L’Enric, gastronomía catalana con cocina ininterrumpida hasta medianoche

La calle Enrique Granados es uno de los principales centros para la restauración y el ocio en Barcelona y el restaurante L’Enric, en el número 41 de esta vía casi peatonal, se yergue como uno de los establecimientos donde gozar de la tradición gastronómica catalana actualizada y que tiene en el producto su principal seña y la proximidad como máxima. Pero lo que distingue a L’Enric, que dispone de una amplia terraza cubierta y un interior acogedor e informal, es la amplia sonrisa con la que Chus recibe a los comensales. Lo mejor es dejarse aconsejar por la pizpireta jefa de sala antes de sumergirse en su variada carta de platos y tapas, sin dejar de mirar antes las sugerencias escritas en tiza, donde destacan el brioche de ternera mechada, una delicia.Entre sus platos principales, destacan el el arroz a la llauna con butifarra, setas y espárragos verdes, el tartar de vaca sobre tuétano , la pluma ibérica con boniato y espárragos verdes, y el estofado de rabo de toro al vino tinto. También el pulpo a la brasa ahumado al romero con parmentier y el canelón de calabacín con brandada de bacalao, perfecto para quienes buscan platillos para compartir.En este restaurante al que se puede acudir frecuentemente por su relación calidad-precio, es aconsejable arrancar con un trío de croquetas : la de gorgonzola con nueces es suprema, sin desmerecer la de jamón ibérico o la de rabo de buey estofado. Y como colofón, la torrija a la crema de Baileys supone un contraste perfecto entre la capa crujiente exterior y la suavidad interior, con un toque helado y de licor que convierte cada bocado en una deliciosa experiencia.Cada tres meses, L’Enric actualiza sus sugerencias, renovándose para ofrecer una oferta adaptada a la temporada. Además, dispone de dos menús especiales para grupos: uno de ellos más informal, con platos para compartir, y el otro, además de entrantes, incluye un plato principal. Abre todos los días y su disponibilidad de cocina es total de 9,30 de la mañana hasta medianoche , permaneciendo abierto el local hasta la 1 de la madrugada, que se prolonga hasta las 2 los jueves, viernes y sábados, de manera que es un establecimiento perfecto para el vermut con tapas o el tardeo con amigos o compañeros de trabajo. La selección de vinos incluye opciones locales de Cataluña y los clásicos de denominaciones de origen de La Rioja y Ribera del Duero para maridar cualquier ágape. Los cócteles tradicionales también destacan en la carta, con opciones clásicas que nunca pasan de moda. La calle Enrique Granados es uno de los principales centros para la restauración y el ocio en Barcelona y el restaurante L’Enric, en el número 41 de esta vía casi peatonal, se yergue como uno de los establecimientos donde gozar de la tradición gastronómica catalana actualizada y que tiene en el producto su principal seña y la proximidad como máxima. Pero lo que distingue a L’Enric, que dispone de una amplia terraza cubierta y un interior acogedor e informal, es la amplia sonrisa con la que Chus recibe a los comensales. Lo mejor es dejarse aconsejar por la pizpireta jefa de sala antes de sumergirse en su variada carta de platos y tapas, sin dejar de mirar antes las sugerencias escritas en tiza, donde destacan el brioche de ternera mechada, una delicia.Entre sus platos principales, destacan el el arroz a la llauna con butifarra, setas y espárragos verdes, el tartar de vaca sobre tuétano , la pluma ibérica con boniato y espárragos verdes, y el estofado de rabo de toro al vino tinto. También el pulpo a la brasa ahumado al romero con parmentier y el canelón de calabacín con brandada de bacalao, perfecto para quienes buscan platillos para compartir.En este restaurante al que se puede acudir frecuentemente por su relación calidad-precio, es aconsejable arrancar con un trío de croquetas : la de gorgonzola con nueces es suprema, sin desmerecer la de jamón ibérico o la de rabo de buey estofado. Y como colofón, la torrija a la crema de Baileys supone un contraste perfecto entre la capa crujiente exterior y la suavidad interior, con un toque helado y de licor que convierte cada bocado en una deliciosa experiencia.Cada tres meses, L’Enric actualiza sus sugerencias, renovándose para ofrecer una oferta adaptada a la temporada. Además, dispone de dos menús especiales para grupos: uno de ellos más informal, con platos para compartir, y el otro, además de entrantes, incluye un plato principal. Abre todos los días y su disponibilidad de cocina es total de 9,30 de la mañana hasta medianoche , permaneciendo abierto el local hasta la 1 de la madrugada, que se prolonga hasta las 2 los jueves, viernes y sábados, de manera que es un establecimiento perfecto para el vermut con tapas o el tardeo con amigos o compañeros de trabajo. La selección de vinos incluye opciones locales de Cataluña y los clásicos de denominaciones de origen de La Rioja y Ribera del Duero para maridar cualquier ágape. Los cócteles tradicionales también destacan en la carta, con opciones clásicas que nunca pasan de moda.  

El restaurante de la calle Enric Granados ofrece platillos y tapas de producto de proximidad de 9,30 a 1 de la madrugada

El brioche de carne mechada es una de las especialidades de L’Enric ABC

La calle Enrique Granados es uno de los principales centros para la restauración y el ocio en Barcelona y el restaurante L’Enric, en el número 41 de esta vía casi peatonal, se yergue como uno de los establecimientos donde gozar de la tradición gastronómica catalana actualizada y que tiene en el producto su principal seña y la proximidad como máxima.

Pero lo que distingue a L’Enric, que dispone de una amplia terraza cubierta y un interior acogedor e informal, es la amplia sonrisa con la que Chus recibe a los comensales. Lo mejor es dejarse aconsejar por la pizpireta jefa de sala antes de sumergirse en su variada carta de platos y tapas, sin dejar de mirar antes las sugerencias escritas en tiza, donde destacan el brioche de ternera mechada, una delicia.

Entre sus platos principales, destacan el el arroz a la llauna con butifarra, setas y espárragos verdes, el tartar de vaca sobre tuétano, la pluma ibérica con boniato y espárragos verdes, y el estofado de rabo de toro al vino tinto. También el pulpo a la brasa ahumado al romero con parmentier y el canelón de calabacín con brandada de bacalao, perfecto para quienes buscan platillos para compartir.

En este restaurante al que se puede acudir frecuentemente por su relación calidad-precio, es aconsejable arrancar con un trío de croquetas: la de gorgonzola con nueces es suprema, sin desmerecer la de jamón ibérico o la de rabo de buey estofado. Y como colofón, la torrija a la crema de Baileys supone un contraste perfecto entre la capa crujiente exterior y la suavidad interior, con un toque helado y de licor que convierte cada bocado en una deliciosa experiencia.

Cada tres meses, L’Enric actualiza sus sugerencias, renovándose para ofrecer una oferta adaptada a la temporada. Además, dispone de dos menús especiales para grupos: uno de ellos más informal, con platos para compartir, y el otro, además de entrantes, incluye un plato principal. Abre todos los días y su disponibilidad de cocina es total de 9,30 de la mañana hasta medianoche, permaneciendo abierto el local hasta la 1 de la madrugada, que se prolonga hasta las 2 los jueves, viernes y sábados, de manera que es un establecimiento perfecto para el vermut con tapas o el tardeo con amigos o compañeros de trabajo.

La selección de vinos incluye opciones locales de Cataluña y los clásicos de denominaciones de origen de La Rioja y Ribera del Duero para maridar cualquier ágape. Los cócteles tradicionales también destacan en la carta, con opciones clásicas que nunca pasan de moda.

 RSS de noticias de espana/cataluna

Noticias Relacionadas