Las charlas de Xabi y Modric: de recibirle como compañero en un bus a despedirle como técnico

Xabi Alonso recibió a Luka Modric en el Real Madrid sentado en un autobús rumbo a un clásico en el Bernabéu, y 13 años después se dispone a despedirle desde el banquillo camino del primer Mundial de Clubes, que sería el título 29 del croata en el club. Uno de los tres partidos que le separan de este título será el último del legendario centrocampista con el Madrid. Empezando por el de cuartos de final de este sábado contra el Borussia Dortmund en Nueva Jersey (22.00, Dazn y Telecinco).

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 El tolosarra quiere exprimir los últimos días del croata en el Real Madrid, que busca la semifinal contra el Borussia Dortmund  

Xabi Alonso recibió a Luka Modric en el Real Madrid sentado en un autobús rumbo a un clásico en el Bernabéu, y 13 años después se dispone a despedirle desde el banquillo camino del primer Mundial de Clubes, que sería el título 29 del croata en el club. Uno de los tres partidos que le separan de este título será el último del legendario centrocampista con el Madrid. Empezando por el de cuartos de final de este sábado contra el Borussia Dortmund en Nueva Jersey (22.00, Dazn y Telecinco).

Modric llegó por fin al Real Madrid el 27 de agosto de 2012 después de una de esas negociaciones incómodamente interminables con Daniel Levy, el presidente del Tottenham, que estiró el proceso con continuos cambios de última hora. Antes del desenlace, el futbolista llegó a estar dos veces en el aeropuerto en Londres para viajar a Madrid, y acabó regresando a casa. Pudo firmar solo dos días antes de la vuelta de la Supercopa contra el Barcelona en la que necesitaban remontar el 3-2 de la ida en el Camp Nou y José Mourinho lo incluyó en la lista.

Camino al estadio, recibió una de las primeras lecciones sobre el Real Madrid de quien ahora es su entrenador y entonces era compañero: “Los hinchas rodeaban el autocar, gritaban, cantaban, saltaban para vernos y nos demostraron que estaban con nosotros. Yo iba sentado al lado de Xabi Alonso, y me explicó que aquella era una de las tradiciones del Real Madrid. Me impresionó muchísimo”, recuerda el croata en su autobiografía, publicada en 2020. El Madrid se impuso 2-1 y él celebró su primer título de blanco.

Jugó dos temporadas con Xabi, ganaron juntos la Décima en 2014 y siguió ganando sin él. Después de tener aquella primera charla sobre el Madrid, ahora, con el regreso del tolosarra, les toca mantener las últimas. “Es muy fácil”, explicó el técnico hace unos días. “Con Luka siempre hemos tenido muy buena relación. Cuando éramos compañeros, cuando éramos amigos, y ahora que tenemos esta relación de entrenador-jugador. Creo que tenemos esa confianza para saber qué es lo que toca en cada momento”.

Cree que en estas últimas semanas puede dejar todavía una última contribución al grupo: “Me gusta mucho ver la relación que tiene Luka con los jóvenes de la plantilla. Es una influencia muy buena y queremos disfrutarla en estas tres o cuatro semanas que vamos a estar aquí”. Es un sentimiento que empapa la concentración del equipo en Palm Beach. “Él siempre nos apoya”, dijo hace poco Víctor Muñoz, uno de los últimos canteranos en sumarse al grupo. “Te fijas en él siempre desde el primer día que subes. Intentas sacar cualquier cosa de un tío con tanta experiencia, uno de los mejores jugadores del mundo”.

No hay duda con el tamaño de su figura, subrayado también por Xabi: “Es un jugador de época. Es un jugador legendario que va a quedar en la historia del Madrid. Y poder estrujarle un poquito más hasta el último día va a ser un lujo”.

No solo para los jóvenes. Dani Carvajal, que lleva con él desde el verano de 2013, también quiere apurar estos últimos días: “Disfrutar con él y de él. Verle entrenar, verle jugar, es una maravilla. Estar con él en el hotel para nosotros es muy especial. E intentar también hacer que él disfrute sus últimos momentos con la camiseta del Madrid”.

“Da gusto verle estos días”, dice una fuente del club. “Ha asumido perfectamente su rol y está muy participativo y encantado de estar aquí”.

La cuenta atrás de su despedida del Madrid está siendo uno de los resortes sentimentales de este torneo recién estrenado. Como ha sucedido en los últimos meses en el Bernabéu, cada vez que asoma provoca un estallido de nostalgia anticipatoria: “Luka, Luka…”, se ha oído con insistencia en las gradas de los estadios de Miami, Charlotte y Filadelfia cuando salía vestido de calle a reconocer el césped al llegar al recinto, cuando aparecía en el calentamiento general, cuando se preparaba en la banda para entrar al partido. Ningún futbolista ha concitado un cariño de esa intensidad en el Mundial.

Aunque en realidad su carrera no termina. Cuando acabe su camino en el torneo y supere el reconocimiento médico se incorporará al Milan, como confirmaron a The Athletic fuentes del club italiano. Pero su separación del Madrid tiene todo el sabor de un final de era cuyos efectos alcanzaron incluso a su compatriota Igor Tudor, entrenador de la Juventus, los primeros que pudieron acabar con esta historia en octavos: “En un país como el nuestro, con menos de cuatro millones de habitantes, solo nace alguien como él cada 300 años”. El Dortmund, finalista de su última Champions en 2024, hace este sábado el siguiente intento de terminar con su leyenda.

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