El vuelo de aviones, helicópteros y drones israelíes, así como los zambombazos de la artillería, eran intensos en la tarde del martes sobre Gaza, como presenció EL PAÍS. Una gran columna de humo se alzaba sobre el norte del enclave, donde las tropas de ocupación mantienen una intensa actividad, según reconoce el propio ejército. Al caer la noche, eran interceptados dos misiles lanzados desde el sur de la Franja sin provocar víctimas ni daños. En esa coyuntura, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la noche del martes, de manera unilateral, que Israel ha aceptado una tregua de 60 días en el principal escenario de la guerra en Oriente Próximo. Ese periodo, señaló en un mensaje en su red social, serviría para tratar de poner fin a la contienda.
Netanyahu evita respaldar en público la tregua de 60 días, un plan para el que el presidente de EE UU asegura contar con el apoyo de Israel
El vuelo de aviones, helicópteros y drones israelíes, así como los zambombazos de la artillería, eran intensos en la tarde del martes sobre Gaza, como presenció EL PAÍS. Una gran columna de humo se alzaba sobre el norte del enclave, donde las tropas de ocupación mantienen una intensa actividad, según reconoce el propio ejército. Al caer la noche, eran interceptados dos misiles lanzados desde el sur de la Franja sin provocar víctimas ni daños. En esa coyuntura, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la noche del martes, de manera unilateral, que Israel ha aceptado una tregua de 60 días en el principal escenario de la guerra en Oriente Próximo. Ese periodo, señaló en un mensaje en su red social, serviría para tratar de poner fin a la contienda.
El anuncio fue acogido con división en el Gobierno israelí: los ministros más ultras criticaron la posibilidad de un alto el fuego que sí pareció bendecir el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, no ofreció, al menos en público, su apoyo al plan de Trump y ni siquiera hizo referencia directa a esos dos meses de tregua.
Lo que sí dejó claro Netanyahu es que piensa sacar a los rehenes a la vez que acaba con Hamás. Durante una visita a Ashkelon, quiso responder a la polémica surgida en torno a si hay que priorizar a los cautivos sobre los objetivos militares. Tildó de “tontería” la idea de que no puedan compaginarse ambas tareas, según declaraciones citadas por medios locales. “Por encima de mi cadáver”, llegó a decir el mandatario en referencia a eliminar a la resistencia armada palestina.
En una primera reacción oficial del Ejecutivo israelí, el ministro de Asuntos Exteriores no había ocultado unas horas antes un cierto optimismo, aunque tampoco él aludiera a los 60 días. “Hay una gran mayoría en el Gobierno y entre la población a favor del plan de liberar a los rehenes. Si se presenta una oportunidad, ¡no hay que desaprovecharla!”, escribió el jefe de la diplomacia en su cuenta de X (antes Twitter).
El sector más reaccionario y ultra del Gabinete, crítico con un acuerdo que priorice la salida de los cautivos, trata al mismo tiempo de hacer descarrilar el alto el fuego de Trump. Según varios medios israelíes, el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, llamó al de Finanzas, Bezalel Smotrich, para hacer frente común. Sus dos partidos disponen de 13 de los 120 escaños del Parlamento. El opositor Yair Lapid se ha apresurado a ofrecer a Netanyahu los suyos, 23, y asegurar así los apoyos necesarios para sacar a los secuestrados de la Franja.
Hamás estudia la propuesta
Por su parte, Hamás afirma estar estudiando la propuesta de los mediadores para lograr un alto el fuego “integral que ponga fin a la agresión contra Gaza”, según un comunicado en el que no habla ni de rehenes ni de su intercambio por prisioneros palestinos. Eso significa que insiste en sus condiciones de poner fin a la guerra y exigir la salida de las tropas israelíes de Gaza.
En su propuesta, el líder estadounidense no alude a ese asunto de los cautivos, el que más preocupa en la calle a los israelíes. El mensaje de Trump en Truth Social vio la luz pocos días antes de que Netanyahu viaje este fin de semana a Washington para reunirse el lunes con él. Todo un récord, pues será la tercera vez que el mandatario visite en los menos de seis meses que lleva el republicano en la Casa Blanca, en esta segunda etapa.
Mientras, los encontronazos se suceden en las reuniones del gabinete de seguridad entre Netanyahu y varios de sus ministros frente al jefe de las Fuerzas Armadas, Eyal Zamir. “Somos el mejor ejército del mundo a nivel operativo, pero no a nivel político. Aquí se cometen errores una y otra vez. Les digo: Hamás se rendirá. (…) Ustedes, las Fuerzas de Defensa de Israel, no son buenos en evaluaciones políticas. ¿No podemos ganar? Claro que sí”, ha espetado Netanyahu a Zamir, según medios locales. “Defiendo la derrota de Hamás, pero si endurecemos la operación ahora, arriesgamos a los rehenes”, ha advertido el militar, que constata un alto grado de debilidad en la resistencia armada palestina que encabeza Hamás.
Por eso, Zamir argumenta que la debilidad física de los secuestrados que siguen con vida, menos de la mitad de los 50 que permanecen en Gaza, obliga a actuar dando prioridad a su salida antes que a la campaña puramente militar. Le ha llevado también la contraria Smotrich: “Es posible lograr ambas cosas: derrotar a Hamás y liberar a los rehenes”. También se ha enfrentado al jefe del ejército, según el Canal 13, Itamar Ben Gvir.
Con el negociador jefe israelí, Ron Dermer, ya en Estados Unidos, todo apunta a que los movimientos y los anuncios se van a seguir intensificando a lo largo de la semana. De hecho, en las últimas horas habría habido ya avances en torno a la posible salida de los secuestrados de la Franja, aunque Hamás guarda silencio, según algunos analistas israelíes que citan fuentes próximas a las negociaciones. Hablan de un mayor grado de motivación entre las dos partes, pese a que las diferencias se mantienen. Los islamistas palestinos estarían dispuestos a ofrecer información de la situación física de los cautivos, según el diario Israel Hayom, que cita una fuente local implicada en las negociaciones.
Presión de los familiares
Tras dos semanas con menor presencia pública por la guerra con Irán, los familiares de los rehenes han vuelto a ganar protagonismo. Este martes, delante de la residencia de Netanyahu en Jerusalén, han vuelto a presionar para que sus seres queridos, los que siguen vivos y los muertos, sean una prioridad, aunque el precio que haya que pagar, como reclama Hamás, sea el fin de la guerra. También la rebautizada como plaza de los Rehenes de Tel Aviv acogió un acto para tratar de motivar al Ejecutivo.
Después del de Irán, Trump trata de forzar de nuevo un alto el fuego en la región. De esta misma forma, con un anuncio unilateral del presidente de Estados Unidos, echó a andar la tregua que sigue vigente entre Israel y el régimen teocrático desde el 24 de junio. Entonces, como ahora, ninguno de los principales protagonistas implicados se pronunciaron de inmediato, pero poco después cesaron sus ataques.
Trump afirma que el Estado judío ha dado ya el visto bueno a su plan, aunque no hay comentarios explícitos a nivel oficial que así lo refuten. Por parte del Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás) impera también el silencio más allá de lo señalado por Al-Nunu. El Estado judío reconoce, por un lado, que hay amplias diferencias con Hamás en sus posiciones negociadoras; por otro, no esconde que el alto el fuego con Irán supone una oportunidad para lograr avances en Gaza, donde más de 56.500 personas han muerto ya bajo sus ataques en algo más de 20 meses.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) pide a Washington que presione a Israel para poner fin a la ocupación, incluida Gaza. En este sentido, “los llamamientos de Estados Unidos para poner fin a la guerra en Gaza” deben venir acompañados del fin de la “agresión” en Cisjordania y de “defender las resoluciones de legitimidad internacional”, ha señalado Nabil Abú Rudeineh, portavoz del presidente Mahmud Abás.
En medio de las oscilaciones del conflicto, la popularidad de Netanyahu ha descendido en los últimos días coincidiendo con el fin de la ofensiva sobre la República Islámica y la entrada en vigor del alto el fuego. El primer ministro mantiene un índice de confianza del 46% entre los israelíes judíos y del 10% entre los israelíes árabes, según un sondeo publicado este miércoles por el Israel Democracy Institute.
En caso de elecciones, según otro sondeo, en este caso del Canal 12, el más visto, el bloque que apoya a Netanyahu obtendría 49 asientos en el Parlamento frente a los 61 de la oposición. El más valorado en la muestra del Israel Democracy Institute es precisamente el jefe de las Fuerzas Armadas, Eyal Zamir, con un 68,5%, que se ha mostrado contrario a la estrategia de Netanyahu y el sector más radical de su gabinete de buscar la puesta en libertad de los rehenes sin rebajar el nivel de los ataques.
Gaza es un conflicto mucho más enquistado y con muchas más aristas que el de Irán pese a la ligereza con la que Trump afirma a menudo que va a ponerle fin. Cuando el lunes reciba en la Casan Blanca a Netanyahu, se cumplirán 21 meses desde la matanza liderada por Hamás el 7 de octubre de 2023 de 1.200 personas en territorio israelí, la mayoría civiles. Desde entonces, miles de militares del Estado judío permanecen en una Franja bombardeada y arrasada por tierra, mar y aire.
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