Ocho claves para entender qué falló en el cribado del cáncer de mama en Andalucía: las revisiones para los casos dudosos se reducirán de 1 año a 6 meses

Las investigaciones abiertas por la Fiscalía y el Defensor de Pueblo Andaluz determinarán si las pacientes desarrollaron la enfermedad de forma inevitable o si tuvieron que ver los errores en la comunicación y las demoras en las pruebas Leer Las investigaciones abiertas por la Fiscalía y el Defensor de Pueblo Andaluz determinarán si las pacientes desarrollaron la enfermedad de forma inevitable o si tuvieron que ver los errores en la comunicación y las demoras en las pruebas Leer  

El fallo masivo en el cribado del cáncer de mama ha abierto una enorme crisis en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), que el Gobierno de Juanma Moreno quiso atajar pronto forzando la salida de su consejera de Salud,Rocío Hernández, y con la adopción de medidas urgentes para desenredar el atasco detectado en la información y la realización de pruebas diagnósticas a las pacientes que participaron en el programa de detección temprana. La Junta ha anunciado un «plan de choque» presupuestado en 12 millones de euros y ha garantizado que, antes del final de noviembre, alrededor de 2.000 mujeres serán sometidas a nuevas pruebas (mamografías y/o ecografías) para descartar la enfermedad. Además, según ha podido saber EL MUNDO, el SAS reducirá de un año a seis meses el plazo máximo para la revisión de aquellas mujeres a las que se detecte una lesión dudosa, «probablemente benigna» pero que requiera de seguimiento. ¿Será suficiente para devolver a las pacientes la confianza en el sistema? Estas son algunas claves de la polémica.

En Andalucía, todas las mujeres de entre 49 y 71 años deberían recibir por correo una citación para que se realicen una mamografía cada dos años en unidades de exploración específicas. El objetivo de este programa es detectar el cáncer en etapas tempranas para mejorar el pronóstico. Las mujeres que no acudan a la cita o que necesiten un estudio adicional recibirán una nueva citación por correo.

No todas las mujeres que reciben la citación se hacen las pruebas. Actualmente, la tasa de participación se mantiene en torno al 70-75%, con una cobertura de cerca del 80% de la población diana. El Gobierno andaluz prevé ampliar progresivamente el rango de edad de las mujeres a las que va dirigido el programa. El objetivo es, cada año, ampliar en dos años la horquilla de edad.

En octubre de 2022, la entonces consejera de Salud, Catalina García, anunció que, a partir de 2027, el cribado del cáncer de mama incluiría a todas las mujeres andaluzas con edades comprendidas entre los 45 y los 75 años. El programa sólo atendía en aquel entonces a mujeres de entre 50 a 65 años.

Al aumentar la horquilla de edad, ha subido tamibién de forma considerable la actividad diagnóstica: de unas 440.000 citas gestionadas en el año 2022 se ha pasado a 848.000 en los nueve primeros meses de 2025, lo que supone un 48% más en cuatro años. El número de mamografías realizadas ha crecido de 332.414 a 484.527 en este periodo.

Los programas de cribado del cáncer de mama no son homogéneos en todas las comunidades. Hay autonomías que abarcan una mayor franja de edad. La que atiende una horquilla más amplia es el País Vasco, que hace mamografías cada dos años a mujeres de entre 48 y 74 años, mientras que Valencia es la que comienza antes, con las mujeres de 45 años hasta los 69. Murcia hace pruebas a mujeres de entre 47 y 70 años; Navarra, de entre 45 a 69 años; y Galicia, de entre 50 a 74 años.

Actualmente, cuando se realiza una mamografía a una mujer dentro del programa de cribado del cáncer de mama existen tres posibles diagnósticos: negativo, positivo y lesión «posiblemente benigna» o «resultado no concluyente».

En el caso de diagnósticos negativos, las pacientes son informadas de forma más o menos ágil, mientras que, en el caso de los positivos, las mujeres son igualmente informadas y derivadas para afinar el diagnóstico e iniciar el tratamiento.

Sin embargo, cuando se detectan lesiones «posiblemente benignas» o el resultado «no es concluyente», las mujeres, hasta ahora, no siempre eran informadas. De hecho, a muchas de ellas directamente les llegaba la cita para una segunda prueba, aunque podían transcurrir meses entre el primer resultado «no concluyente» y la posterior revisión. Menos de un 2% de esos resultados «no concluyentes» acaban resultando un tumor maligno.

Este procedimiento es el que el Gobierno andaluz ha revisado y modificado tras la crisis de los cribados. A partir de ahora, todas las mujeres van a ser informadas, con independencia de si el resultado es negativo, positivo o no concluyente.

Además, se va a acortar del plazo entre la prueba «no concluyente» y la nueva revisión o prueba diagnóstica. Si, hasta ahora, la mujer era citada en un plazo máximo de un año, a partir de ahora ese plazo se reduce a seis meses, según fuentes de la Consejería de Sanidad.

La versión de la Consejería de Sanidad es que muchas mujeres desconocían que el resultado de su mamografía había sido «no concluyente». Y, por esa razón, cuando, meses después, han recibido una cita para revisar la lesión hallada en la mamografía se han sentido desatendidas por el sistema.La Junta sólo admite un déficit en las comunicaciones pero no en la atención de la enfermedad.

Hay, sin embargo, otras mujeres a las que nunca se informó ni se citó, según las denuncias que ha ido recopilando la asociación Amama. Algunas sólo tuvieron noticia de esos resultados «no concluyentes» más de un año después, cuando se les diagnosticó la enfermedad por otra vía ajena al cribado.

La casuística de las enfermas de cáncer que han sido víctimas de una demora excesiva en la atención recibida no siempre tiene que ver directamente con los fallos en el cribado. La crisis del cribado ha sacado a la luz otros problemas relacionados con retrasos en las pruebas diagnósticas.

También se han conocido algunos casos de tumores que se han desarrollado entre cribado y cribado, porque se trata de lesiones que no habían sido detectadas en las pruebas. Esos tumores no son claramente visibles en la mamografía o pasan desapercibidos. Es lo que se conoce como «falso negativo». El cáncer puede aparecer también en el período de tiempo comprendido entre dos mamografías. Es lo que se denomina «cáncer de intervalo».

Por tanto, no todos los casos que han salido a la luz son fallos del sistema. Las investigaciones emprendidas por la Fiscalía y el Defensor del Pueblo Andaluz a raíz de las denuncias, y las propias inspecciones internas del SAS, deberían arrojar luz sobre qué casos responden a la casuística inevitable de todo sistema imperfecto y cuáles a una mala práctica o incumplimiento de los protocolos.

Tras las primeras denuncias, el SAS detectó que había 2.000 mujeres cuyas mamografías habían arrojado un resultado «no concluyente» y a las que no se había hecho (aún) un seguimiento ni se les había informado de su situación. El 90% de esos casos se localizan en el Hospital Virgen del Rocío. El jefe del Servicio de Radiología y la Coordinadora de Cáncer de Mama de ese centro han dimitido, según se conoció este martes. Todas esas mujeres han sido ya citadas para una segunda prueba (mamografía y/o ecografía). El objetivo es que todo el proceso culmine antes del 30 de noviembre. En la mayoría de los casos, la lesión será benigna. Pero habrá casi un 2% que presentará alguna malignidad, es decir, serán cancerosas, según las estadísticas referidas por el SAS.

El Gobierno andaluz sitúa la crisis del cribado del cáncer de mama en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla porque aglutina el 90% de los casos de mujeres que no han sido informadas de que sus mamografías arrojaban un resultado no concluyente.

El SAS sostiene que el protocolo vigente, del año 2011, no obliga a informar a las pacientes cuando el resultado es «no concluyente», aunque sí establece un seguimiento obligado que, en algunos casos, tampoco se realizó. En cualquier caso, la mayoría de los hospitales del Servicio Andaluz de Salud (con la salvedad del Virgen del Rocío) sí han ido informando a las pacientes convenientemente, según sostiene la Consejería.

La Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla (Amama), que ha destapado los retrasos con los cribados, mantiene que los fallos en el programa para la detección temprana de la enfermedad vienen de años atrás, sobre todo desde la pandemia del coronavirus.

Según este colectivo, que cuenta con unas 600 asociadas, ellas mismas alertaron sobre los problemas que habían detectado en el cribado a tres consejeros andaluces de Salud distintos: a Jesús Aguirre, Catalina García y Rocío Hernández.

EL MUNDO ya informó el pasado 2 de octubre de que el Servicio Andaluz de Salud conocía al menos desde el pasado febrero que había retrasos injustificados en la información y citación a las pacientes cuyas mamografías habían arrojado resultados sospechosos de cáncer de mama. Al menos una de las afectadas presentó en febrero de este año una reclamación formal en su centro de salud por no haber sido informada de una lesión que podía ser cancerosa y que posteriormente se convirtió en dos tumores que podrían haberse tratado con anterioridad. El SAS resolvió la queja sin ofrecer ninguna razón del fallo ni aportar más información del mismo. Se limitó a lamentar lo ocurrido y constatar que la paciente ya estaba siendo atendida.

Cuando el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunció el pasado 8 de octubre el cese de la entonces consejera de Salud, Rocío Hernández, justificó su marcha por el hecho de que la Consejería no hubiera sido capaz de detectar los errores del sistema y hubieran sido las pacientes las que lo denunciaran.

La crisis del cribado ha provocado que el Gobierno andaluz refuerce no sólo el programa para detectar cáncer de mama, sino también los del cáncer de colon y cuello de útero. En estos tres cribados se van a invertir 101 millones de euros y se van a contratar a 705 nuevos profesionales.

Entre las nuevas contrataciones de personal habrá desde administrativos e informáticos a facultativos especialistas de áreas, como digestivo, anestesia, radiología o ginecología. Ante las dificultades de contratar a médicos por la falta de profesionales que sufren todas las comunidades, la Junta prevé ofrecer incentivos económicos a sus propios facultativos, en el caso de que trabajen más horas para reforzar los tres cribados.

La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía tiene en su poder varias denuncias relacionadas con los fallos detectados en el cribado del cáncer de mama. La última la presentó la asociación Amama este martes, tras asegurar que varias pacientes habían comprobado que había desaparecido información relevante en su historial médico. Señalan posibles delitos de obstrucción a la justicia, encubrimiento o contra la seguridad e integridad de la información sanitaria. Aseguran que varias mujeres no pueden ya acceder a los resultados de sus pruebas o a los informes de las mismas, que estaban previamente colgados en la plataforma Clic Salud del Servicio Andaluz de Salud. También han observado que ha desaparecido información sobre los radiólogos que firmaban las pruebas. El nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, ha negado tajantemente que se estén manipulando o eliminando los informes en las historias médica. Posteriormente, la Consejería ha explicado que una saturación del sistema producida este martes había provocado fallos involuntarios en el acceso a los expedientes, que ya están de nuevo a disposición de los usuarios. El servicio quedó totalmente restablecido a la 01:36 de este miércoles. «Informes, imágenes y servicios digitales vuelven a estar disponibles con normalidad. Gracias a la ciudadanía por su paciencia y comprensión. Seguimos trabajando cada día para ofrecer el mejor servicio público posible», trasladó el SAS.

El Defensor del Pueblo Andaluz ha anunciado igualmente la apertura de una investigación de oficio tras conocerse las «graves disfunciones» reveladas en el programa de detección precoz del cáncer de mama.

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