La tributación de las multinacionales españolas supera el 20%, seis puntos más que un año antes

Las décadas de globalización y libre comercio que la guerra arancelaria en curso amenaza con borrar de un plumazo permitieron no solo que se multiplicaran los intercambios globales de bienes y servicios. También llevó a las empresas a internacionalizar más su actividad, desde deslocalizar parte de la producción a instalarse en el extranjero, obligando a reformular las reglas de tributación para que fueran más allá de las fronteras de los Estados nación. Actualmente hay decenas de grandes grupos con filiales diseminadas a lo largo y ancho del globo. Es el caso de 142 multinacionales de matriz española que en 2022 obtuvieron 97.895 millones de euros en beneficios y pagaron sobre ellos un 20,1% de impuestos (19.685 millones), muy por encima del 14,4% del año anterior. Así lo refleja el último Informe país por país publicado por la Agencia Tributaria, que también revela la existencia de una gran dispersión de tipos: más de un tercio de las sociedades incluidas en la estadística tributó a un tipo efectivo inferior al 15%, el mínimo pactado en el seno de la OCDE; y 23 grupos que acumulan el 10,2% de todas las ganancias declaradas lo hicieron al 1,3%. Solo 43 multinacionales registraron una tasa por encima del 25%, el tipo legal del impuesto de Sociedades en España.

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 Los 142 grandes grupos del país registraron en 2022 unas ganancias de 97.895 millones y pagaron 19.685 en el impuesto sobre sociedades, aunque un tercio sigue pagando menos del 15%  

Las décadas de globalización y libre comercio que la guerra arancelaria en curso amenaza con borrar de un plumazo permitieron no solo que se multiplicaran los intercambios globales de bienes y servicios. También llevó a las empresas a internacionalizar más su actividad, desde deslocalizar parte de la producción a instalarse en el extranjero, obligando a reformular las reglas de tributación para que fueran más allá de las fronteras de los Estados nación. Actualmente hay decenas de grandes grupos con filiales diseminadas a lo largo y ancho del globo. Es el caso de 142 multinacionales de matriz española que en 2022 obtuvieron 97.895 millones de euros en beneficios y pagaron sobre ellos un 20,1% de impuestos (19.685 millones), muy por encima del 14,4% del año anterior. Así lo refleja el último Informe país por país publicado por la Agencia Tributaria, que también revela la existencia de una gran dispersión de tipos: más de un tercio de las sociedades incluidas en la estadística tributó a un tipo efectivo inferior al 15%, el mínimo pactado en el seno de la OCDE; y 23 grupos que acumulan el 10,2% de todas las ganancias declaradas lo hicieron al 1,3%. Solo 43 multinacionales registraron una tasa por encima del 25%, el tipo legal del impuesto de Sociedades en España.

Los datos del Country by Country Report o CbC, por sus siglas en inglés, no son comparables ni pretenden sustituir las demás estadísticas sobre tributación corporativa que publica la agencia. Su afán es esbozar la actividad intragrupo en un mundo cada vez más interconectado y recabar información sobre la tributación de las grandes multinacionales españolas y sus filiales, que en 2022 eran 14.564 —siete de cada diez de ellas con domicilio fiscal en el extranjero—. De hecho, solo deben presentar el Informe país por país los grupos más grandes, aquellos que facturan más de 750 millones de euros a escala mundial.

Los números que proporcionan las compañías dan muestra de ese proceso de internacionalización que han vivido en los últimos años. Por ejemplo, un 32% de las filiales de matriz española estaban en el año 2022 radicadas en España, mientras que otro 18% se localizaban en el conjunto de los vecinos europeos y el 50% restante se situaban en otros continentes. Pese a ello, la mayor parte de los ingresos siguen obteniéndolos en su país de origen. Es decir, las multinacionales declararon en España el 55,7% de su facturación mundial, así como el 46,4% de sus activos totales, el 41,8% de su beneficio y el 34,6% del impuesto soportado.

También reflejan las fuertes diferencias que hay entre unos grupos y otros. Por ejemplo, las 23 multinacionales que menos pagaron (con un tipo efectivo medio del 1,3%) acumularon un resultado antes de impuestos de 9.517 millones y concentraron el 10,2% del beneficio mundial de este selecto club, pero solo pagaron el 0,7% de toda la cuota del impuesto sobre sociedades. En cambio, otros 28 grupos con 15.866 millones antes de impuestos y un tipo del 17,7% soportaron el 17,5% de toda la factura fiscal.

La obligación de presentar el informe nace de los compromisos de transparencia tributaria que España ha asumido con la OCDE. El organismo, que representa a las economías más avanzadas del globo, trabaja desde hace años en la reforma de las reglas de tributación internacional con el objetivo de reducir la elusión fiscal corporativa, que se disparó al calor de la globalización y la digitalización. En 2021, logró un consenso entre más de 130 países para fijar un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades a los mayores grupos. La Comisión Europea aprobó después una directiva que recoge el acuerdo y España acaba de trasponerla a su legislación interna.

El primer informe sobre las multinacionales de matriz española se publicó en 2019 con datos de 2016. Los 112 grupos incluidos en la estadística de entonces ganaron 91.849 millones y tributaron a un tipo del 12,6%. A partir de ese año, su contribución fiscal relativa ha crecido, aunque con altibajos: en 2017 pagaron en impuestos un 17% de su beneficio global, un 18,3% en 2018, un 16,7% en 2019 y un 24,8% en 2020, el año de la pandemia y en el que los beneficios corporativos se resquebrajaron. La recuperación de la actividad en 2021 redujo la aportación hasta el 14,4%, pues el denominador (beneficios) se disparó comparado con la caída del ejercicio anterior. En 2022, el último año con datos disponibles, el tipo subió hasta el 20,1%, debido a una ligera reducción de los beneficios —un retroceso del 0,5%— y un marcado aumento en el pago de impuestos, del 39%.

La principal diferencia de este informe con la estadística por antonomasia de fiscalidad empresarial de la Agencia Tributaria, las cuentas anuales consolidadas del impuesto de sociedades, es la base que toma para calcular el tipo efectivo. La información país por país emplea el beneficio neto, descontado de pérdidas, de todas las filiales en una misma jurisdicción, en lugar de la ganancia bruta global. Es decir, el CbC calcula un tipo efectivo pagado o devengado a partir de las cifras de cada jurisdicción, siempre de acuerdo con las reglas fiscales de esos territorios.

Otra cosa es cuánto y sobre qué tienen que pagar impuestos las empresas por ley. El tipo nominal general del impuesto de sociedades en España es del 25% sobre la base imponible, una magnitud inferior al beneficio porque se aplican reducciones y deducciones como la compensación de bases negativas (que permite aminorar la factura fiscal si en ejercicios anteriores se han registrado pérdidas) o la deducción de dividendos por doble imposición. También es diferente el método de cálculo para el impuesto mínimo global pactado en el seno de la OCDE. En ese caso, el tipo efectivo se computa como la ratio entre el impuesto devengado y una base imponible calculada ad hoc, con las mismas reglas para todas las jurisdicciones y una batería de ajustes que pueden llevar a cabo.

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