El goteo de cuadros, ex dirigentes y militantes que se pronuncia a favor de la retirada de Juan Espadas es incesante en las vísperas, aunque está garantizada la tregua hasta después del cónclave: «Es un momento muy duro para el partido» Leer El goteo de cuadros, ex dirigentes y militantes que se pronuncia a favor de la retirada de Juan Espadas es incesante en las vísperas, aunque está garantizada la tregua hasta después del cónclave: «Es un momento muy duro para el partido» Leer
El PSOE andaluz que desde este viernes acoge el 41 Congreso Federal del PSOE no es, precisamente, el escenario idílico imaginado por la dirección para acoger la reelección de Pedro Sánchez y escenificar la unidad del partido tras las fisuras abiertas por la cesiones para contentar a los independentistas.
Después de unas semanas convulsas, en el cónclave que arranca en unas horas Sánchez va a tener que compartir protagonismo con Juan Lobato y la crisis del PSOE madrileño, una derivada del escándalo de las filtraciones que han llevado a la imputación del fiscal general del Estado, con los sobresaltos de la investigación que cerca a su esposa, Begoña Gómez y la que afecta a su hermano David, o con el comisionista Víctor de Aldama que ha señalado al mismísimo presidente del Gobierno al tirar de la mando en el caso Ábalos. Por si no fuera suficiente, a todo eso hay que sumar las divisiones y enfrentamientos internos del PSOE andaluz, que ha visto en los últimos meses cómo se multiplican las grietas que amenazan su estabilidad, cómo se sucede, como un goteo incesante, los posicionamientos de militantes, ex cargos y cargos de la formación en contra del actual secretario general, Juan Espadas, y a favor de que sea relevado cuanto antes tras sus desastrosos resultados electorales y su floja labor de oposición al PP.
En el seno del PSOE-A se da por descontado que en el congreso regional que será convocado una vez que el federal eche el telón, a partir de este lunes, va a concurrir una candidatura alternativa en la que vienen trabajando antiguos dirigentes afines a la ex líder Susana Díaz, pero también un buen puñado de militantes y hasta cargos orgánicos e institucionales -la mayoría de ellos del ámbito municipal- que en su día se alinearon con Espadas en las primarias en las que éste desalojó de la Secretaría General a la ex presidenta de la Junta.
En el aire está el respaldo de las agrupaciones provinciales al actual líder, que ha tratado de rebajar en estos meses la fuerza de estos críticos. Ya hay una dirección provincial, la de Cádiz, cuyo secretario general ha pedido el relavo de Espadas y no es la única voz destaca que se ha pronunciado en este sentido. Especialmente significativo ha sido el paso al frente de Mario Jiménez, miembro del grupo parlamentario, antiguo secretario de Organización del PSOE- A y que, en un primer momento, sí estuvo con el también portavoz en el Senado.
Sonoros han sido también en estos últimos tiempos los enfrentamientos entre Espadas y Susana Díaz después de romper ésta el silencio que mantenía desde que perdió las primarias y fue arrinconada en el Senado.
Algunos de estos críticos estarán presentes en el plenario de este congreso, puesto que en la mayor parte de las listas de los delegados se ha optado por la integración para camuflar las divisiones internas y en una suerte de tregua sobre la base del interés común por no enturbiar más el Congreso Federal.
Los críticos de Espadas, que llevan meses agitando las aguas del PSOE-A, se han conjurado para que el Congreso Federal -del que Sánchez debía salir reforzado por un partido unido- sea pacífico, al menos en lo que respecta a las batallas que se libran en Andalucía, donde la plataforma Bases Andaluzas Socialistas está recabando apoyos en todas las provincias y haciendo públicas las adhesiones en un goteo constante al tiempo que, de forma más discreta, se busca consenso para presentar un candidato que le dispute a Espadas la Secretaría General.
La situación es tan complicada y la necesidad de mostrar unidad está tan interiorizada que hasta la ex presidenta andaluza y ex líder regional del partido, Susana Díaz, ha anunciado que «seguramente» acudirá al Palacio de Congresos de Sevilla después de recibir una invitación formal de la dirección federal y pese a que, en las últimas semanas se ha enfrentado, más o menos directamente, a Espadas.
Fuentes del sector crítico confirman que habrá una tregua en estos días, pero solo hasta el lunes. Porque justo después de que concluya el Congreso Federal se reactivarán los planes para derrocar a Espadas e, incluso, se acelerarán si, como esperan, la actual dirección regional pone en marcha de forma inmediata el proceso para convocar el cónclave andaluz.
«La gente tiene una actitud muy respetuosa con el Congres Federal, todo el PSOE andaluz quiere que salga bien», dice uno destacado opositor a Espadas, convencido, y no es el único, de que Sánchez tiene que abandonar Sevilla el domingo con todo el partido detrás, lo mismo que el Gobierno que preside. «Tenemos muy claro que hay que estar con el presidente y con el Gobierno», insiste.
Otra cosa será cuando las luces del congreso se apaguen. A partir de ahí, «llegará el momento de posicionarse» públicamente.
«No hay ánimo de enturbiar el Congreso, a nadie le interesa que esto salga mal», coincide otro destacado crítico, antiguo cargo institucional del PSOE-A, que también adelanta que a partir del lunes ya no habrá tregua y las espadas volverán a estar en alto.
Especialmente si, como se especula en algunos corrillos, Espadas y su equipo han tomado la decisión de convocar cuanto antes el cónclave regional, acelerar todo el proceso con el objetivo de que los críticos tengan el mínimo tiempo posible para armar su alternativa al actual líder autonómico.
Quienes manejan esta posibilidad hablan de que el congreso del PSOE-A podría celebrarse, incluso, a finales del mes de enero, después del obligado proceso de primarias. Hasta ahora, la hipótesis más extendida es que el congreso se celebraría en la última quincena de febrero.
Pero que no vayan al choque los críticos durante este fin de semana no significa, dicen las fuentes consultadas, no significa que no vayan a aprovechar la ocasión los delegados que no son afines a Espadas para tratar de influir en la representación que vaya a tener el socialismo andaluz en los nuevos órganos de dirección que salgan del cónclave.
«Andalucía tiene que volver a ser columna vertebral del PSOE», dicen desde el sector crítico, apostando por una candidatura «de consenso» y acordada con Ferraz en un escenario ideal en el que Espadas se retira más o menos por voluntad propia.
Nombres como el de la vicepresidenta María Jesús Montero o el de Juan Francisco Serrano, mano derecha del secretario de Organización, Santos Cerdán, y diputado en el Congreso. Alguno de los críticos consultados destacan con vehemencia la trayectoria política de Serrano, que fue alcalde de la localidad jiennense de Bédmar.
Al goteo de adhesiones a la causa por la renovación de la dirección regional se han sumado, hasta ahora, pocos dirigentes territoriales. El más significado ha sido el secretario general del PSOE de Cádiz, pero entre los críticos se piensa que a partir de la semana que viene se multiplicarán los posicionamientos públicos. Solo el secretario general de Sevilla, Javier Fernández, ha mostrado su apoyo a Espadas, el resto guarda silencio «y eso es ya un posicionamiento», dicen estas fuentes.
En las quinielas se apuesta a que Almería y Málaga estarán también con Espadas y que Córdoba actuará en función de las directrices de Ferraz. Huelva, Granada y Jaén son, por ahora, una incógnita.
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