Apenas unos segundos de un vídeo sirvieron para que muchos asegurasen en redes sociales que Pedro Pascal estaba acosando a Sarah Paulson en la premier de Evita. Decían que se la veía incómoda. Dio igual que les explicasen que son amigos desde jóvenes —ya sé que un amigo de la juventud te la puede armar, pero no parece el caso—. También enseñarles decenas de vídeos donde se ve su complicidad a lo largo de los años. Tampoco sirvió alegar que Paulson no parece necesitar paladines digitales que vayan a la guerra virtual por ella. Es alguien tan valiente que en el pacato Hollywood no solo hace gala de su bisexualidad, sino que sale con una mujer 30 años mayor que ella. Y además aceptó llevar el peinado más atroz de la televisión para interpretar a Marcia Clark, la fiscal del caso O. J. Simpson. Parece una mujer adulta que sabría cómo salir de una situación incómoda por sí misma, pero aun así el FBI de las redes sociales necesitó posicionarse. Quizás porque realmente Paulson les importa un pito, lo que buscaban era atacar a Pascal. Por eso dio igual puntualizar que el actor suele ser muy cercano físicamente también con hombres; nada relajaba sus sospechas porque resulta que esas personas siempre habían visto algo oscuro en él. No es trigo limpio, aseguraban.
Tras los ataques a un actor que siempre se posiciona políticamente, no es difícil intuir una campaña orquestada para socavar su reputación, y también a muchos que piensan que si todo el mundo es miserable, su propia miseria moral se diluirá un poco más
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Tras los ataques a un actor que siempre se posiciona políticamente, no es difícil intuir una campaña orquestada para socavar su reputación, y también a muchos que piensan que si todo el mundo es miserable, su propia miseria moral se diluirá un poco más


Apenas unos segundos de un vídeo sirvieron para que muchos asegurasen en redes sociales que Pedro Pascal estaba acosando a Sarah Paulson en la premier de Evita. Decían que se la veía incómoda. Dio igual que les explicasen que son amigos desde jóvenes —ya sé que un amigo de la juventud te la puede armar, pero no parece el caso—. También enseñarles decenas de vídeos donde se ve su complicidad a lo largo de los años. Tampoco sirvió alegar que Paulson no parece necesitar paladines digitales que vayan a la guerra virtual por ella. Es alguien tan valiente que en el pacato Hollywood no solo hace gala de su bisexualidad, sino que sale con una mujer 30 años mayor que ella. Y además aceptó llevar el peinado más atroz de la televisión para interpretar a Marcia Clark, la fiscal del caso O. J. Simpson. Parece una mujer adulta que sabría cómo salir de una situación incómoda por sí misma, pero aun así el FBI de las redes sociales necesitó posicionarse. Quizás porque realmente Paulson les importa un pito, lo que buscaban era atacar a Pascal. Por eso dio igual puntualizar que el actor suele ser muy cercano físicamente también con hombres; nada relajaba sus sospechas porque resulta que esas personas siempre habían visto algo oscuro en él. No es trigo limpio, aseguraban.
Han vuelto a la carga tras unas imágenes de Pascal y su compañera en Los Cuatro Fantásticos, una embarazadísima Vanessa Kirby, en las que también había contacto físico mutuo y, esto es importante, consentido. Podría parecer algo espontáneo, pero apesta a campaña orquestada. Y el motivo es sencillo: Pascal no es de los que se callan y está aprovechando su fama para defender las causas en las que cree. Se ha posicionado en contra del trato del trumpismo a los inmigrantes —él mismo lo es— y a favor de la comunidad trans, a la que pertenece su hermana Lux. Y también ha atacado el genocidio en Gaza; esto lo hace porque es un ser humano. Tras estos ataques, que suelen estar generados por miles de bots en sótanos remotos, no es difícil intuir un intento de socavar la reputación de un tipo al que todo el mundo parece adorar. Por supuesto, también hay personas reales que ven “algo turbio” en el actor. Imagino que esos lo atacan porque no soportan que alguien sea demasiado bueno. Tras ellos no hay una agenda política, solo piensan que si todo el mundo es miserable, su propia miseria moral se diluirá un poco más.
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Sobre la firma

Eva Güimil (Mieres, 1972) ha sido directora y guionista de diversos formatos de la televisión autonómica asturiana. Escribe sobre televisión en EL PAÍS y ha colaborado con las ediciones digitales de Icon y ‘Vanity Fair’. Ha publicado la biografía de Mecano ‘En tu fiesta me colé’.
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