La plaza central de Algaida, en Mallorca, se transformó este fin de semana en un mosaico de luces, música y espectadores de todas las edades: familias con niños pequeños, vecinos curiosos y jóvenes interesados en las propuestas artísticas emergentes. Pero lo que en otras ediciones había sido un evento de proximidad cultural, el Algaid’Art de este año generó sorpresa, desconcierto e indignación entre algunos asistentes.En el centro del escenario, el artista conocido como Sor Estiércol desplegó una performance que el propio creador describe como «marica, genderfluid, transgresora, divertida e inclusiva». Durante su actuación, disfrazado de mujer, fumando, bebiendo y pinchando música electrónica, varios menores se encontraban presentes en la plaza. El concejal de Vox en Algaida, Miguel Martínez, denunció que, además de la actuación, se exhibió en el balcón del Ayuntamiento lo que calificó como una «bandera pro Hamás» -refiriéndose a la bandera palestina que colgaba en el balcón del consistorio, repleta con figuras de palomas de la paz blancas-, además de una instalación política relacionada con la causa de Gaza en el balcón contiguo. Según Martínez, «estos gestos muestran cómo la alcaldesa socialista Margalida Fullana utiliza las instituciones públicas para difundir mensajes ideológicos ajenos a la gestión municipal y al interés general de los vecinos» e impone «un modelo cultural radical, alejado de las tradiciones y valores de la mayoría de algaidins».Vox exigió respeto hacia las familias y neutralidad institucional, reclamando que Algaida deje de convertirse en «un escaparate de ideología radical bajo el paraguas de la cultura». La plaza central de Algaida, en Mallorca, se transformó este fin de semana en un mosaico de luces, música y espectadores de todas las edades: familias con niños pequeños, vecinos curiosos y jóvenes interesados en las propuestas artísticas emergentes. Pero lo que en otras ediciones había sido un evento de proximidad cultural, el Algaid’Art de este año generó sorpresa, desconcierto e indignación entre algunos asistentes.En el centro del escenario, el artista conocido como Sor Estiércol desplegó una performance que el propio creador describe como «marica, genderfluid, transgresora, divertida e inclusiva». Durante su actuación, disfrazado de mujer, fumando, bebiendo y pinchando música electrónica, varios menores se encontraban presentes en la plaza. El concejal de Vox en Algaida, Miguel Martínez, denunció que, además de la actuación, se exhibió en el balcón del Ayuntamiento lo que calificó como una «bandera pro Hamás» -refiriéndose a la bandera palestina que colgaba en el balcón del consistorio, repleta con figuras de palomas de la paz blancas-, además de una instalación política relacionada con la causa de Gaza en el balcón contiguo. Según Martínez, «estos gestos muestran cómo la alcaldesa socialista Margalida Fullana utiliza las instituciones públicas para difundir mensajes ideológicos ajenos a la gestión municipal y al interés general de los vecinos» e impone «un modelo cultural radical, alejado de las tradiciones y valores de la mayoría de algaidins».Vox exigió respeto hacia las familias y neutralidad institucional, reclamando que Algaida deje de convertirse en «un escaparate de ideología radical bajo el paraguas de la cultura».
Vox denuncia que el festival de arte juvenil se convirtió en un acto de adoctrinamiento con la actuación de Sor Estiércol, y acusa a la alcaldesa de imponer un modelo cultural radical, alejado de las tradiciones
La plaza central de Algaida, en Mallorca, se transformó este fin de semana en un mosaico de luces, música y espectadores de todas las edades: familias con niños pequeños, vecinos curiosos y jóvenes interesados en las propuestas artísticas emergentes. Pero lo que en otras ediciones había sido un evento de proximidad cultural, el Algaid’Art de este año generó sorpresa, desconcierto e indignación entre algunos asistentes.
En el centro del escenario, el artista conocido como Sor Estiércol desplegó una performance que el propio creador describe como «marica, genderfluid, transgresora, divertida e inclusiva». Durante su actuación, disfrazado de mujer, fumando, bebiendo y pinchando música electrónica, varios menores se encontraban presentes en la plaza.
El concejal de Vox en Algaida, Miguel Martínez, denunció que, además de la actuación, se exhibió en el balcón del Ayuntamiento lo que calificó como una «bandera pro Hamás» -refiriéndose a la bandera palestina que colgaba en el balcón del consistorio, repleta con figuras de palomas de la paz blancas-, además de una instalación política relacionada con la causa de Gaza en el balcón contiguo.
Según Martínez, «estos gestos muestran cómo la alcaldesa socialista Margalida Fullana utiliza las instituciones públicas para difundir mensajes ideológicos ajenos a la gestión municipal y al interés general de los vecinos» e impone «un modelo cultural radical, alejado de las tradiciones y valores de la mayoría de algaidins».
Vox exigió respeto hacia las familias y neutralidad institucional, reclamando que Algaida deje de convertirse en «un escaparate de ideología radical bajo el paraguas de la cultura».
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