La primera vez que Miguel López entró en una sala de profesores como docente pensó que era un milagro que quienes le rodeaban no se dieran cuenta de que era un infiltrado. De que en realidad era un niño, no un profesor. Lo cierto es que sus compañeros podrían haberlo desenmascarado doblemente porque López (A Coruña, 1976), fallecido repentinamente hace ahora un año tenía, además de vocación de niño, un alter ego como los superhéroes: era El Hematocrítico. Es decir, una de las primeras figuras de las redes sociales en España, pero, sobre todo, alguien con un humor finísimo que supo tomarse en serio internet con un producto que no tendría sentido fuera del ámbito digital, y que dejó huella en toda una generación de ilustradores, cómicos y artistas. Desde el miércoles y hasta este domingo, Vigo acoge la primera edición del Hematofesti, un festival que pretende, en palabras de la viuda de López, la escritora Ledicia Costas, “homenajear a Miguel y a su forma de vida, la de ver el mundo desde la ternura y el humor”.
El Hematofesti de Vigo festeja a Miguel López, pionero de las redes sociales, un año después de su muerte, acompañados por Nacho Vigalondo, Abel Caballero y Amaral
La primera vez que Miguel López entró en una sala de profesores como docente pensó que era un milagro que quienes le rodeaban no se dieran cuenta de que era un infiltrado. De que en realidad era un niño, no un profesor. Lo cierto es que sus compañeros podrían haberlo desenmascarado doblemente porque López (A Coruña, 1976), fallecido repentinamente hace ahora un año tenía, además de vocación de niño, un alter ego como los superhéroes: era El Hematocrítico. Es decir, una de las primeras figuras de las redes sociales en España, pero, sobre todo, alguien con un humor finísimo que supo tomarse en serio internet con un producto que no tendría sentido fuera del ámbito digital, y que dejó huella en toda una generación de ilustradores, cómicos y artistas. Desde el miércoles y hasta este domingo, Vigo acoge la primera edición del Hematofesti, un festival que pretende, en palabras de la viuda de López, la escritora Ledicia Costas, “homenajear a Miguel y a su forma de vida, la de ver el mundo desde la ternura y el humor”.
“Lo cierto es que esto se nos ha ido de las manos”, contaba en la inauguración del festival el ilustrador Alberto Vázquez, uno de los mejores amigos del Hematocrítico, alma mater del festival junto a Costas y ganador de cuatro Goyas por cortos y películas animadas. “Lo que iba a ser una reunión de 10 o 12 amigos, ha acabado siendo una locura en la que participarán primeras figuras de la música, el humor, la literatura…”. No exagera: a la cita acuden músicos (Amaral, Amaro Ferreiro, Joe Crepúsculo), gente del humor (La Ruina, Berto Romero, Nacho Vigalondo), ilustradores (Martín Romero, Paco Roca) y escritores (Pedro Mañas, María Oruña, o la propia Ledicia Costas, premio Nacional de Literatura infantil y juvenil).
La propia ciudad de Vigo también se ha volcado con la idea, cediendo 13 sedes para las decenas de actividades. “Le debemos mucho”, dijo el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, que se dejó caer por la gala de inauguración y que glosó la figura de un “pedagogo excepcional [López publicó varios libros infantiles y ensayos pedagógicos]”, que supo “darle sustancia a sus vivencias en un mundo paralelo y telemático, pero con vida propia”. Las palabras de Caballero no van desencaminadas: López fue un pionero que supo pergeñar artefactos humorísticos inteligentes y perdurables, pero que sobre todo sintonizaban con el nuevo humor digital y que solo adquirían su sentido pleno en la web, en forma de comentarios y tuits.
López se prodigó en libros, ensayos, como guionista y sobre todo en las redes sociales, un panorama que galvanizó como ninguno y en el que evitó siempre las faltas de respeto. Un ejemplo: se inventó la palabra viral tróspido, con la que definía a los muy particulares y exatravagntes concursantes de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. Otro de sus grandes hallazgos fueron los títulos inventados de cuadros clásicos, que firmaba como El Hematocrítico del Arte. “La gallina psicóloga”, añadía como pie de foto a un cuadro de Fray Juan Bautista Maíno en el que se veía a un santo pensativo al lado de un gallo. “Señora, haga usted el favor de pagarme las bragas que se lleva y no intente hacerlas pasar por un sombrero”, acompañaba como leyenda a un cuadro de Georges de La Tour en el que se ve a un hombre reclamando con la mano un pago a una anciana con un voluminoso turbante blanco. No hacía falta más para trascender el meme. Sus seguidores eran legión, e influyó en toda una generación.
El jueves, Costas participó con el escritor Pedro Mañas (autor del best seller infantil Anna Kadabra) en un coloquio auspiciado por Nintendo sobre otra de las grandes pasiones de López: los videojuegos. “No he conocido a nadie con esa agilidad mental”, comentaban ambos en un aparte. “Inventó, quizá, una manera diferente de estar en las redes. Demostró que Twitter no tiene que ser un lugar salvaje. Puedes generar debate, pero desde el humor, el respeto, la empatía”, decía Costas, que si tuviera que definir el humor (y la personalidad) de López con una palabra, esa sería “genuino”.
Hubo también tiempo para una charla del autor de cómic Paco Roca, que concibió junto al Hematocrítico el personaje de Doña Problemas, y luego vino el punto culminante del festival: la HematoGala. Fue un evento ecuménico (“solo El Hematocrítico podía reunir al Ayuntamiento de Vigo [del PSOE] y a la Xunta [del PP] en un mismo patrocinio”, bromeaba Nacho Vigalondo), ecléctica y sentida, conducida por Vigalondo y Aldao. Una gala que reunió a los amigos y colaboradores de López y que amenizaron la humorista Laura Márquez, su compañero de podcast y periodista Noel Ceballos, Carolina Iglesias o los podcasters de La Ruina y en la que, ante 1.500 butacas llenas, actuaron Pava, Amaral y Joe Crepúsculo.
“Se fue como vino; de forma explosiva. Y tío, eso no se hace. Una llamada, manda un wassap…”, bromeaba la noche del jueves una emocionada Costas, que se reconocía agradecida: “Tenemos tanta suerte de que Miguel existiera y nos atravesara con esa cabeza que era como un multiverso de estrellas fulgurantes, que la única manera que se me ocurre de reaccionar a eso es… organizar este festival”. No todo terminó con la HematoGala. Este viernes, desde las 18.00, tiene lugar un festival del humor en el que intervendrán más amigos y seguidores de López, como Berto Romero, Arturo González Campos y Manuel Bartual; y el sábado habrá una jornada más profesional, dedicada a la literatura infantil y juvenil, en el que se entregará el primer premio Humor con H a álbum ilustrado, que consiste en 5.000 euros y edición de la obra ganadora.
Para quien quiera apuntarse este viernes o sábado, tiene toda la información en la web del Hematofesti. Pero Hematofesti, terminado en “i” porque, como si de un chiste del propio López se tratara, el nombre de Hematofest ya estaba cogido por, cómo no, un club sadomasoquista. Muchos creen que Twitter murió el día que Elon Musk se hizo con la red social, ahora llamada X. No saben nada. En realidad murió el 27 de octubre del 2023, cuando El Hematocrítico bajó el telón. Descanse en paz.
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