El Louvre, gran museo nacional, en estado crítico y convertido en un zoco multicultural

Emmanuel Macron , presidente de la República, y la dirección del Louvre hicieron a primeros de año un balance crítico del estado del gran museo nacional, pero no contaron la degradaciones más visibles para los millones de turistas que pueden tardar más de una hora para poder entrar en sus históricas galerías.La dirección del Louvre facilitó a Macron un primer estudio de la patética situación del museo: lavabos que no funcionaban, horas de espera para entrar y poder deambular libremente, entradas diminutas, propias de un museo de provincias; una histórica pirámide en vidrio convertida en símbolo de la histórica crisis… Consecuencia de aquella patética confesión administrativa, Macron anunció un gran programa de reformas anunciando el Louvre del siglo XXI . Cualquier turista que haya visitado los alrededores del museo podría hablar de otros rostros de la misma catástrofe nacional.Noticias relacionadas estandar No Las ocho piezas robadas en el Louvre: tiaras, collares y pendientes con piedras preciosas África Albalá estandar No Armados con motosierras, con un brazo articulado y en solo siete minutos: así fue el robo de película del Louvre ABCLa gran explanada de la entrada principal del Louvre hace años que se convirtió en tierra de acogida para inmigrantes africanos que intentan ganarse la vida vendiendo recuerdos. Ante la gran entrada decorada con una reproducción de la ‘Gioconda’ , los tenderetes y camionetas que venden bocatas y perritos calientes y atienden a una clientela llegada de varios continentes. Entre la gran pirámide y los jardines de las Tullerías, muchos turistas musulmanes encuentran «espacios libres» para arrodillarse y orar , mirando a la Meca.Entre la salida este del museo y la histórica iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois queda, desde hace varios años, un generoso espacio consagrado al «aparcamiento» de camionetas, montacargas y escaleras mecánicas. Desde ese espacio se ha perpetrado el histórico robo de la mañana del domingo. El estado crítico del primer museo nacional , antigua residencia real, asumido por el jefe del Estado, solo era una parte del problema de fondo del museo, incomprensible si no se ha contemplado la degradación y «masificación multicultural» de sus alrededores. La puesta en marcha de las obras consagradas a la gran reforma del Louvre del siglo XXI aportan su nota de color, dudosamente artístico: camiones que entran, salen y circulan por los alrededores. Escombros esperando que alguien los recoja. Hombres y mujeres sin techo compitiendo por un espacio propio con los inmigrantes que venden recuerdos en las arcadas de la antigua residencia real. Emmanuel Macron , presidente de la República, y la dirección del Louvre hicieron a primeros de año un balance crítico del estado del gran museo nacional, pero no contaron la degradaciones más visibles para los millones de turistas que pueden tardar más de una hora para poder entrar en sus históricas galerías.La dirección del Louvre facilitó a Macron un primer estudio de la patética situación del museo: lavabos que no funcionaban, horas de espera para entrar y poder deambular libremente, entradas diminutas, propias de un museo de provincias; una histórica pirámide en vidrio convertida en símbolo de la histórica crisis… Consecuencia de aquella patética confesión administrativa, Macron anunció un gran programa de reformas anunciando el Louvre del siglo XXI . Cualquier turista que haya visitado los alrededores del museo podría hablar de otros rostros de la misma catástrofe nacional.Noticias relacionadas estandar No Las ocho piezas robadas en el Louvre: tiaras, collares y pendientes con piedras preciosas África Albalá estandar No Armados con motosierras, con un brazo articulado y en solo siete minutos: así fue el robo de película del Louvre ABCLa gran explanada de la entrada principal del Louvre hace años que se convirtió en tierra de acogida para inmigrantes africanos que intentan ganarse la vida vendiendo recuerdos. Ante la gran entrada decorada con una reproducción de la ‘Gioconda’ , los tenderetes y camionetas que venden bocatas y perritos calientes y atienden a una clientela llegada de varios continentes. Entre la gran pirámide y los jardines de las Tullerías, muchos turistas musulmanes encuentran «espacios libres» para arrodillarse y orar , mirando a la Meca.Entre la salida este del museo y la histórica iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois queda, desde hace varios años, un generoso espacio consagrado al «aparcamiento» de camionetas, montacargas y escaleras mecánicas. Desde ese espacio se ha perpetrado el histórico robo de la mañana del domingo. El estado crítico del primer museo nacional , antigua residencia real, asumido por el jefe del Estado, solo era una parte del problema de fondo del museo, incomprensible si no se ha contemplado la degradación y «masificación multicultural» de sus alrededores. La puesta en marcha de las obras consagradas a la gran reforma del Louvre del siglo XXI aportan su nota de color, dudosamente artístico: camiones que entran, salen y circulan por los alrededores. Escombros esperando que alguien los recoja. Hombres y mujeres sin techo compitiendo por un espacio propio con los inmigrantes que venden recuerdos en las arcadas de la antigua residencia real.  Emmanuel Macron , presidente de la República, y la dirección del Louvre hicieron a primeros de año un balance crítico del estado del gran museo nacional, pero no contaron la degradaciones más visibles para los millones de turistas que pueden tardar más de una hora para poder entrar en sus históricas galerías.La dirección del Louvre facilitó a Macron un primer estudio de la patética situación del museo: lavabos que no funcionaban, horas de espera para entrar y poder deambular libremente, entradas diminutas, propias de un museo de provincias; una histórica pirámide en vidrio convertida en símbolo de la histórica crisis… Consecuencia de aquella patética confesión administrativa, Macron anunció un gran programa de reformas anunciando el Louvre del siglo XXI . Cualquier turista que haya visitado los alrededores del museo podría hablar de otros rostros de la misma catástrofe nacional.Noticias relacionadas estandar No Las ocho piezas robadas en el Louvre: tiaras, collares y pendientes con piedras preciosas África Albalá estandar No Armados con motosierras, con un brazo articulado y en solo siete minutos: así fue el robo de película del Louvre ABCLa gran explanada de la entrada principal del Louvre hace años que se convirtió en tierra de acogida para inmigrantes africanos que intentan ganarse la vida vendiendo recuerdos. Ante la gran entrada decorada con una reproducción de la ‘Gioconda’ , los tenderetes y camionetas que venden bocatas y perritos calientes y atienden a una clientela llegada de varios continentes. Entre la gran pirámide y los jardines de las Tullerías, muchos turistas musulmanes encuentran «espacios libres» para arrodillarse y orar , mirando a la Meca.Entre la salida este del museo y la histórica iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois queda, desde hace varios años, un generoso espacio consagrado al «aparcamiento» de camionetas, montacargas y escaleras mecánicas. Desde ese espacio se ha perpetrado el histórico robo de la mañana del domingo. El estado crítico del primer museo nacional , antigua residencia real, asumido por el jefe del Estado, solo era una parte del problema de fondo del museo, incomprensible si no se ha contemplado la degradación y «masificación multicultural» de sus alrededores. La puesta en marcha de las obras consagradas a la gran reforma del Louvre del siglo XXI aportan su nota de color, dudosamente artístico: camiones que entran, salen y circulan por los alrededores. Escombros esperando que alguien los recoja. Hombres y mujeres sin techo compitiendo por un espacio propio con los inmigrantes que venden recuerdos en las arcadas de la antigua residencia real. RSS de noticias de cultura

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