«El cine argentino está en estado de desastre, pero no se le puede atribuir toda la culpa al Gobierno actual», afirmaron Mariano Cohn y Gastón Duprat , dos de los creadores más prolíficos del audiovisual argentino cuando presentaron en Madrid su serie ‘Bellas artes’. Y este mismo martes, en la primera edición de los premios Martin Fierro que entrega APTRA (asociación de periodistas), todos los discursos arreciaron contra Javier Milei , salvo alguna voz más equidistante como la de Guillermo Francella . Dos miradas ante una crisis y un destino constructivo, ¿o destructivo? Los ánimos están sublevados.El audiovisual argentino vive un momento de ‘ying y yang’, con películas y series en los festivales más importantes, que incluso ganan premios, y que cuentan con el favor del público y las plataformas. Nombres como los propios Marcelo Cohn y Gastón Duprat, Lucrecia Martel, Santiago Korovsky o Lisandro Alonso son reconocidos en todo el mundo. Y a la vez, la pata cinematográfica está que arde (literalmente). ¿Qué carajo pasa? ¿Está llevando a cabo el presidente Milei un «desmantelamiento de su industria», tal como han denunciado los cineastas argentinos en los festivales europeos?Tras la protesta en Cannes , la movilización se extendió al festival de San Sebastián, por donde pasaron más de una veintena de películas argentinas. Hubo una foto de grupo, se leyeron comunicados y la Academia de Cine de España y el propio certamen apoyaron la causa. «En esta edición hay 26 películas argentinas, en la próxima probablemente haya cinco, dos o ninguna», dijo la directora de Buenos Aires Lola Arias con el telón de fondo de la paralización del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) , el tijeretazo al Festival de Mar de Plata y la eliminación de la cuota que protege el cine local tanto en salas como en televisión. Medidas polémicas en medio de una guerra cultural, una visión del mundo muy divergente.’El clan’ (2015) ABCVanessa Ragone es una directora y productora de, entre otras, ‘El secreto de sus ojos’, ganadora del Oscar a Mejor película de habla no inglesa. En su opinión, hay «una tormenta perfecta. Cada medida parece ir más en contra y a favor de la destrucción de nuestro ecosistema audiovisual», explica desde un potencial ‘desmantelador’ de alcance «difícil de estimar». La que fuera presidenta de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica añade también algo que escama a su séptimo arte: «Los discursos de desprecio hacia el cine nacional que surgen desde el Gobierno, generando cifras confusas y hablando de maniobras turbias (sin pruebas) y creando un manto de sospecha y descalificación permanente hacia la actividad».Lo primero que hizo el economista Carlos Pirovano cuando recibió el encargo de Javier Milei de ponerse al frente del INCAA, en febrero de este año, fue despedir a 180 trabajadores. En marzo, otros 29 se fueron a la calle. Y al 80% de los que quedaron en cada área les dio dispensa de presencialidad, esto es, los mandó a casa; a la mayoría no los volvió a reclamar, según denunció la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Desde el Gobierno de Milei lo justificaron así: en el año 2000, el INCAA tenía 90 empleados y 23 años después, la cifra ascendía a 730 diseminados en 8 sedes. Sus nóminas eran 8 millones de dólares al año, más de la mitad del presupuesto. Siguiendo el decreto de Milei tras ocupar la Casa Rosada en el que declaró «la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025», Pirovano recortó el INCAA a la mitad: 400 empleados en 4 edificios y paralizó cualquier subvención. Estas medidas recibieron una respuesta casi unánime: «Están matando el cine argentino». ‘Relatos Salvajes’ (2014) ABC«En el Instituto del cine argentino había muchas irregularidades, lo sabemos todos: actores, directores, productores…», explicó a ABC Guillermo Francella, el rostro más popular del audiovisual argentino, cuando presentó la película ‘Extorsión’, la más taquillera del año allá. «Todos sabemos qué pasa en el INCAA, pero de ahí a hacerlo desaparecer, tampoco. Hay que mejorarlo, optimizarlo, pero que siga funcionando», apostilló. «Optimizarlo» fue también la palabra que usó Pirovano en una resolución publicada en el Boletín Oficial de Argentina, en la que se firmó el andamiaje legal para desmantelar el modelo anterior. El resumen lo habrán escuchado: «No hay plata». Y como no hay plata, se suspendieron todas las aportaciones económicas «que deriven de la aplicación de apoyos y aportes institucionales», esto es, se acabaron las ayudas para las productoras de largometrajes así como para los viajes a festivales nacionales e internacionales y para la organización de eventos audiovisuales. Todo suspendido. Incluso los servicios de comedor, los taxis y hasta los repartidores de ‘motomensajeria’. Todo en el aire. ¿También el futuro?InflaciónArgentina es el país de Aristarain y Campanella , y de Maradona y Messi, ganador del último Mundial, una hazaña que solo parcheó una crisis económica y social tan aguda que llevó al poder a Milei, un ‘outsider’ en un país con una inflación demencial. Esto lo sabe bien Javier Macipe , director de ‘Estrella Azul’, una de las películas revelación de este 2024, rodada entre España y este país: «Las ayudas de Argentina se van actualizando con la inflación, pero se va generando una brecha mayor cada vez entre los precios y el dinero que dan. Y en nuestro caso fue una brutalidad. El dinero que nos dieron en 2020, que cubría el 100% del presupuesto argentino, se convirtió en una quinta parte. En Argentina tienes que contar con que las cosas no valen lo mismo el día uno de rodaje que el último».Para Óscar Martínez , el veterano y popular actor de ‘Galgos’ o ‘El ciudadano ilustre’, «durante el kirchnerismo, para mi gusto, no funcionó bien el INCAA. Pero antes sí. Cuando me refiero a funcionar bien, me refiero a que no había favoritismos como sí los hubo en los últimos tiempos. No había corrupción como la hubo. No había gente puesta ahí por orden político. No había una sobredosis de empleados. Un montón de cosas que habría que sanear. Era amiguismo, pagar favores políticos, era demagogia, en general eran productos malísimos y se gastó muchísimo dinero en eso». ‘La cordillera’ (2017) ABCY aquí llega Milei. Y, como Anna Karina en ‘Pierrot el loco’, coge la tijera, recorta y ¿la clava a la yugular del sector? «En los últimos 20 años afortunadamente hemos realizado muchas coproducciones con Argentina, entre el ICAA (España) y el INCAA, con distintos gobiernos de distintos partidos», explica Esther García , productora de El Deseo. «Estos proyectos han tenido éxito y han sido beneficiosos para ambos países. Hoy no podríamos coproducir con Argentina por decisión del actual gobierno. No se trata solo de un aspecto económico. Los productores necesitamos herramientas legales y apoyo institucional para poder establecer coproducciones. Los productores argentinos, en este momento, no cuentan con ese imprescindible andamiaje», afirma la Premio Nacional de Cinematografía.Este ‘andamiaje’ lo explica el aplaudido cineasta Lisandro Alonso desde su propia experiencia. «’Eureka’ [su último filme, estrenado en Cannes] tiene dos millones y medio de presupuesto y el INCAA me dio 10.000 dólares», asegura el director, que defiende que por lo que pelean sus compañeros no es por las subvenciones, sino porque el INCAA es el único organismo legitimado para encauzar el dinero de las coproducciones internacionales que, como llega en divisas fuertes, rinde mucho más en un país subyugado por la inflación. «Si acaba con esas políticas, ningún director argentino va a poder hacer uso de esos convenios de coproducción implementados desde décadas atrás. No vamos a poder usar más Ibermedia u otros fondos de fomento del cine europeo. Yo no puedo intentar por mí mismo una coproducción, Ibermedia no va a mandar el dinero a una cuenta personal de un director si no hay un tratado de coproducción entre ambos países. La contribución económica en pesos del INCAA dejó de ser mayoritaria hace décadas», desgrana.’Puan’ (2023)Porque la paralización del Instituto del Cine no está afectando a las grandes producciones ni a las plataformas, sino al cine independiente que, a la par, está siendo atacado sistemáticamente por el propio Milei, Pirovano y otros líderes del nuevo gobierno ultraliberal. El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado difundió un documento para paralizar el cine que ellos llaman «sin espectadores». «Las cifras de 2023 reflejan que el INCAA subsidió más de 100 películas con menos de 1.000 espectadores […] y esas 100 películas representaron casi el 50% de los 236 proyectos financiados», dijo el organismo. «También los contenidos hay que observarlos, porque si no son subsidios, subsidios y subsidios», explicó Francella, que insiste en que no comparte «que desaparezca el organismo» porque «hay un cine de autor que hay que respetar».«Con certeza, las películas de mayor riesgo autoral están en un riesgo mayor y la diversidad de voces, de cine regional, de nuevas generaciones se ve claramente amenazada», dice Ragone. Que añade: «Siempre hay capital privado en las películas. Pero es muy difícil, especialmente en el contexto de Argentina, que una película pueda producirse sin apoyo público. Al menos en este momento». Y García, de El Deseo, secunda: «Las ayudas públicas no son reemplazables por estas inversiones privadas, y resulta esencial justamente para proteger la independencia creativa, la originalidad, la capacidad de innovar, de incluir distintas sensibilidades y miradas, incorporar el talento de las nuevas generaciones, asumir riesgos creativos que permiten que las cinematografías en su conjunto progresen». En este sentido, ambas discrepan de la acusación de mal funcionamiento del INCAA, aunque Ragone apunta que «sin duda es posible pensar en mejorar cuestiones vinculadas a la burocracia de la institución, actualizar la ley de cine, mejorar tiempos, revisar el plan de fomento y adecuarlo a las condiciones actuales a nivel mundial».’La llegada del hijo’ (2024) ABCLa documentalista Melina Terribili aporta más aristas: «El Instituto de Cine comenzó a partir de 2003 a constituirse en un espacio de desarrollo y producción que, por primera vez, abría las puertas a muchos cineastas de distintas trayectorias y generaciones. Antes, sólo filmaban una decena de cineastas. Además no se producía prácticamente cine documental. Y mucho menos cine dirigido por mujeres, salvo poquísimas excepciones. Este cambio supuso una transformación sin antecedentes», y también recuerda el año 2016, con la asunción de Mauricio Macri, cuando comenzó una campaña de desprestigio del cine argentino, en particular contra el documental o el cine más independiente, bajo el eslogan ‘El cine que no ve nadie’. Y de aquel eslogan, a la frase del actual director del máximo ente cinematográfico, economista de profesión, Pirovano que ejerció también de pirómano: «Los productos que el INCAA no apoya, la gente los ve y viceversa. ¿No estaremos apoyando mal? A partir del año 2000, para mí el cine argentino ha entrado en una decadencia», dijo en ‘Los Andes’. Allí hablaba de la colaboración con las multinacionales de ‘streaming’: «Hay algo llamativo: el cine o las series argentinas en las plataformas no están subsidiados. ‘El encargado’ no lo está. ‘Bellas artes’, tampoco. Las series argentinas no tienen apoyo del INCAA y la gente las ve. Es muy sorprendente». Y un nuevo aporte de Terribili en este sentido: «Las plataformas de ‘streaming’ avanzaron a producir contenidos en el país, porque les resultaba barato producir acá, y con la llegada de la pandemia le confirió a las plataformas un lugar de poder que antes no tenían. Cuando se abrió la pandemia, hubo un cambio de paradigma. Y la lucha que se inició, y hasta ahora no se logró, es que las plataformas tributen un impuesto por las ganancias que se llevan de nuestro país, como corresponde, y que ese impuesto vaya al INCAA».Fuga de talento¿Podría haber un éxodo de cineastas? «Sí, incluso en su propio país, ya que están trabajando para plataformas extranjeras que tienen un formato y un control de los contenidos vaciados de todo tipo de pensamiento crítico. Se está creando, por un lado, una extranjerización de los contenidos, pero, paradójicamente, con ‘identidad argentina’. Se explota lo atractivo del ser argentino, lo entretenido o pintoresco, convirtiendo eso en la marca nacional. Es un vaciamiento cultural arrasador», opina Terribili. Respecto a esta fuga de talento, Ragone cree que «es posible. De hecho hay muchos argentinos que hace tiempo que filman en México, Chile, Uruguay, Brasil, España…».En este panorama, sin embargo, Esther García mantiene la esperanza: «Me resisto a hablar de cataclismo, los funcionarios y legisladores argentinos aún están a tiempo de recapacitar. La imagen del actual gobierno intentando denostar su propio cine, utilizando el hambre infantil para justificar la falta de inversión en cultura y atacarla, demuestra falta de racionalidad. El audiovisual es hoy una industria estratégica a nivel global, y los gobiernos de todos los países lo promueven cada vez más. Argentina, que tiene una industria audiovisual tan valorada internacionalmente, atraviesa una etapa de falta de cordura. No tiene sentido dila- pidar ese patrimonio, quedar fuera de los acuerdos internacionales y desmantelar una industria tan celebrada y respetada».’El encargado’ (2022) ABCPor su parte, Martínez circula en una vía parecida pero, a la vez, distinta. «En el Instituto de Cine está bien hacer una auditoría. Y si hay responsables de corrupción, que sean juzgados. Está muy bien revisar la cantidad de empleados porque ya tenía un número de empleados ridículo, con la décima parte se podía manejar. Yo no estaba de acuerdo con la manera de favorecer que tenía el kirchnerismo a ciertas producciones. Que se hubiera saneado el Instituto sí, pero ¿cerrarlo? ¿O demonizarlo como lo han demonizado? Es una locura. Con este gobierno no va a haber ningún tipo de estímulo ni de apoyo me parece. Yo hace cuatro años que no estoy viviendo en Argentina pero: ¿en qué medida eso puede dañar o no? Creo que el cine necesita en Argentina más que en ningún otro sitio de un apoyo estatal. No significa una subvención, significa favorecer el financiamiento de películas y tener una política de protección del cine nacional. Pero para eso hace falta un gobierno que comprenda la importancia del cine incluso para la difusión de la marca país, y me parece que este no es el caso». Y el reputado intérprete deja otra observación en el aire: «El cine ya no es el negocio que era»… Pero eso ya es otra historia, no menos inquietante, que aquí ya no cabe abordar. «El cine argentino está en estado de desastre, pero no se le puede atribuir toda la culpa al Gobierno actual», afirmaron Mariano Cohn y Gastón Duprat , dos de los creadores más prolíficos del audiovisual argentino cuando presentaron en Madrid su serie ‘Bellas artes’. Y este mismo martes, en la primera edición de los premios Martin Fierro que entrega APTRA (asociación de periodistas), todos los discursos arreciaron contra Javier Milei , salvo alguna voz más equidistante como la de Guillermo Francella . Dos miradas ante una crisis y un destino constructivo, ¿o destructivo? Los ánimos están sublevados.El audiovisual argentino vive un momento de ‘ying y yang’, con películas y series en los festivales más importantes, que incluso ganan premios, y que cuentan con el favor del público y las plataformas. Nombres como los propios Marcelo Cohn y Gastón Duprat, Lucrecia Martel, Santiago Korovsky o Lisandro Alonso son reconocidos en todo el mundo. Y a la vez, la pata cinematográfica está que arde (literalmente). ¿Qué carajo pasa? ¿Está llevando a cabo el presidente Milei un «desmantelamiento de su industria», tal como han denunciado los cineastas argentinos en los festivales europeos?Tras la protesta en Cannes , la movilización se extendió al festival de San Sebastián, por donde pasaron más de una veintena de películas argentinas. Hubo una foto de grupo, se leyeron comunicados y la Academia de Cine de España y el propio certamen apoyaron la causa. «En esta edición hay 26 películas argentinas, en la próxima probablemente haya cinco, dos o ninguna», dijo la directora de Buenos Aires Lola Arias con el telón de fondo de la paralización del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) , el tijeretazo al Festival de Mar de Plata y la eliminación de la cuota que protege el cine local tanto en salas como en televisión. Medidas polémicas en medio de una guerra cultural, una visión del mundo muy divergente.’El clan’ (2015) ABCVanessa Ragone es una directora y productora de, entre otras, ‘El secreto de sus ojos’, ganadora del Oscar a Mejor película de habla no inglesa. En su opinión, hay «una tormenta perfecta. Cada medida parece ir más en contra y a favor de la destrucción de nuestro ecosistema audiovisual», explica desde un potencial ‘desmantelador’ de alcance «difícil de estimar». La que fuera presidenta de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica añade también algo que escama a su séptimo arte: «Los discursos de desprecio hacia el cine nacional que surgen desde el Gobierno, generando cifras confusas y hablando de maniobras turbias (sin pruebas) y creando un manto de sospecha y descalificación permanente hacia la actividad».Lo primero que hizo el economista Carlos Pirovano cuando recibió el encargo de Javier Milei de ponerse al frente del INCAA, en febrero de este año, fue despedir a 180 trabajadores. En marzo, otros 29 se fueron a la calle. Y al 80% de los que quedaron en cada área les dio dispensa de presencialidad, esto es, los mandó a casa; a la mayoría no los volvió a reclamar, según denunció la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Desde el Gobierno de Milei lo justificaron así: en el año 2000, el INCAA tenía 90 empleados y 23 años después, la cifra ascendía a 730 diseminados en 8 sedes. Sus nóminas eran 8 millones de dólares al año, más de la mitad del presupuesto. Siguiendo el decreto de Milei tras ocupar la Casa Rosada en el que declaró «la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025», Pirovano recortó el INCAA a la mitad: 400 empleados en 4 edificios y paralizó cualquier subvención. Estas medidas recibieron una respuesta casi unánime: «Están matando el cine argentino». ‘Relatos Salvajes’ (2014) ABC«En el Instituto del cine argentino había muchas irregularidades, lo sabemos todos: actores, directores, productores…», explicó a ABC Guillermo Francella, el rostro más popular del audiovisual argentino, cuando presentó la película ‘Extorsión’, la más taquillera del año allá. «Todos sabemos qué pasa en el INCAA, pero de ahí a hacerlo desaparecer, tampoco. Hay que mejorarlo, optimizarlo, pero que siga funcionando», apostilló. «Optimizarlo» fue también la palabra que usó Pirovano en una resolución publicada en el Boletín Oficial de Argentina, en la que se firmó el andamiaje legal para desmantelar el modelo anterior. El resumen lo habrán escuchado: «No hay plata». Y como no hay plata, se suspendieron todas las aportaciones económicas «que deriven de la aplicación de apoyos y aportes institucionales», esto es, se acabaron las ayudas para las productoras de largometrajes así como para los viajes a festivales nacionales e internacionales y para la organización de eventos audiovisuales. Todo suspendido. Incluso los servicios de comedor, los taxis y hasta los repartidores de ‘motomensajeria’. Todo en el aire. ¿También el futuro?InflaciónArgentina es el país de Aristarain y Campanella , y de Maradona y Messi, ganador del último Mundial, una hazaña que solo parcheó una crisis económica y social tan aguda que llevó al poder a Milei, un ‘outsider’ en un país con una inflación demencial. Esto lo sabe bien Javier Macipe , director de ‘Estrella Azul’, una de las películas revelación de este 2024, rodada entre España y este país: «Las ayudas de Argentina se van actualizando con la inflación, pero se va generando una brecha mayor cada vez entre los precios y el dinero que dan. Y en nuestro caso fue una brutalidad. El dinero que nos dieron en 2020, que cubría el 100% del presupuesto argentino, se convirtió en una quinta parte. En Argentina tienes que contar con que las cosas no valen lo mismo el día uno de rodaje que el último».Para Óscar Martínez , el veterano y popular actor de ‘Galgos’ o ‘El ciudadano ilustre’, «durante el kirchnerismo, para mi gusto, no funcionó bien el INCAA. Pero antes sí. Cuando me refiero a funcionar bien, me refiero a que no había favoritismos como sí los hubo en los últimos tiempos. No había corrupción como la hubo. No había gente puesta ahí por orden político. No había una sobredosis de empleados. Un montón de cosas que habría que sanear. Era amiguismo, pagar favores políticos, era demagogia, en general eran productos malísimos y se gastó muchísimo dinero en eso». ‘La cordillera’ (2017) ABCY aquí llega Milei. Y, como Anna Karina en ‘Pierrot el loco’, coge la tijera, recorta y ¿la clava a la yugular del sector? «En los últimos 20 años afortunadamente hemos realizado muchas coproducciones con Argentina, entre el ICAA (España) y el INCAA, con distintos gobiernos de distintos partidos», explica Esther García , productora de El Deseo. «Estos proyectos han tenido éxito y han sido beneficiosos para ambos países. Hoy no podríamos coproducir con Argentina por decisión del actual gobierno. No se trata solo de un aspecto económico. Los productores necesitamos herramientas legales y apoyo institucional para poder establecer coproducciones. Los productores argentinos, en este momento, no cuentan con ese imprescindible andamiaje», afirma la Premio Nacional de Cinematografía.Este ‘andamiaje’ lo explica el aplaudido cineasta Lisandro Alonso desde su propia experiencia. «’Eureka’ [su último filme, estrenado en Cannes] tiene dos millones y medio de presupuesto y el INCAA me dio 10.000 dólares», asegura el director, que defiende que por lo que pelean sus compañeros no es por las subvenciones, sino porque el INCAA es el único organismo legitimado para encauzar el dinero de las coproducciones internacionales que, como llega en divisas fuertes, rinde mucho más en un país subyugado por la inflación. «Si acaba con esas políticas, ningún director argentino va a poder hacer uso de esos convenios de coproducción implementados desde décadas atrás. No vamos a poder usar más Ibermedia u otros fondos de fomento del cine europeo. Yo no puedo intentar por mí mismo una coproducción, Ibermedia no va a mandar el dinero a una cuenta personal de un director si no hay un tratado de coproducción entre ambos países. La contribución económica en pesos del INCAA dejó de ser mayoritaria hace décadas», desgrana.’Puan’ (2023)Porque la paralización del Instituto del Cine no está afectando a las grandes producciones ni a las plataformas, sino al cine independiente que, a la par, está siendo atacado sistemáticamente por el propio Milei, Pirovano y otros líderes del nuevo gobierno ultraliberal. El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado difundió un documento para paralizar el cine que ellos llaman «sin espectadores». «Las cifras de 2023 reflejan que el INCAA subsidió más de 100 películas con menos de 1.000 espectadores […] y esas 100 películas representaron casi el 50% de los 236 proyectos financiados», dijo el organismo. «También los contenidos hay que observarlos, porque si no son subsidios, subsidios y subsidios», explicó Francella, que insiste en que no comparte «que desaparezca el organismo» porque «hay un cine de autor que hay que respetar».«Con certeza, las películas de mayor riesgo autoral están en un riesgo mayor y la diversidad de voces, de cine regional, de nuevas generaciones se ve claramente amenazada», dice Ragone. Que añade: «Siempre hay capital privado en las películas. Pero es muy difícil, especialmente en el contexto de Argentina, que una película pueda producirse sin apoyo público. Al menos en este momento». Y García, de El Deseo, secunda: «Las ayudas públicas no son reemplazables por estas inversiones privadas, y resulta esencial justamente para proteger la independencia creativa, la originalidad, la capacidad de innovar, de incluir distintas sensibilidades y miradas, incorporar el talento de las nuevas generaciones, asumir riesgos creativos que permiten que las cinematografías en su conjunto progresen». En este sentido, ambas discrepan de la acusación de mal funcionamiento del INCAA, aunque Ragone apunta que «sin duda es posible pensar en mejorar cuestiones vinculadas a la burocracia de la institución, actualizar la ley de cine, mejorar tiempos, revisar el plan de fomento y adecuarlo a las condiciones actuales a nivel mundial».’La llegada del hijo’ (2024) ABCLa documentalista Melina Terribili aporta más aristas: «El Instituto de Cine comenzó a partir de 2003 a constituirse en un espacio de desarrollo y producción que, por primera vez, abría las puertas a muchos cineastas de distintas trayectorias y generaciones. Antes, sólo filmaban una decena de cineastas. Además no se producía prácticamente cine documental. Y mucho menos cine dirigido por mujeres, salvo poquísimas excepciones. Este cambio supuso una transformación sin antecedentes», y también recuerda el año 2016, con la asunción de Mauricio Macri, cuando comenzó una campaña de desprestigio del cine argentino, en particular contra el documental o el cine más independiente, bajo el eslogan ‘El cine que no ve nadie’. Y de aquel eslogan, a la frase del actual director del máximo ente cinematográfico, economista de profesión, Pirovano que ejerció también de pirómano: «Los productos que el INCAA no apoya, la gente los ve y viceversa. ¿No estaremos apoyando mal? A partir del año 2000, para mí el cine argentino ha entrado en una decadencia», dijo en ‘Los Andes’. Allí hablaba de la colaboración con las multinacionales de ‘streaming’: «Hay algo llamativo: el cine o las series argentinas en las plataformas no están subsidiados. ‘El encargado’ no lo está. ‘Bellas artes’, tampoco. Las series argentinas no tienen apoyo del INCAA y la gente las ve. Es muy sorprendente». Y un nuevo aporte de Terribili en este sentido: «Las plataformas de ‘streaming’ avanzaron a producir contenidos en el país, porque les resultaba barato producir acá, y con la llegada de la pandemia le confirió a las plataformas un lugar de poder que antes no tenían. Cuando se abrió la pandemia, hubo un cambio de paradigma. Y la lucha que se inició, y hasta ahora no se logró, es que las plataformas tributen un impuesto por las ganancias que se llevan de nuestro país, como corresponde, y que ese impuesto vaya al INCAA».Fuga de talento¿Podría haber un éxodo de cineastas? «Sí, incluso en su propio país, ya que están trabajando para plataformas extranjeras que tienen un formato y un control de los contenidos vaciados de todo tipo de pensamiento crítico. Se está creando, por un lado, una extranjerización de los contenidos, pero, paradójicamente, con ‘identidad argentina’. Se explota lo atractivo del ser argentino, lo entretenido o pintoresco, convirtiendo eso en la marca nacional. Es un vaciamiento cultural arrasador», opina Terribili. Respecto a esta fuga de talento, Ragone cree que «es posible. De hecho hay muchos argentinos que hace tiempo que filman en México, Chile, Uruguay, Brasil, España…».En este panorama, sin embargo, Esther García mantiene la esperanza: «Me resisto a hablar de cataclismo, los funcionarios y legisladores argentinos aún están a tiempo de recapacitar. La imagen del actual gobierno intentando denostar su propio cine, utilizando el hambre infantil para justificar la falta de inversión en cultura y atacarla, demuestra falta de racionalidad. El audiovisual es hoy una industria estratégica a nivel global, y los gobiernos de todos los países lo promueven cada vez más. Argentina, que tiene una industria audiovisual tan valorada internacionalmente, atraviesa una etapa de falta de cordura. No tiene sentido dila- pidar ese patrimonio, quedar fuera de los acuerdos internacionales y desmantelar una industria tan celebrada y respetada».’El encargado’ (2022) ABCPor su parte, Martínez circula en una vía parecida pero, a la vez, distinta. «En el Instituto de Cine está bien hacer una auditoría. Y si hay responsables de corrupción, que sean juzgados. Está muy bien revisar la cantidad de empleados porque ya tenía un número de empleados ridículo, con la décima parte se podía manejar. Yo no estaba de acuerdo con la manera de favorecer que tenía el kirchnerismo a ciertas producciones. Que se hubiera saneado el Instituto sí, pero ¿cerrarlo? ¿O demonizarlo como lo han demonizado? Es una locura. Con este gobierno no va a haber ningún tipo de estímulo ni de apoyo me parece. Yo hace cuatro años que no estoy viviendo en Argentina pero: ¿en qué medida eso puede dañar o no? Creo que el cine necesita en Argentina más que en ningún otro sitio de un apoyo estatal. No significa una subvención, significa favorecer el financiamiento de películas y tener una política de protección del cine nacional. Pero para eso hace falta un gobierno que comprenda la importancia del cine incluso para la difusión de la marca país, y me parece que este no es el caso». Y el reputado intérprete deja otra observación en el aire: «El cine ya no es el negocio que era»… Pero eso ya es otra historia, no menos inquietante, que aquí ya no cabe abordar. «El cine argentino está en estado de desastre, pero no se le puede atribuir toda la culpa al Gobierno actual», afirmaron Mariano Cohn y Gastón Duprat , dos de los creadores más prolíficos del audiovisual argentino cuando presentaron en Madrid su serie ‘Bellas artes’. Y este mismo martes, en la primera edición de los premios Martin Fierro que entrega APTRA (asociación de periodistas), todos los discursos arreciaron contra Javier Milei , salvo alguna voz más equidistante como la de Guillermo Francella . Dos miradas ante una crisis y un destino constructivo, ¿o destructivo? Los ánimos están sublevados.El audiovisual argentino vive un momento de ‘ying y yang’, con películas y series en los festivales más importantes, que incluso ganan premios, y que cuentan con el favor del público y las plataformas. Nombres como los propios Marcelo Cohn y Gastón Duprat, Lucrecia Martel, Santiago Korovsky o Lisandro Alonso son reconocidos en todo el mundo. Y a la vez, la pata cinematográfica está que arde (literalmente). ¿Qué carajo pasa? ¿Está llevando a cabo el presidente Milei un «desmantelamiento de su industria», tal como han denunciado los cineastas argentinos en los festivales europeos?Tras la protesta en Cannes , la movilización se extendió al festival de San Sebastián, por donde pasaron más de una veintena de películas argentinas. Hubo una foto de grupo, se leyeron comunicados y la Academia de Cine de España y el propio certamen apoyaron la causa. «En esta edición hay 26 películas argentinas, en la próxima probablemente haya cinco, dos o ninguna», dijo la directora de Buenos Aires Lola Arias con el telón de fondo de la paralización del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) , el tijeretazo al Festival de Mar de Plata y la eliminación de la cuota que protege el cine local tanto en salas como en televisión. Medidas polémicas en medio de una guerra cultural, una visión del mundo muy divergente.’El clan’ (2015) ABCVanessa Ragone es una directora y productora de, entre otras, ‘El secreto de sus ojos’, ganadora del Oscar a Mejor película de habla no inglesa. En su opinión, hay «una tormenta perfecta. Cada medida parece ir más en contra y a favor de la destrucción de nuestro ecosistema audiovisual», explica desde un potencial ‘desmantelador’ de alcance «difícil de estimar». La que fuera presidenta de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica añade también algo que escama a su séptimo arte: «Los discursos de desprecio hacia el cine nacional que surgen desde el Gobierno, generando cifras confusas y hablando de maniobras turbias (sin pruebas) y creando un manto de sospecha y descalificación permanente hacia la actividad».Lo primero que hizo el economista Carlos Pirovano cuando recibió el encargo de Javier Milei de ponerse al frente del INCAA, en febrero de este año, fue despedir a 180 trabajadores. En marzo, otros 29 se fueron a la calle. Y al 80% de los que quedaron en cada área les dio dispensa de presencialidad, esto es, los mandó a casa; a la mayoría no los volvió a reclamar, según denunció la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Desde el Gobierno de Milei lo justificaron así: en el año 2000, el INCAA tenía 90 empleados y 23 años después, la cifra ascendía a 730 diseminados en 8 sedes. Sus nóminas eran 8 millones de dólares al año, más de la mitad del presupuesto. Siguiendo el decreto de Milei tras ocupar la Casa Rosada en el que declaró «la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025», Pirovano recortó el INCAA a la mitad: 400 empleados en 4 edificios y paralizó cualquier subvención. Estas medidas recibieron una respuesta casi unánime: «Están matando el cine argentino». ‘Relatos Salvajes’ (2014) ABC«En el Instituto del cine argentino había muchas irregularidades, lo sabemos todos: actores, directores, productores…», explicó a ABC Guillermo Francella, el rostro más popular del audiovisual argentino, cuando presentó la película ‘Extorsión’, la más taquillera del año allá. «Todos sabemos qué pasa en el INCAA, pero de ahí a hacerlo desaparecer, tampoco. Hay que mejorarlo, optimizarlo, pero que siga funcionando», apostilló. «Optimizarlo» fue también la palabra que usó Pirovano en una resolución publicada en el Boletín Oficial de Argentina, en la que se firmó el andamiaje legal para desmantelar el modelo anterior. El resumen lo habrán escuchado: «No hay plata». Y como no hay plata, se suspendieron todas las aportaciones económicas «que deriven de la aplicación de apoyos y aportes institucionales», esto es, se acabaron las ayudas para las productoras de largometrajes así como para los viajes a festivales nacionales e internacionales y para la organización de eventos audiovisuales. Todo suspendido. Incluso los servicios de comedor, los taxis y hasta los repartidores de ‘motomensajeria’. Todo en el aire. ¿También el futuro?InflaciónArgentina es el país de Aristarain y Campanella , y de Maradona y Messi, ganador del último Mundial, una hazaña que solo parcheó una crisis económica y social tan aguda que llevó al poder a Milei, un ‘outsider’ en un país con una inflación demencial. Esto lo sabe bien Javier Macipe , director de ‘Estrella Azul’, una de las películas revelación de este 2024, rodada entre España y este país: «Las ayudas de Argentina se van actualizando con la inflación, pero se va generando una brecha mayor cada vez entre los precios y el dinero que dan. Y en nuestro caso fue una brutalidad. El dinero que nos dieron en 2020, que cubría el 100% del presupuesto argentino, se convirtió en una quinta parte. En Argentina tienes que contar con que las cosas no valen lo mismo el día uno de rodaje que el último».Para Óscar Martínez , el veterano y popular actor de ‘Galgos’ o ‘El ciudadano ilustre’, «durante el kirchnerismo, para mi gusto, no funcionó bien el INCAA. Pero antes sí. Cuando me refiero a funcionar bien, me refiero a que no había favoritismos como sí los hubo en los últimos tiempos. No había corrupción como la hubo. No había gente puesta ahí por orden político. No había una sobredosis de empleados. Un montón de cosas que habría que sanear. Era amiguismo, pagar favores políticos, era demagogia, en general eran productos malísimos y se gastó muchísimo dinero en eso». ‘La cordillera’ (2017) ABCY aquí llega Milei. Y, como Anna Karina en ‘Pierrot el loco’, coge la tijera, recorta y ¿la clava a la yugular del sector? «En los últimos 20 años afortunadamente hemos realizado muchas coproducciones con Argentina, entre el ICAA (España) y el INCAA, con distintos gobiernos de distintos partidos», explica Esther García , productora de El Deseo. «Estos proyectos han tenido éxito y han sido beneficiosos para ambos países. Hoy no podríamos coproducir con Argentina por decisión del actual gobierno. No se trata solo de un aspecto económico. Los productores necesitamos herramientas legales y apoyo institucional para poder establecer coproducciones. Los productores argentinos, en este momento, no cuentan con ese imprescindible andamiaje», afirma la Premio Nacional de Cinematografía.Este ‘andamiaje’ lo explica el aplaudido cineasta Lisandro Alonso desde su propia experiencia. «’Eureka’ [su último filme, estrenado en Cannes] tiene dos millones y medio de presupuesto y el INCAA me dio 10.000 dólares», asegura el director, que defiende que por lo que pelean sus compañeros no es por las subvenciones, sino porque el INCAA es el único organismo legitimado para encauzar el dinero de las coproducciones internacionales que, como llega en divisas fuertes, rinde mucho más en un país subyugado por la inflación. «Si acaba con esas políticas, ningún director argentino va a poder hacer uso de esos convenios de coproducción implementados desde décadas atrás. No vamos a poder usar más Ibermedia u otros fondos de fomento del cine europeo. Yo no puedo intentar por mí mismo una coproducción, Ibermedia no va a mandar el dinero a una cuenta personal de un director si no hay un tratado de coproducción entre ambos países. La contribución económica en pesos del INCAA dejó de ser mayoritaria hace décadas», desgrana.’Puan’ (2023)Porque la paralización del Instituto del Cine no está afectando a las grandes producciones ni a las plataformas, sino al cine independiente que, a la par, está siendo atacado sistemáticamente por el propio Milei, Pirovano y otros líderes del nuevo gobierno ultraliberal. El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado difundió un documento para paralizar el cine que ellos llaman «sin espectadores». «Las cifras de 2023 reflejan que el INCAA subsidió más de 100 películas con menos de 1.000 espectadores […] y esas 100 películas representaron casi el 50% de los 236 proyectos financiados», dijo el organismo. «También los contenidos hay que observarlos, porque si no son subsidios, subsidios y subsidios», explicó Francella, que insiste en que no comparte «que desaparezca el organismo» porque «hay un cine de autor que hay que respetar».«Con certeza, las películas de mayor riesgo autoral están en un riesgo mayor y la diversidad de voces, de cine regional, de nuevas generaciones se ve claramente amenazada», dice Ragone. Que añade: «Siempre hay capital privado en las películas. Pero es muy difícil, especialmente en el contexto de Argentina, que una película pueda producirse sin apoyo público. Al menos en este momento». Y García, de El Deseo, secunda: «Las ayudas públicas no son reemplazables por estas inversiones privadas, y resulta esencial justamente para proteger la independencia creativa, la originalidad, la capacidad de innovar, de incluir distintas sensibilidades y miradas, incorporar el talento de las nuevas generaciones, asumir riesgos creativos que permiten que las cinematografías en su conjunto progresen». En este sentido, ambas discrepan de la acusación de mal funcionamiento del INCAA, aunque Ragone apunta que «sin duda es posible pensar en mejorar cuestiones vinculadas a la burocracia de la institución, actualizar la ley de cine, mejorar tiempos, revisar el plan de fomento y adecuarlo a las condiciones actuales a nivel mundial».’La llegada del hijo’ (2024) ABCLa documentalista Melina Terribili aporta más aristas: «El Instituto de Cine comenzó a partir de 2003 a constituirse en un espacio de desarrollo y producción que, por primera vez, abría las puertas a muchos cineastas de distintas trayectorias y generaciones. Antes, sólo filmaban una decena de cineastas. Además no se producía prácticamente cine documental. Y mucho menos cine dirigido por mujeres, salvo poquísimas excepciones. Este cambio supuso una transformación sin antecedentes», y también recuerda el año 2016, con la asunción de Mauricio Macri, cuando comenzó una campaña de desprestigio del cine argentino, en particular contra el documental o el cine más independiente, bajo el eslogan ‘El cine que no ve nadie’. Y de aquel eslogan, a la frase del actual director del máximo ente cinematográfico, economista de profesión, Pirovano que ejerció también de pirómano: «Los productos que el INCAA no apoya, la gente los ve y viceversa. ¿No estaremos apoyando mal? A partir del año 2000, para mí el cine argentino ha entrado en una decadencia», dijo en ‘Los Andes’. Allí hablaba de la colaboración con las multinacionales de ‘streaming’: «Hay algo llamativo: el cine o las series argentinas en las plataformas no están subsidiados. ‘El encargado’ no lo está. ‘Bellas artes’, tampoco. Las series argentinas no tienen apoyo del INCAA y la gente las ve. Es muy sorprendente». Y un nuevo aporte de Terribili en este sentido: «Las plataformas de ‘streaming’ avanzaron a producir contenidos en el país, porque les resultaba barato producir acá, y con la llegada de la pandemia le confirió a las plataformas un lugar de poder que antes no tenían. Cuando se abrió la pandemia, hubo un cambio de paradigma. Y la lucha que se inició, y hasta ahora no se logró, es que las plataformas tributen un impuesto por las ganancias que se llevan de nuestro país, como corresponde, y que ese impuesto vaya al INCAA».Fuga de talento¿Podría haber un éxodo de cineastas? «Sí, incluso en su propio país, ya que están trabajando para plataformas extranjeras que tienen un formato y un control de los contenidos vaciados de todo tipo de pensamiento crítico. Se está creando, por un lado, una extranjerización de los contenidos, pero, paradójicamente, con ‘identidad argentina’. Se explota lo atractivo del ser argentino, lo entretenido o pintoresco, convirtiendo eso en la marca nacional. Es un vaciamiento cultural arrasador», opina Terribili. Respecto a esta fuga de talento, Ragone cree que «es posible. De hecho hay muchos argentinos que hace tiempo que filman en México, Chile, Uruguay, Brasil, España…».En este panorama, sin embargo, Esther García mantiene la esperanza: «Me resisto a hablar de cataclismo, los funcionarios y legisladores argentinos aún están a tiempo de recapacitar. La imagen del actual gobierno intentando denostar su propio cine, utilizando el hambre infantil para justificar la falta de inversión en cultura y atacarla, demuestra falta de racionalidad. El audiovisual es hoy una industria estratégica a nivel global, y los gobiernos de todos los países lo promueven cada vez más. Argentina, que tiene una industria audiovisual tan valorada internacionalmente, atraviesa una etapa de falta de cordura. No tiene sentido dila- pidar ese patrimonio, quedar fuera de los acuerdos internacionales y desmantelar una industria tan celebrada y respetada».’El encargado’ (2022) ABCPor su parte, Martínez circula en una vía parecida pero, a la vez, distinta. «En el Instituto de Cine está bien hacer una auditoría. Y si hay responsables de corrupción, que sean juzgados. Está muy bien revisar la cantidad de empleados porque ya tenía un número de empleados ridículo, con la décima parte se podía manejar. Yo no estaba de acuerdo con la manera de favorecer que tenía el kirchnerismo a ciertas producciones. Que se hubiera saneado el Instituto sí, pero ¿cerrarlo? ¿O demonizarlo como lo han demonizado? Es una locura. Con este gobierno no va a haber ningún tipo de estímulo ni de apoyo me parece. Yo hace cuatro años que no estoy viviendo en Argentina pero: ¿en qué medida eso puede dañar o no? Creo que el cine necesita en Argentina más que en ningún otro sitio de un apoyo estatal. No significa una subvención, significa favorecer el financiamiento de películas y tener una política de protección del cine nacional. Pero para eso hace falta un gobierno que comprenda la importancia del cine incluso para la difusión de la marca país, y me parece que este no es el caso». Y el reputado intérprete deja otra observación en el aire: «El cine ya no es el negocio que era»… Pero eso ya es otra historia, no menos inquietante, que aquí ya no cabe abordar. RSS de noticias de cultura
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