El Grupo parlamentario de Sumar ha dirigido varias preguntas al Gobierno en las que le insta a promover el uso de cartografía fidedigna con la realidad en distintos ámbitos, entre ellos el escolar. El escrito, presentado a principios de mes por la diputada Viviane Ogou i Corbi, de los Comunes, recuerda que los mapas usados tradicionalmente utilizan la proyección elaborada en 1569 por el cartógrafo flamenco Gerardus Mercator, que se diseñó para facilitar la navegación marítima. Y que, si bien “resultó útil para trazar rutas rectas sobre el mar”, supuso una distorsión importante de la representación de las superficies terrestres. Ogou i Corbi recuerda que distintas organizaciones internacionales, como la Unión Africana, están reclamando cambiar dicha proyección por perpetuar “una visión eurocentrista del mundo, que sobredimensiona regiones del norte global —como Europa, Norteamérica o Groenlandia— y subestima el tamaño real del continente africano, que es en realidad el segundo más grande del planeta en términos de superficie”.
En la materia de Geografía e Historia ya suelen explicarse las distintas proyecciones cartográficas y las deformaciones que provocan. “El problema está sobre todo fuera de la escuela”, advierten los docentes
En la materia de Geografía e Historia ya suelen explicarse las distintas proyecciones cartográficas y las deformaciones que provocan. “El problema está sobre todo fuera de la escuela”, advierten los docentes


El Grupo parlamentario de Sumar ha dirigido varias preguntas al Gobierno en las que le insta a promover el uso de cartografía fidedigna con la realidad en distintos ámbitos, entre ellos el escolar. El escrito, presentado a principios de mes por la diputada Viviane Ogou i Corbi, de los Comunes, recuerda que los mapas usados tradicionalmente utilizan la proyección elaborada en 1569 por el cartógrafo flamenco Gerardus Mercator, que se diseñó para facilitar la navegación marítima. Y que, si bien “resultó útil para trazar rutas rectas sobre el mar”, supuso una distorsión importante de la representación de las superficies terrestres. Ogou i Corbi recuerda que distintas organizaciones internacionales, como la Unión Africana, están reclamando cambiar dicha proyección por perpetuar “una visión eurocentrista del mundo, que sobredimensiona regiones del norte global —como Europa, Norteamérica o Groenlandia— y subestima el tamaño real del continente africano, que es en realidad el segundo más grande del planeta en términos de superficie”.
Utilizando la fórmula de las preguntas parlamentarias, Sumar insta al Gobierno a “abandonar progresivamente el uso de la proyección cartográfica de Mercator en materias institucionales o de representación oficial”. Y a fomentar el uso de sistemas de representación más fidedignos, como la proyección Equal Earth. Y, en particular, pide al Gobierno que impulse, de forma coordinada con las comunidades autónomas, el uso “de mapas más precisos en los centros educativos”. Algo que, en realidad, la mayoría de especialistas de la materia de Geografía e Historia ya hacen, según explican varios docentes.
El actual currículo educativo (la norma que regula las competencias y saberes que debe aprender el alumnado y la forma de evaluarlos), aprobado en 2022, no especifica qué tipo de proyección cartográfica debe utilizarse en las aulas. Pero sí ha impulsado la renovación de antiguas prácticas, una tarea que ya venían realizando los propios docentes. El currículo insta al profesorado a enseñar a los estudiantes a utilizar “críticamente las fuentes históricas y geográficas”, advierte del peso del eurocentrismo en el “pensamiento y el arte”, y pide a los docentes que relacionen en el aula el antiguo colonialismo con las “nuevas subordinaciones económicas y culturales”. Lo habitual es que los libros de texto que se utilizan en los centros educativos expliquen específicamente los tipos de proyecciones que existen y las deformaciones que provocan.
“Uno de los objetivos de los currículos educativos es la cuestión de las relaciones Norte-Sur, el eurocentrismo, la crítica del colonialismo y en ese sentido, la mayoría de los profesores introducen y defienden esta mirada crítica”, afirma Juan Pedro Serrano, profesor de Geografía e Historia en Aragón, incluyendo el uso de mapas más precisos. Serrano advierte, sin embargo, que es posible que eso mismo no suceda cuando se utilizan mapas en otras asignaturas, “y, sobre todo, con los que ven los niños y niñas fuera de la escuela, en los cuentos, en sus casas o en programas de televisión, que en la mayoría de los casos siguen el modelo antiguo; queda mucho trabajo por hacer”.
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Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.
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