Max Verstappen ya tiene lo que quería. Los tres triunfos que acumula en las últimas cuatro paradas del calendario han revitalizado sus opciones de acumular el que sería su quinto título consecutivo, en la misma medida que han provocado que han provocado que a McLaren le entre el tembleque. La superioridad con la que arrancó este año la escudería británica gracias al descomunal MCL39, y que colocó en un altar inalcanzable a su pareja de pilotos, ha perdido su efecto ante el reprís del actual campeón. Al ataque, Oscar Piastri y Lando Norris conducían centrados en tratar de superar al vecino de taller; con Verstappen en modo depredador, su mirada se redirige hacia el retrovisor de sus bólidos, donde el holandés se hace cada vez más grande. Los 60 puntos que les ha recortado en solo cuatro grandes premios han reseteado el Mundial para suerte de la hinchada y para agonía del australiano y el británico, que circulan con muchos elementos a tener en cuenta. El objetivo es ganar, eso está claro, pero sin vulnerar las conocidas como ‘papaya rules’, el código de conducta impuesto por McLaren para evitar que sus dos chicos pongan en riesgo una corona de pilotos que no luce en las vitrinas de Woking (Gran Bretaña) desde aquellos tiempos en la escudería orbitaba alrededor de Lewis Hamilton (2008).
El británico logra en México su primera pole en tres meses y arrancará lejos de Verstappen y Piastri, y protegido por los bólidos rojos
El británico logra en México su primera pole en tres meses y arrancará lejos de Verstappen y Piastri, y protegido por los bólidos rojos
Max Verstappen ya tiene lo que quería. Los tres triunfos que acumula en las últimas cuatro paradas del calendario han revitalizado sus opciones de acumular el que sería su quinto título consecutivo, en la misma medida que han provocado que han provocado que a McLaren le entre el tembleque. La superioridad con la que arrancó este año la escudería británica gracias al descomunal MCL39, y que colocó en un altar inalcanzable a su pareja de pilotos, ha perdido su efecto ante el reprís del actual campeón. Al ataque, Oscar Piastri y Lando Norris conducían centrados en tratar de superar al vecino de taller; con Verstappen en modo depredador, su mirada se redirige hacia el retrovisor de sus bólidos, donde el holandés se hace cada vez más grande. Los 60 puntos que les ha recortado en solo cuatro grandes premios han reseteado el Mundial para suerte de la hinchada y para agonía del australiano y el británico, que circulan con muchos elementos a tener en cuenta. El objetivo es ganar, eso está claro, pero sin vulnerar las conocidas como ‘papaya rules’, el código de conducta impuesto por McLaren para evitar que sus dos chicos pongan en riesgo una corona de pilotos que no luce en las vitrinas de Woking (Gran Bretaña) desde aquellos tiempos en la escudería orbitaba alrededor de Lewis Hamilton (2008).
En Singapur y en Austin, las dos últimas carreras, los encontronazos entre Piastri y Norris han dado alas a Verstappen y a Red Bull que, en México (21:00 horas, Dazn), el primero de los último cinco grandes premios del curso, tendrá otra oportunidad para pegarles otro hachazo. En el circuito Hermanos Rodríguez, los Ferrari salieron de ninguna parte para entrometerse en la gresca por el Mundial echarle una mano a Norris, el corredor más sólido en lo que llevamos de fin de semana. El muchacho de Somerset parece estar a otro nivel si nos fijamos en lo ocurrido en la cronometrada que le llevó hasta su quinta ‘pole’ de la temporada, la primera desde Bélgica, hace tres meses. A su lado, un pelín más atrás, saldrán Charles Leclerc (segundo) y Lewis Hamilton (tercero), mientras que ‘Mad Max’ lo hará el quinto. Piastri, sin ritmo, partirá el séptimo gracias a la penalización que arrastra Carlos Sainz, que le recolocará el 12º, por delante de Fernando Alonso (14º).
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Sobre la firma
Tras licenciarse en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, entró en la sección de Deportes de EL PAÍS en 2005 para cubrir el Mundial de MotoGP, en plena efervescencia por la irrupción de Dani Pedrosa, y de otras disciplinas de motor, como el Rally Dakar. Desde 2010, año en que Fernando Alonso fichó por Ferrari, se encarga de la Fórmula 1.
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