Canícula del verbo amar

Pierre Michon, intelectual francés, en su casa en Naillat, en la región de Nouvelle-Aquitaine, en la Francia vaciada, en 2024.

Hacemos lo que podemos, con lo que podemos. Algunos terminan pinchando horas en una aseguradora, y de ahí sacan libros aterradores, que te dejan tumbado, como los de Kafka. Faulkner se las apañó también como pudo, siendo cartero, pintor de brocha gorda, dependiente de librería, portero de prostíbulo, un sinfín de oficios de poca monta, todos ellos regados con bastantes botellones, para pasar el mal trago.

Seguir leyendo

 Para tumbar a la muerte no necesitas una armada ni toda una flota de navíos. Necesitas un libro, una novela, una tragedia o un lienzo  Pierre Michon, intelectual francés, en su casa en Naillat, en la región de Nouvelle-Aquitaine, en la Francia vaciada, en 2024.

Hacemos lo que podemos, con lo que podemos. Algunos terminan pinchando horas en una aseguradora, y de ahí sacan libros aterradores, que te dejan tumbado, como los de Kafka. Faulkner se las apañó también como pudo, siendo cartero, pintor de brocha gorda, dependiente de librería, portero de prostíbulo, un sinfín de oficios de poca monta, todos ellos regados con bastantes botellones, para pasar el mal trago.

Seguir leyendo

 Cultura en EL PAÍS

Noticias Relacionadas