A Benet Salellas (Girona, 48 años) le llueven las críticas desde que el lunes abandonó el Tribunal Supremo solo, sin su cliente. Santos Cerdán ingresó en prisión provisional, una pésima noticia para el dirigente y un fracaso para su abogado. El exsecretario de Organización del PSOE contestó solamente a las preguntas (medio centenar) que le formuló Salellas. Explicó sus relaciones con otros implicados en la trama (en la que negó toda participación) y se presentó como objeto de una persecución política por haber negociado la investidura, especialmente con Junts (ley de amnistía) y con EH Bildu. “Una parte de los poderes de este país no ha aceptado que gobierne Pedro Sánchez”, declaró.
Benet Salellas critica la prisión provisional contra el exsecretario de Organización del PSOE: “Se trata diferente a los que colaboran y a los que se quieren defender”

A Benet Salellas (Girona, 48 años) le llueven las críticas desde que el lunes abandonó el Tribunal Supremo solo, sin su cliente. Santos Cerdán ingresó en prisión provisional, una pésima noticia para el dirigente y un fracaso para su abogado. El exsecretario de Organización del PSOE contestó solamente a las preguntas (medio centenar) que le formuló Salellas. Explicó sus relaciones con otros implicados en la trama (en la que negó toda participación) y se presentó como objeto de una persecución política por haber negociado la investidura, especialmente con Junts (ley de amnistía) y con EH Bildu. “Una parte de los poderes de este país no ha aceptado que gobierne Pedro Sánchez”, declaró.
El camino de la victimización, muy transitado por cargos políticos inmersos en procesos penales, molestó al fiscal jefe anticorrupción, Alejandro Luzón, y al magistrado, Leopoldo Puente. Juristas consultados por este diario creen incluso que explica, en parte, por qué Santos Cerdán es el único investigado en esta causa que ha acabado entre rejas. Pero Salellas, que intenta mantenerse alejado del ruido capitalino e impermeable a los ataques, lo niega. Cree que el fiscal “ya llevaba el informe preparado” y también, parcialmente, el juez, de ahí que fuera capaz de redactar, “en apenas media hora”, un auto de 20 folios.
“No me desagrada que la estrategia está a debate. Pude desplegar una línea de defensa, sin que se me inadmitieran preguntas, donde [Santos Cerdán] respondió a los principales puntos de imputación”, explica Salellas, dos días después de la jornada, en conversación con EL PAÍS. El abogado, que fue diputado de la CUP en el Parlamento catalán, lamenta la existencia de un doble rasero. “Se da un trato diferente a los que colaboran y a los que se quieren defender, y eso me parece grave”, cuenta en relación con el comisionista Víctor de Aldama, que pidió permiso para salir de España el pasado abril y “el fiscal informó favorablemente” a la medida. “En Madrid hay una cultura de negociar cosas con la Fiscalía. Yo me situó claramente en una estrategia de defensa”.
Salellas ya fue protagonista en el Tribunal Supremo como abogado de Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural y uno de los líderes sociales del procés. Abordó el proceso como un juicio político, algo sobre lo que ya había teorizado en su libro Jo acuso, la defensa en judicis polítics. El abogado niega que haya paralelismos con el juicio por el referéndum del 1-O. “No estamos planteando el caso Cerdán como un juicio político. Pero es razonable que, cuando hay cuestiones políticas en juego, puedan explicarse”, dice.
Sembrar dudas sobre Koldo García
Toda defensa consiste en desmontar los indicios de la acusación y, si es posible, generar un relato alternativo. Salellas ha explorado dos vías conectadas entre sí que, por ahora, han fracasado. Ha cuestionado la validez de los audios grabados y almacenados por el asesor Koldo García entre él mismo, Santos Cerdán y el exministro José Luis Ábalos, que son el sustento de la investigación. El juez lo ha rechazado en su auto de prisión. Salellas ha tratado de sembrar dudas, igualmente, sobre la figura de García. ¿Y si el hombre para todo de Cerdán y Ábalos es un “agente encubierto”? “Es una persona condecorada por la Guardia Civil, indultada, que ha colaborado en la lucha antiterrorista, que tiene contacto con mandos de la Guardia Civil”…, cuenta.
Se trata de sembrar dudas razonables sin caer, insiste, en teorías de la conspiración. A Salellas le resulta extraño —y así lo expresó también en la vistilla de prisión del lunes— que el informe de la UCO sobre el secretario de Organización haya aparecido “16 meses, 500 días” después de que la Guardia Civil se hiciera con los dispositivos electrónicos en el registro de García. “Sin saberse muy bien cómo ni por qué, aparece un atestado sobre el señor Cerdán que casi provoca la caída del Gobierno”, verbalizó en el Tribunal Supremo, donde se comprometió a buscar indicios de que “la investigación policial” puede ser “un litigio estratégico de la extrema derecha”.
En la conversación con este diario, ahonda en unas sospechas que, por ahora, no han calado en el ánimo del tribunal. En su opinión, hay “personajes oscuros de la Guardia Civil relacionados con Vox”. “Nos parece que la actuación de la Guardia Civil está condicionada a los intereses de ciertos sectores del Estado que quieren echar a Sánchez”, insiste. El lunes por la tarde, el abogado Jacobo Teijelo visitó a Cerdán en prisión junto a Salellas, según explicó el propio Teijelo en la radio, para ofrecerle sus servicios. En el despacho de este abogado se celebró la reunión en la que la exmilitante socialista Leire Díaz intentó recabar información contra mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Sobre el auto de prisión provisional, Salellas se muestra muy crítico. “Hace unas hipótesis sobre cobros y mordidas que están bien como hipótesis de investigación, pero no sirven para acordar una prisión”. Hace apenas unas semanas, cuando la acusación popular pidió registrar la casa y el despacho profesional de Cerdán, el mismo juez que ahora ve riesgo de destrucción de pruebas rechazó la petición. Para el dirigente político, una medida así era más que “previsible”, por lo que no tenía mucho sentido. El abogado confía en que, al ser el riesgo de destrucción de pruebas el principal motivo de su ingreso en prisión, éste sea breve. Y rechaza desvelar cómo llegó a convertirse Cerdán en su cliente. Niega que haya sido cosa de Carles Puigdemont o de Bildu, pero prefiere reservarse el dato “para no involucrar a otras personas”.
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