagen». «Parece mentira que haya tenido que pasar todo esto para que conozcamos cómo está la Macarena», satirizaba uno de los votantes, mientras otro aseguraba que «al final, hay que estar incluso agradecidos a las pestañas«.

Sin embargo, el informe fue demoledor en su contenido. La talla de la dolorosa, datada en el siglo XVII y confirmada por los expertos de esta entidad, presentaba tres principales deficiencias: presenta ‘humedad’ en la espalda, el profesor Arquillo ‘recreció’ en su intervención los párpados de la Imagen y, lo más preocupante, la Virgen revela un ‘ataque de xilófagos’. Esta condición propia de la madera, material que compone la estructura propia de las dolorosas de candelero, podrían haber aparecido debido a la aparición de una grieta en el rostro de la Imagen.

Una vez finalizada la lectura del informe del IAPH, los hermanos se enfrentaban a una votación sin precedentes. Un ‘Juicio Final’, que sellaría una ‘Sentencia’ definitiva sobre el caso, y nunca mejor dicho. Curiosamente, una de las pantallas en las que se retransmitió el cabildo quedaba localizada en una de las salas del museo, entre las imágenes secundarias que conforman el paso de misterio de Jesús de la Sentencia. Paradójicamente, la Imagen de Poncio Pilato se lavaba las manos, mientras contemplaba la retransmisión en directo. Una vez más, ‘ver para creer’.

De cara a la votación, los hermanos macarenos cerraron las puertas de las dependencias parroquiales. No obstante, algunos hermanos de la corporación aseguran que, a pesar de haber votado una única vez por persona, no había «un control estricto» en las votaciones ya que «no era necesario identificarse». Así, uno a uno, votaron todos y cada uno de los hermanos asistentes al cabildo de hermanos. Algunos por dolor, otros por despecho y rabia, pero todos por devoción. Cada papeleta contenía el sufrimiento de «haber vivido unos hechos inadmisibles e inaceptables», tal y como destacaba un macareno a través de las redes sociales.

Y ante el mundo, Sevilla habló. 998 votos a favor, 458 en contra, 6 nulos y 13 en blanco. La Macarena será sometida a una restauración por parte de Pedro Manzano. Cinco horas de cabildo, y una intervención que se estima que durará tres meses. Si fuera necesario más tiempo, se podría extender hasta el próximo periodo cuaresmal del año 2026, antes de Semana Santa.

¿Por qué hay que restaurar a la Virge de la Macarena?

La crónica de la «fatídica» restauración de la Macarena se remonta al sábado 21 de junio. Esa mañana, los pórticos de la Basílica se abrían para recibir a los primeros curiosos. La Virgen de la Esperanza había sido sometida a una ‘intervención’ por parte del taller del profesor Arquillo Torres. Un proceso rápido, cinco jornadas, en las que el conservador solucionaría algunas ‘deficiencias superficiales’ que presentaba la dolorosa. Pero a los ojos de los devotos, todo cambiaba. «No se reconoce a la Virgen que llevamos toda la vida rezando», señalaban los presentes, apuntando a una «impronta diferente» en la presentación de la Imagen.

¿El motivo? Unas pestañas. Su incorporación habría influido directamente en la percepción de la Virgen. Y no solo revolucionó a los hermanos y devotos de la Macarena, sino a todo el país. Los principales medios de comunicación acudieron en masa a las plantas de la Virgen de la Esperanza para mostrar un fenómeno que trascendía fronteras. La palabra ‘Macarena’ era número uno en redes sociales. Y mientras el debate se abría al mundo, las puertas de la Basílica se cerraban una hora antes de lo previsto. Aquella mañana nacería una polémica nacional, pero los siguientes acontecimientos marcarían definitivamente la historia de la Hermandad de la Macarena.

Unas cuatro horas de cierre bastaron para que la Imagen fuera sometida a una leve intervención, en la que las pestañas serían reducidas notablemente. Los sevillanos se encontraban aquella tarde ante el ‘segundo rostro’ de la Macarena. Pero no convenció, y la Junta de Gobierno sometió a la Virgen a otra intervención durante la madrugada del domingo, que revelaría el ya ‘tercer rostro’ de la Macarena.

Así, sin previo aviso, los cofrades y curiosos llegaron a la Basílica un domingo cualquiera, y encontraron a la Macarena en el suelo. Frente a frente, ante los sevillanos. A través de una Solemne Veneración Extraordinaria, extendida durante tres jornadas, la Hermandad de la Macarena presentaba a la dolorosa en la cercanía a los sevillanos, fieles y devotos, buscando que pudieran «respirar más tranquilos». Si bien la iniciativa calmó los ánimos, los hermanos de la corporación no han dudado estos meses en mostrar públicamente su indignación ante una Junta de Gobierno que debía «dimitir en bloque»: «Con la Hermandad os habéis topado, no podéis cargaros una Imagen de 450 años».

¿Y por qué votar en contra de la restauración?

Los hermanos macarenos que participaron en la votación representaban fielmente la realidad patente en las calles de Sevilla: había posiciones enfrentadas. La Junta de Gobierno procedió a la lectura de un informe del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), en el que se refleja el estado actual de conservación de la Imagen y, con posterioridad, la propuesta de restauración. Los representantes corporativos plantearon la posibilidad de que el reconocido restaurador sevillano Pedro Manzano acometiera una intervención sobre la dolorosa. Era el momento de los hermanos.

Algunos macarenos apostaban firmemente por una «restauración inmediata» en la que se devuelva a la Virgen su «impronta original». Parecía un deseo unánime, pero muchos se oponían a ello. ¿Por qué?, por «desconfianza». Mostraron públicamente su desaprobación ante los «inaceptables e indecentes» hechos que se sucedieron durante aquellas 24 horas, en las que la Virgen de la Esperanza presentó tres rostros diferentes. La necesidad de someter a la Macarena a una restauración era prácticamente unánime, pero la vigencia actual de los representantes corporativos en sus respectivos cargos despertó ‘recelos’ entre algunos miembros de la cofradía.

¿Qué son los ‘xilófagos’?

Los xilófagos son organismos, principalmente insectos y algunos tipos de hongos, que se alimentan de la madera. La perforan y destruyen, ya sea en árboles vivos, madera talada o productos derivados como muebles, estructuras de edificios o libros. Al alimentarse, causan galerías y túneles que comprometen la integridad y resistencia del material, lo que puede llevar a daños estructurales significativos en construcciones o a la destrucción de objetos de valor.

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