LaLiga ya ha solicitado a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) el permiso para que el Barcelona-Atlético del próximo 22 de diciembre se dispute en el Hard Rock Stadium de Miami. Así lo han confirmado diversas fuentes, entre ellas la propia federación. El consentimiento de la RFEF es imprescindible para que la patronal pueda, por fin, llevar un partido oficial de Liga a Estados Unidos, después de los intentos fallidos de 2018 de trasladar un Girona-Barcelona y de 2019, un Villarreal-Atlético.
El trámite es el requisito indispensable para que la patronal pueda llevar el duelo a tierras estadounidenses
LaLiga ya ha solicitado a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) el permiso para que el Barcelona-Atlético del próximo 22 de diciembre se dispute en el Hard Rock Stadium de Miami. Así lo han confirmado diversas fuentes, entre ellas la propia federación. El consentimiento de la RFEF es imprescindible para que la patronal pueda, por fin, llevar un partido oficial de Liga a Estados Unidos, después de los intentos fallidos de 2018 de trasladar un Girona-Barcelona y de 2019, un Villarreal-Atlético.
Tal y como adelantó EL PAÍS el pasado lunes, ambos clubes ya dieron el visto bueno para que Relevent, la empresa estadounidense que organizará el encuentro, solicitara previamente a petición de LaLiga el permiso a la FIFA y ahora a la RFEF. El organismo que preside Gianni Infantino contestó que primero debería autorizar la RFEF y después la UEFA. También es necesario que tanto la confederación centroamericana (Concacaf) como la propia federación estadounidense den su aprobación al celebrarse el partido en su territorio. En las anteriores intentonas, tanto la FIFA como la RFEF, por entonces presidida por Luis Rubiales, se opusieron a que se disputasen partidos de las competiciones ligueras fuera de los respectivos países donde se disputan.
Ruubiales, inhabilitado por la FIFA, ya no está y el pasado mes de mayo el Consejo de la FIFA creó un grupo de trabajo con Relevent para llevar partidos de ligas europeas a Estados Unidos. A través de una joint-venture que comparten LaLiga y la compañía estadounidense, los clubes profesionales del fútbol español vienen disputando partidos amistosos en Estados Unidos desde hace varias temporadas. El acuerdo de LaLiga con Relevent es por 15 años y ante la imposibilidad de llevar un clásico o un derbi madrileño a Miami por la oposición del Real Madrid, el segundo enfrentamiento más importante y tractivo del campeonato español para Relevent es el Barcelona-Atlético. Con el Camp Nou aún en obras y el Barcelona jugando en Montjuïc, es menos problemático para el club azulgrana ir a Miami.
Fuentes federativas afirman que una vez que han recibido la propuesta será estudiada por la comisión gestora, el organismo que ahora rige el día a día de la federación al haber sido convocadas ya las elecciones presidenciales para el próximo 16 de diciembre. En LaLiga confían en obtener el sí de la gestora, una vez que las relaciones entre la entidad que preside Javier Tebas y la RFEF se han estabilizado bajo la presidencia de Pedro Rocha, ahora suspendido por el Tribunal Administrativo del Deporte. Ante el temor de una denuncia, la gestora federativa debe resolver la duda de si tiene potestad para autorizar un partido de Liga fuera del territorio español. Fuentes jurídicas expertas en derecho deportivo consultadas por este periódico aseguran que la gestora sí puede dar el visto bueno y ponen como ejemplo que la RFEF sigue estableciendo los horarios del fútbol no profesional.
Como en las dos anteriores ocasiones, LaLiga podría encontrarse de nuevo con la oposición del sindicato de futbolistas (AFE), aunque este no tiene capacidad para prohibir la celebración del encuentro. Según fuentes del sindicato el partido en Miami entre el Barcelona y el Atlético se está organizando sin contar con los jugadores. Este fue uno de los principales reproches que David Aganzo, presidente de AFE, reprochó a LaLiga con la primera intentona de 2018, además de recalcar que se vulneraba el convenio colectivo de los jugadores porque las fechas marcadas afectaban a las vacaciones y a los días de descanso de los futbolistas. En este caso, la fecha del 22 de diciembre, próxima a la Navidad puede ser problemática. ”Ojalá se juegue acá con la afición de España, que es la que nos sigue todos los partidos”, dijo el martes José María Giménez, uno de los capitanes del Atlético.
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